Los años de la infancia temprana deberían ser algunos de los más felices tanto para padres como para hijos. Los niños crecen a pasos agigantados: caminan, platican, ríen, cantan, cooperan y adquieren nuevas experiencias de vida todos los días.
Hay alimentos y juguetes que a tu hijo le encantan ahora; tiene sus propios gustos, aversiones y opiniones. Naturalmente se encuentra desarrollando independencia.
A pesar de todo este progreso, tal rango de edad a veces se llama “difícil” porque los niños pueden mostrar algunos comportamientos desafiantes.
A continuación, te compartimos algunos tips para que los padres ayuden a sus hijos de preescolar a ser más independientes.
Cuando planifiques el horario de la familia, incluye tiempo adicional para cosas como ponerse los zapatos, caminar hasta el automóvil, vaciar una mochila y alimentar al perro.
Vale la pena que los pequeños tengan la oportunidad de sentirse capaces e independientes. También recuerda proporcionar suficiente tiempo para la transición de una actividad a otra; los niños pequeños no pueden cambiar de marcha tan inmediatamente como los adultos.
Sé tan claro como puedas serlo acerca de lo que puede y no puede decidir por sí mismo mientras fomentas su crecimiento y su independencia. Esto reducirá las frustraciones de ambos.
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Si hay un comportamiento en el que hayas decidido centrarte, sé constante cada vez que inicien una lucha y deja claras tus expectativas. Si ello se ha convertido en una lucha diaria, prueba usar uno de estos consejos para que tu hijo coopere contigo:
Por ejemplo, si necesitan salir a las 7:30 am y se ha vuelto un problema, aumenta el tiempo de transición. O si esperas que tu hijo ayude a recoger sus juguetes antes de acostarse, permítele elegir con qué comenzar, podría ser con los crayones o con los libros.
Siempre lean dos libros antes de acostarse, por ejemplo. Siempre haz que pase al baño antes de salir de casa. Las rutinas predecibles fomentan la independencia de los pequeños, ya que al saber lo que sucederá, tienen menos ocasión de comenzar luchas o rabietas.
Bríndale pistas: "Empezaremos a guardar los bloques en unos minutos". Y déjalo hacerlo por sí mismo: "¿Quieres ponerte los calcetines tú solo?" Respeta a tu hijo como individuo.
Bloques, figuras de animales, disfraces, cajas de cartón, burbujas, palos, hojas, pelotas y utensilios de cocina interesantes: todos pueden ser herramientas idóneas para aprender mediante el juego.
Recuerda convivir con tu hijo. Colócalo sobre un lugar seguro en la cocina para que te ayude a romper la lechuga o la pasta cruda. Dale un tazón y una cuchara mientras preparas el desayuno. Salten sobre la cama. Canten en el coche. Léele sus libros favoritos una y otra vez. Compartan experiencias y risas juntos.
La increíble experiencia de convivir con un hijo pequeño no debe pasarse por alto. Sonrían, bailen y ríanse. Demuéstrale cuánto lo amas. ¡Los niños pequeños se diviertan fácilmente y son divertidos en sí!
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