La importancia de la educación física en preescolar

¿Realmente se necesita promover la actividad física para los niños en preescolar? Parece que los niños pequeños no necesitan ningún estímulo adicional para poner sus cuerpos en movimiento.

Si bien las tasas de obesidad son más bajas entre los niños de 2 a 5 años que entre los niños mayores -de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (en E.U.)-, los padres deben asegurarse de que incluso los niños pequeños tengan suficiente tiempo de juego activo todos los días.

¿Cuánto es "suficiente"? La Sociedad de Educadores Físicos y de la Salud (una sociedad profesional de maestros) recomienda:

Juego estructurado: Al menos 60 minutos al día, acumulativos. Esto podría significar 10 minutos de jugar a la pelota; 10 minutos de andar en scooter o en bicicleta; 15 minutos de jugar con aviones de papel o soldados en paracaídas; y 25 minutos de natación o de otro deporte.
Juego libre: Al menos 60 minutos al día (y hasta varias horas) en cualquier tipo de actividad física no estructurada, como explorar un parque o jardín o juego de roles en casa.
Tiempo sedentario limitado: No más de 60 minutos a la vez de quedarse sentado quieto (leyendo libros, mirando pantallas, coloreando), a menos de que esté durmiendo.

Para los niños pequeños (de 12 a 36 meses), las recomendaciones son las mismas, excepto que la actividad física estructurada debe ser de media hora en lugar de una hora.

Enseñanza de la actividad física para niños en preescolar

¿Por qué mencionamos el juego estructurado específicamente? Los niños pequeños necesitan ayuda para aprender habilidades motoras. Deben pasar por varios pasos de desarrollo para aprender a coordinar sus movimientos de modo que puedan correr, lanzar, atrapar y actividades similares eficazmente.

“Tenemos la idea errónea de que si ponemos a los niños a jugar, ellos aprenderán por sí mismos”, dice Jackie Goodway, profesora de desarrollo motor y pedagogía de educación física elemental en la Universidad Estatal de Ohio.

"Pero es como la lectura. Si uno no les enseña, los retroalimenta y les ofrece oportunidades apropiadas para practicar y aprender, no llegarán a dominar esas habilidades”.

Si bien las clases formales pueden ser maravillosas, según Goodway, los padres son los mejores modelos a seguir. Para impulsar la actividad física y el desarrollo motor de tu hijo, dedica tiempo a jugar activamente con él.

Aporta comentarios positivos y constructivos: "Patea más suavemente la próxima vez" o "Me gusta cómo atrapaste la pelota". Proporciónale juguetes y equipos apropiados para su edad, como una pelota de hulespuma y un bate de plástico grueso en lugar de uno de madera.

Si inscribes a tu hijo en una clase de ejercicio, asegúrate de que sea acorde con su nivel de desarrollo. Los niños de esta edad no están preparados para los deportes en equipo. En lugar de jugar con una pelota y diez niños, por ejemplo, cada uno debería tener su propia pelota.

Fomenta la actividad física

Si tu hijo está en edad preescolar procura que diariamente juegue activamente. Intenta que:

Marque o persiga: Para variar, puede brincar, caminar o bailar en lugar de correr
Atrape o patee: Experimentar con pelotas de diferentes tamaños y texturas
Practique natación o un juego con agua, como correr con un aspersor o lavar el automóvil
Monte en triciclo o en scooter
Se arrastre a través de un túnel hecho de cajas de cartón
Baile: agrega bufandas o cintas de colores para hacerlo más emocionante
Realice una carrera de obstáculos en interiores: construyan una juntos usando cojines de sofá, aros hula (para saltar adentro y afuera), sillas alineadas que formen un túnel o barra de equilibrio, etc.

En fin, aunque tu hijo aún sea muy pequeño para hacer una gran cantidad de ejercicio o, por lo menos, uno sofisticado; y a pesar de que no tengas un título en educación física, puedes enseñarle y acostumbrarlo a hacer ejercicio apropiado de manera regular y prepararlo para las siguientes etapas de crecimiento.

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