El mindfulness o la atención plena, en términos generales, consiste simplemente en prestar atención de lleno a cierto momento. Implica un enfoque relajado, sin ningún juicio.
Cada vez más evidencia sugiere que enseñarles mindfulness a los niños pequeños puede promover su aprendizaje, su toma de decisiones, su inteligencia emocional, su confianza en sí mismos y su conexión con otras personas.
Mindfulness para niños: los beneficios del mindfulness
El mindfulness tiene muchos beneficios para los adultos, que incluyen reducción del estrés, menos cavilaciones (“darle vueltas” a los pensamientos) y mejor concentración, memoria de trabajo y flexibilidad en el pensamiento.
Aunque el mindfulness para niños pequeños no ha sido tan bien investigado, algunos beneficios que apoyan los estudios incluyen:
El mindfulness puede servirles a los niños para que aprendan a calmar sus cuerpos y mentes. Esto propicia un ambiente relajado y positivo que puede beneficiar su comportamiento, su comunicación y su regulación emocional.
Puede ayudarles a aprender a tener paciencia y a explorar sentimientos como la gratitud y el amor.
Los ejercicios de mindfulness pueden incorporarse a las rutinas diarias de los niños (como respirar profundamente para calmarse) o llevarse a cabo a manera de experiencias planeadas de relajación (como meditación o yoga).
El énfasis del mindfulness en hallarse presente en el momento fomenta que los niños pequeños empiecen a controlar sus emociones, así como las interacciones y relaciones positivas.
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Ejercicios de mindfulness para niños
1. Caminar y escuchar
Este ejercicio consiste únicamente en que salgas a caminar con tu hijo, se enfoquen en el entorno y compartan sus hallazgos.
Los lugares familiares son ideales porque tu hijo puede descubrir cosas que no había notado antes. Una caminata como ésta te ayudará a enseñarle paciencia y cómo estar presente en cierto momento.
Cómo hacerlo:
Recuerda esforzarte por que sea divertido y dejar que tu hijo tome la iniciativa. También puedes decirle que imite cada ruido que escuche o que trate de ubicar de dónde proviene el sonido.
2. Posturas del cuerpo
Una manera fácil para que los niños se sumerjan de lleno en el mindfulness es a través de posturas corporales. Para entusiasmar a tu hijo, dile que haga posturas divertidas con las que se sienta fuerte, valiente y alegre.
Vayan a un lugar tranquilo y familiar; un lugar donde se sientan seguros. Luego, pídele que haga una de las siguientes poses:
Pregúntales a tus hijos cómo se sienten después de algunas rondas de probar estas posturas. ¡Te sorprenderá!
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3. Frasco de calmaEsta actividad puede enseñarles a los niños cómo las emociones fuertes pueden llegar a abrumarnos y cómo sentirnos más tranquilos cuando nos sentimos así.
“Imagina que el brillo es como tus pensamientos cuando te sientes estresado, enojado o molesto. ¿Ves cómo giran y hacen que sea realmente difícil ver con claridad?
Por eso es tan fácil tomar decisiones tontas cuando uno está molesto, porque no pensamos con claridad. No te preocupes, esto es normal y nos pasa a todos (sí, a los adultos también)".
Pon el frasco frente a él:
“Ahora mira lo que sucede cuando nos quedamos quietos por un momento. Sigue mirando. ¿Ves cómo la brillantina comienza a asentarse y el agua se aclara? Nuestra mente funciona de la misma manera.
Cuando estamos tranquilos por un momento, nuestros pensamientos comienzan a calmarse y comenzamos a ver todo mucho más claro. Si respiramos profundamente durante este proceso de calma, esto puede hacer que nos calmemos cuando sentimos emociones fuertes".
Este ejercicio no sólo les sirve a los pequeños a aprender cómo sus emociones pueden nublar sus pensamientos, sino que también les facilita la práctica del mindfulness mientras se enfocan en la brillantina arremolinada en el frasco.
Trata de que tu hijo se concentre en una emoción (como el enojo) a la vez y te comparta cómo la brillantina cuando se sacude vs. cuando empieza a asentarse se asemeja o no a esa emoción.
4. Ejercicio de los cinco sentidos
Este ejercicio facilita la práctica del mindfulness en casi cualquier situación. Todo lo que se necesita hacer es notar algo que se está experimentando con cada uno de los cinco sentidos.
Sigue este orden con tu hijo:
Mire alrededor tuyo y dirige tu atención a cinco cosas que puedas ver. Elige algo que normalmente no notes, como una sombra o una pequeña grieta en el concreto.
Vuélvete consciente de cuatro cosas que estés sintiendo actualmente, como la textura de tus pantalones, la sensación de la brisa en tu piel o la superficie lisa de una mesa sobre la que estás apoyando las manos.
Tómate un momento para escuchar y notar tres cosas que escuchas de fondo. Puede ser el canto de un pájaro, el zumbido del refrigerador o los débiles sonidos del tráfico de una carretera cercana.
Concéntrate en los olores que sueles percibir, ya sean agradables o desagradables. Quizás la brisa está trayendo un olor a pasto si estás afuera, o el olor de un restaurante de comida rápida al otro lado de la calle.
Concéntrate en una cosa que puedas saborear ahora mismo, en este momento. Puedes tomar un sorbo de una bebida o comer algo, nota el sabor actual en tu boca o incluso abre la boca para buscar en el aire un sabor.
Este sencillo ejercicio puede llevar a tu hijo a un estado de atención plena rápidamente.
Estas actividades son excelentes para aplicar en el hogar, pero ¿sabías que los profesionales también usan terapias basadas en mindfulness?
Los terapeutas y psicólogos de apoyo conductual pueden enseñárselos a los pequeños para fomentar el comportamiento positivo y manejar otro tipo de problemas.
En el Colegio Greenland es de primera importancia para nosotros el bienestar emocional de nuestros pequeños alumnos, por eso contamos con un taller socioemocional para ayudarlos a conocerse mejor y manejar sus emociones. Agenda un cita y descubre lo que le ofrecemos a tu pequeño:
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