Cuando nuestros hijos ingresan a la secundaria deben afrontar muchos ajustes en el entorno: desde una mayor responsabilidad académica hasta fluctuaciones en las relaciones con sus amigos y compañeros.
También necesitan un tipo diferente de apoyo de los padres para que aprendan a manejar nuevos desafíos en su camino de crecimiento. La mayoría de las veces es mejor que los padres se abstengan de intervenir demasiado por sus hijos.
Este es un momento idóneo para que descubran cómo navegar por el mundo por cuenta propia y también cómo abogar por ellos mismos.
Necesitan practicar habilidades de resolución de problemas y resiliencia para superar los obstáculos que tienen que enfrentar y los padres pueden ser excelentes asesores, pero ayudarán más a sus hijos al no tratar de solucionar cada uno de sus problemas por ellos.
Los jóvenes de secundaria los necesitan para poder desahogarse y considerar opciones. Necesitan reflexionar sobre decisiones y resultados con el respaldo de los padres. Y necesitan su apoyo para sentirse cómodos al pedir ayuda y saber a quiénes acudir para obtenerla.
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Dicho de otro modo, en la educación de los hijos en dicha etapa de la vida debe predominar la guía y la orientación de los padres y no la intervención directa.
Aquí hay algunos de los mejores consejos para que los padres guíen a sus hijos a través de los cambios propios de la secundaria. Su finalidad es que la transición sea más fácil para ambos:
1. Presión académica
Los estudiantes de secundaria deben completar más deberes escolares que en años anteriores, por lo que es imperativo que no se queden atrás. Como las tareas son más extensas a menudo emplean más tiempo para terminarlas. Una consecuencia de esto es que se les dificulta más mantenerse organizados.
Estas son habilidades que puedes enseñarle a tu hijo:
- Revisar antes de salir de la escuela la tarea que hayan dejado, para que cuente con todo el material indispensable.
- Usar una agenda. Al principio los padres pueden planificar rutinas con los hijos con el objetivo de que aprendan a usarla, pero la clave está en que eventualmente lo hagan sin ellos.
- Todas las tardes, revisar las tareas que deben entregar, tanto a corto como a largo plazo, para establecer prioridades de una forma inteligente.
- Procurar una buena relación con los maestros, para que pueda resolver dudas o acercarse a ellos siempre que así lo requieran.
- Convertirse en un experto en eficiencia. Dar el mejor esfuerzo y no obsesionarse con los resultados: no hay necesidad de perfección.
2. Presión social
El cerebro adolescente responde más de lo normal a la influencia de los compañeros y a la identidad personal en la sociedad. Toma en cuenta que es probable que el grupo de amigos de tu hijo cambie en esta etapa.
La secundaria suele ser un momento en el que los jóvenes empiezan a descubrir su identidad y parte del proceso implica observar con atención a los demás y decidir lo que sí y lo que no quieren ser.
Anima a tu hijo a:
- Dar a sus compañeros el beneficio de la duda.
- Hacer respiraciones profundas y recuperar la calma antes de responder a personas en situaciones que podrían parecer más graves de lo que realmente son.
- Expresar lo que necesitan comunicar sin juzgar a otras personas.
- Buscar oportunidades para hacer nuevos amigos. Las actividades extracurriculares son excelentes opciones para conocer a otros estudiantes con intereses similares.
- Invitar a compañeros de clase a reuniones de estudio: son momentos en los que hay poca presión para conocerlos y al mismo tiempo consolidar el aprendizaje.
3. Presión de la rutina
En general, los estudiantes de secundaria se distraen con más facilidad que antes. Habla con tu hijo sobre la importancia de llegar a clase a tiempo y preparado. Luego hazle pensar en qué obstáculos podrían interponerse en su camino y motívalo a idear soluciones.
Ayuda a tu hijo a:
- Acostarse a tiempo para que tenga nueve horas de sueño y pueda despertarse a tiempo por la mañana sin una alarma o uno de sus padres (excepto como respaldo). Si no se despierta solo quizás no esté durmiendo lo suficiente.
- Practicar mindfulness para controlar el estrés. Por ejemplo, puede escuchar una meditación guiada antes de ir a acostarse para que concilie el sueño sin esfuerzo.
Piensa en que todas estas presiones son oportunidades de aprendizaje para él. Resiste la tentación de resolver cada uno de sus problemas. Tu trabajo es aconsejar y guiar, no jugar el juego por tu hijo.
La habilidad de crianza más importante para los padres en esta etapa es escuchar sin reaccionar de forma exagerada o tratar de intervenir por los hijos a cada instante. Los jóvenes que sienten que pueden acercarse a sus padres y hablar con ellos son más felices y saludables en todos los aspectos.
Si tu hijo puede acercarse a ti y sentirse escuchado sin que tengas que decirle qué hacer, te compartirá con más frecuencia lo que le parece importante y los desafíos que está enfrentando. Ello significa que así ambos aprenderán más uno del otro cuando conversen de asuntos personales.
La secundaria del Colegio Greenland toma en cuenta los cambios que experimentan los alumnos en esta etapa de su vida y les brinda las herramientas para que puedan manejarlos con éxito y fortalecer su autoestima y necesidad de competencia.
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