4 consejos para resistir a la presión social en la adolescencia

¿Te ha pasado que haces algo que realmente no quieres solo para encajar con tus amigos? ¿Te resulta difícil decir que “no” cuando te insisten?

Es normal sentir esta presión social en la adolescencia, pero ¿por qué sucede esto?, ¿por qué nos cuesta tanto negarnos?

No eres tú, es la juventud

Los seres humanos somos animales sociales, y en la adolescencia nuestro cerebro está conformado de tal manera que solemos ser más impulsivos, emocionales y tener la tendencia de buscar la aceptación de grupo. Está en nuestra naturaleza.

Esto conlleva a que, en dicha etapa, los jóvenes sean fácilmente influenciables, en especial por sus pares.

La necesidad de ser bien visto por los compañeros llega a ser tan abrumadora que, aunque nuestra intuición nos dice que algo está mal, esta se ve silenciada por el deseo de encajar. Además, tal influencia, a pesar de su sutileza, se vuelve más poderosa cuando manipula o chantajea nuestras emociones.

Por ello, te compartimos 4 consejos para resistir a la presión social:

Conócete a ti mismo (a)

Los límites marcan todo lo que tu permites y lo que no. Pero, para establecerlos, primero debes conocerte a ti mismo o misma.

Pregúntate por quiénes son las personas con las que deseas rodearte y por qué. Considera que la popularidad no vale más que tus principios, y que lo que más valoras es lo que te conduce en el camino a la vida que quieres vivir.

Nada vale su sacrificio y oportunidades de hacer buenas amistades habrá muchísimas.

Trazando límites: aprende a decir “no”

Ahora practica la asertividad y señala límites claros al comunicarte con los demás. Ensaya decir “no” de manera firme pero respetuosa, y ten siempre presente que está bien defender tus propios intereses y necesidades.

Cabe señalar que te encuentras en un proceso gradual que requiere práctica y paciencia. Tal vez algunas personas y compañeros no reaccionen de la mejor manera ante tus negativas, pero lo importante es sentirte bien contigo. Verás que las personas que valen la pena no transgreden tu bienestar.

Tómate tu tiempo

Antes de ceder a cualquier petición o insistencia, tómate un momento para reflexionar sobre las consecuencias de tus acciones.

Cuando una o más personas buscan aprovecharse de ti tratan de evitar que pienses, te prometen muchos beneficios, te retan y/o te exponen ante un público para ejercer más presión sobre ti.

Estas son banderas rojas que te alertan de que probablemente quieren chantajearte emocionalmente. ¿Qué puedes hacer en momentos como estos?

Estás en todo tu derecho de solicitar tiempo para pensar, especifica que no tomas decisiones sin meditarlas detenidamente y que, a mayor insistencia, menos razones tendrás para elegir en ese instante.

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Confía en ti y en las personas que buscan tu bienestar

¿Alguna vez has sentido una vocecita en tu cabeza que te dice lo que está bien y mal?

Es una forma de referirnos a la conciencia moral, pero también sirve para saber qué hacer en momentos de confusión. Confía en tu voz interior y no dejes que el miedo a la crítica te impida actuar según tus valores.

Rodéate de amistades y compañeros que respeten tus elecciones, tu forma de ser y que apoyen en tus elecciones. La verdadera amistad se basa en el cariño mutuo y en la aceptación de quién eres, no de lo que haces por los demás.

Es importante reconocer que no toda presión social es negativa. Hay influencias positivas que nos ayudan a crecer y desarrollarnos.

Por ejemplo, que te impulsen a estudiar para un examen puede ser benéfico si nos motiva a alcanzar nuestras metas académicas. La clave está en aprender a distinguir entre la presión que nos lleva a crecer y mejorar, y aquella que compromete nuestra integridad.

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Al aplicar estos consejos, podrás tomar decisiones que estén alineadas con tus principios y metas personales. Recuerda que como persona eres única y valiosa tal como eres, y que tu autenticidad es tu mayor fortaleza en la búsqueda de tu identidad.

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