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4 ejercicios de mindfulness para niños de preescolar

El mindfulness o la atención plena, en términos generales, consiste simplemente en prestar atención de lleno a cierto momento. Implica un enfoque relajado, sin ningún juicio.

Cada vez más evidencia sugiere que enseñarles mindfulness a los niños pequeños puede promover su aprendizaje, su toma de decisiones, su inteligencia emocional, su confianza en sí mismos y su conexión con otras personas.

Mindfulness para niños: los beneficios del mindfulness

El mindfulness tiene muchos beneficios para los adultos, que incluyen reducción del estrés, menos cavilaciones (“darle vueltas” a los pensamientos) y mejor concentración, memoria de trabajo y flexibilidad en el pensamiento.

Aunque el mindfulness para niños pequeños no ha sido tan bien investigado, algunos beneficios que apoyan los estudios incluyen:

  • Mejor atención, enfoque y desarrollo cognitivo
  • Mejora de las habilidades sociales y emocionales, como la empatía
  • Mejor comportamiento en la escuela
  • Mayor resiliencia
  • Mejora de la regulación emocional
  • Reducción de la ansiedad y el estrés

El mindfulness puede servirles a los niños para que aprendan a calmar sus cuerpos y mentes. Esto propicia un ambiente relajado y positivo que puede beneficiar su comportamiento, su comunicación y su regulación emocional.

Puede ayudarles a aprender a tener paciencia y a explorar sentimientos como la gratitud y el amor.

Los ejercicios de mindfulness pueden incorporarse a las rutinas diarias de los niños (como respirar profundamente para calmarse) o llevarse a cabo a manera de experiencias planeadas de relajación (como meditación o yoga).

El énfasis del mindfulness en hallarse presente en el momento fomenta que los niños pequeños empiecen a controlar sus emociones, así como las interacciones y relaciones positivas.

Contenido relacionado: Los beneficios del mindfulness para niños y adolescentes

Ejercicios de mindfulness para niños

1. Caminar y escuchar

Este ejercicio consiste únicamente en que salgas a caminar con tu hijo, se enfoquen en el entorno y compartan sus hallazgos.

Los lugares familiares son ideales porque tu hijo puede descubrir cosas que no había notado antes. Una caminata como ésta te ayudará a enseñarle paciencia y cómo estar presente en cierto momento.

Cómo hacerlo:

  • Pregúntale a tu pequeño por dónde le gustaría caminar. Lugares como un jardín o un cuerpo de agua son geniales pues tienen sonidos naturales como el crujir de las hojas o el movimiento del agua.
  • Pregúntele a tu hijo qué sonidos espera escuchar y por qué
  • Deténganse con frecuencia, cierren los ojos y anima a tu hijo a escuchar. Después de uno o dos minutos, pregúntale qué sonidos escuchó y por qué cree que eran ésos.

Recuerda esforzarte por que sea divertido y dejar que tu hijo tome la iniciativa. También puedes decirle que imite cada ruido que escuche o que trate de ubicar de dónde proviene el sonido.

2. Posturas del cuerpo

Una manera fácil para que los niños se sumerjan de lleno en el mindfulness es a través de posturas corporales. Para entusiasmar a tu hijo, dile que haga posturas divertidas con las que se sienta fuerte, valiente y alegre.

Vayan a un lugar tranquilo y familiar; un lugar donde se sientan seguros. Luego, pídele que haga una de las siguientes poses:

  • El súperman: párense con los pies un poco más abiertos que las caderas, los puños cerrados y los brazos extendidos hacia el cielo, estirando el cuerpo lo más alto posible.
  • La mujer maravilla: párense erguidas con el compás de la piernas abierto y pongan las manos o los puños en las caderas.

Pregúntales a tus hijos cómo se sienten después de algunas rondas de probar estas posturas. ¡Te sorprenderá!

Contenido relacionado: Cómo ayudarle a tu hijo pequeño a desarrollar confianza en sí mismo

3. Frasco de calma

Esta actividad puede enseñarles a los niños cómo las emociones fuertes pueden llegar a abrumarnos y cómo sentirnos más tranquilos cuando nos sentimos así.

