Es importante que comiences a enseñarle hábitos saludables de higiene personal a tu hijo pequeño cuanto antes posible. Pero en vez de simplemente decirle cómo cuidarse, es esencial que le expliques la razón detrás de las reglas.
Si crece entendiendo su importancia -de tal manera que se vuelvan como una segunda naturaleza- podrás prevenir luchas de poder. Aquí hay cinco hábitos de higiene que puedes comenzar a enseñarle a tu hijo cuando aún sea pequeño.
1. Lavarse las manos
El simple acto de lavarse las manos puede prevenir a tu hijo (y a toda la familia) de bacterias y demás agentes infecciosos. La buena higiene personal es una de las formas más sencillas en que todos los miembros de la familia pueden mantenerse saludables.
Empieza a inculcarle este hábito explicándole a tu pequeño por qué es tan relevante lavarse las manos. Utiliza términos sencillos que sea capaz de comprender. Dile: "Cuando nos lavamos las manos nos deshacemos de la suciedad y las bacterias que pueden enfermarnos".
Presta atención a todas las ocasiones en las que deba lavárselas: después de ir al baño, al regresar a casa, cuando se suene la nariz y antes de comer.
2. Cubrirse la boca
Enséñale a tu pequeño cómo usar un pañuelo de papel, y a toser y estornudar en su codo para no propagar patógenos. Es poco probable que los niños pequeños se cubran la boca cada vez que tosen o estornudan, pero no dejes de recordarle que lo haga.
También puede practicar toser en su codo cuando no esté enfermo. Muéstrale cómo y anímalo a hacerlo. Luego, si le da tos, recuérdaselo.
3. Tirar objetos sucios y desechables a la basura
¿Qué puede hacer tu hijo con sus pañuelos sucios, sin mencionar toda la basura que produce a diario? Si se lo permites, tu pequeño probablemente dejará pañuelos y envoltorios en la mesa más cercana para ir a jugar.
Enséñale a poner cualquier objeto desechable en el bote de basura. Dile que los objetos sucios pueden propagar bacterias.
4. Cepillarse los dientes
Hasta que tenga alrededor de ocho años, tu hijo requerirá ayuda para cepillarse los dientes adecuadamente. Sin embargo, puedes ayudarlo a que se acostumbre a hacerlo dos veces al día, así como a aprenderse los pasos: mojar el cepillo, exprimir un poco de pasta de dientes, cepillarse los dientes y la lengua y luego enjuagarse.
Adquieran el hábito de visitar al dentista con regularidad. Tu hijo debe comprender que el dentista está ahí para mantener sus dientes sanos.
5. Usar protector solar
Las quemaduras solares aumentan la posibilidad del cáncer de piel más adelante en la vida, por lo que es imperativo que tu hijo se aplique protector solar cuando pase tiempo al aire libre.
Si notas un tono rosáceo en su piel, ése es el primer indicio de que tu pequeño se está quemando con el sol. Puede llevar hasta 12 horas notar el efecto completo de las quemaduras. No olvides aplicarle protector solar en orejas, nariz, labios y pies.
Muchos niños se retuercen y protestan cuando les tienen que poner protector solar. Asegúrate de que tu hijo sepa que esto no es negociable.
Enseñar hábitos saludables es fácil, pero lograr que nuestros hijos los cultiven suele ser más difícil. Como cualquier otra habilidad nueva, es fundamental ponerla en práctica.
Pero sigue recordándole la importancia de que tu hijo haga lo posible por conservarla. Tu objetivo general debe ser que al fin comprenda. Cuando entienda los motivos subyacentes de las reglas, será más probable que las siga cuando tú no estés allí para decirle qué hacer.
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