Muchos de nosotros, en algún momento, llegamos a tomar clases en las que el profesor realizó una lectura preparada de antemano con escaso o nulo margen para la interacción. Estas clases de “participación unilateral” pueden agotar a los maestros y desmotivar a los alumnos.
Estudios en pedagogía sugieren que cuando el contenido de las materias se imparte limitándose a la escucha pasiva, el límite de concentración del alumno normalmente es de entre 10 y 20 minutos, es decir, apenas una pequeña fracción de la duración completa de una lección.
Escuchar pasivamente, no obstante, puede resultar útil para promover competencias más sencillas de aprendizaje -memoria y comprensión- pero no es un procedimiento efectivo para ejercitar habilidades de nivel superior como la aplicación del conocimiento, la capacidad de análisis y la interpretación del contenido.
Si bien todo tipo de aprendizaje es relevante a su manera y se relaciona de modo recíproco, el pensamiento crítico de alto nivel es una parte integral del estudio. La enseñanza unilateral, en la que los alumnos sólo escuchan sin interactuar, no es excelente para promover el aprendizaje y las habilidades de alto nivel.
¿En qué consiste el aprendizaje activo?
¿Cómo podemos hacer que el estudio sea más interactivo y esté más orientado al aprendizaje complejo? Los enfoques de "aprendizaje activo" constituyen una alternativa clave. En unas cuantas palabras, el aprendizaje activo es el proceso en que los estudiantes aprenden a través de la interacción con el contenido.
Esto significa que el alumno interactúa con el material de cualquier manera que pueda estimular el pensamiento activo, mediante actividades dinámicas de aprendizaje o al reconfigurarse el proceso de toma de notas de una forma que propicie la reflexión sobre el material y no la mera transcripción del contenido.
Si bien las definiciones de aprendizaje activo varían, presentan prioridades en común: el objetivo es el desarrollo de habilidades, el alumno participa en actividades (por ejemplo, discusión, debate, aplicación de principios) destinadas a promover el pensamiento de orden superior (pensamiento crítico, análisis, etc.).
Fomentar el aprendizaje activo tiene muchos beneficios para los estudiantes: la falta de atención se reduce gracias al dinamismo de la clase; además al involucrarse con el contenido pueden memorizarlo y comprenderlo con mayor profundidad.
Asimismo, existen ventajas de equidad que se derivan del mismo, pues los alumnos rezagados se benefician más del aprendizaje activo que quienes ya tienen calificaciones altas.
Otro aspecto que alienta la equidad en el aprendizaje activo se halla en el uso de distintas técnicas de impartición, con las que se apoya a los estudiantes que sobresalen con diferentes estilos de aprendizaje.
Ahora, este tipo de aprendizaje no conlleva en absoluto la eliminación de la enseñanza oral, sino que integra otras formas de relacionarse con el material. Los alumnos suelen convenir en que el aprendizaje activo mejora el aprendizaje, es más entretenido y puede ayudarles a mantener su concentración.
¿De qué manera se relaciona con la educación constructivista-humanista?
Tres de los principios que rigen a un modelo educativo constructivista-humanista son la participación del alumno en el proceso de enseñanza-aprendizaje, el fomento de la motivación intrínseca y el desarrollo de habilidades de aprendizaje.
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Mientras que la primera y la segunda se vinculan con el alumno, la segunda (también) y la tercera se vinculan con la labor del maestro. El aprendizaje activo da ocasión de que estos principios puedan tener lugar tanto en el desempeño del alumno como en el papel del maestro.
El aprendizaje activo busca que los estudiantes incidan más en la construcción de su propio aprendizaje, y al hacerlo, les aporta un incentivo de peso para que puedan motivarse de una forma intrínseca, ya que sienten mayor compromiso por aprender.
Por otro lado, exhorta a los maestros a buscar nuevas maneras de conseguir que la enseñanza se vuelva más atractiva y a animar al alumno a desarrollar habilidades complejas la mayor parte del tiempo.
Claramente, esta clase de aprendizaje está integrada en la educación constructivista-humanista y se ciñe no sólo a estos tres principios, sino que a los objetivos generales que persigue.
El modelo educativo del Colegio Chimalistac se destaca por ser de base constructivista-humanista y aportarles a los estudiantes de todos los niveles una formación integral. te invitamos a descargarlo en el siguiente enlace:
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