  • Primero, necesitarás hacer uno de estos frascos. Es sencillo: consigue un frasco o una botella transparente (de preferencia, de vidrio) y llénalo casi hasta el tope con agua.
    Agrega una cucharada grande de pegamento con brillantina o, bien, añade brillantina a pegamento y viértelo (antes de que se seque, claro) en el frasco. Pon la tapa y agita el frasco para hacer que la brillantina se arremoline.

El frasco de la calma

  • Utilice el siguiente guion o uno similar:

“Imagina que el brillo es como tus pensamientos cuando te sientes estresado, enojado o molesto. ¿Ves cómo giran y hacen que sea realmente difícil ver con claridad?

Por eso es tan fácil tomar decisiones tontas cuando uno está molesto, porque no pensamos con claridad. No te preocupes, esto es normal y nos pasa a todos (sí, a los adultos también)".

Pon el frasco frente a él:

“Ahora mira lo que sucede cuando nos quedamos quietos por un momento. Sigue mirando. ¿Ves cómo la brillantina comienza a asentarse y el agua se aclara? Nuestra mente funciona de la misma manera.

Cuando estamos tranquilos por un momento, nuestros pensamientos comienzan a calmarse y comenzamos a ver todo mucho más claro. Si respiramos profundamente durante este proceso de calma, esto puede hacer que nos calmemos cuando sentimos emociones fuertes".

Este ejercicio no sólo les sirve a los pequeños a aprender cómo sus emociones pueden nublar sus pensamientos, sino que también les facilita la práctica del mindfulness mientras se enfocan en la brillantina arremolinada en el frasco.

Trata de que tu hijo se concentre en una emoción (como el enojo) a la vez y te comparta cómo la brillantina cuando se sacude vs. cuando empieza a asentarse se asemeja o no a esa emoción.

4. Ejercicio de los cinco sentidos

Este ejercicio facilita la práctica del mindfulness en casi cualquier situación. Todo lo que se necesita hacer es notar algo que se está experimentando con cada uno de los cinco sentidos.

Sigue este orden con tu hijo:

  • Observa cinco cosas que puedas

Mire alrededor tuyo y dirige tu atención a cinco cosas que puedas ver. Elige algo que normalmente no notes, como una sombra o una pequeña grieta en el concreto.

  • Observa cuatro cosas que puedas

Vuélvete consciente de cuatro cosas que estés sintiendo actualmente, como la textura de tus pantalones, la sensación de la brisa en tu piel o la superficie lisa de una mesa sobre la que estás apoyando las manos.

  • Observa tres cosas que puedas oír.

Tómate un momento para escuchar y notar tres cosas que escuchas de fondo. Puede ser el canto de un pájaro, el zumbido del refrigerador o los débiles sonidos del tráfico de una carretera cercana.

  • Observa dos cosas que puedas

Concéntrate en los olores que sueles percibir, ya sean agradables o desagradables. Quizás la brisa está trayendo un olor a pasto si estás afuera, o el olor de un restaurante de comida rápida al otro lado de la calle.

  • Nota una cosa que puedas

Concéntrate en una cosa que puedas saborear ahora mismo, en este momento. Puedes tomar un sorbo de una bebida o comer algo, nota el sabor actual en tu boca o incluso abre la boca para buscar en el aire un sabor.

Este sencillo ejercicio puede llevar a tu hijo a un estado de atención plena rápidamente.

Estas actividades son excelentes para aplicar en el hogar, pero ¿sabías que los profesionales también usan terapias basadas en mindfulness?

Los terapeutas y psicólogos de apoyo conductual pueden enseñárselos a los pequeños para fomentar el comportamiento positivo y manejar otro tipo de problemas.

En el Colegio Greenland es de primera importancia para nosotros el bienestar emocional de nuestros pequeños alumnos, por eso contamos con un taller socioemocional para ayudarlos a conocerse mejor y manejar sus emociones. Agenda un cita y descubre lo que le ofrecemos a tu pequeño:

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