Seamos realistas: el “soborno” puede resultar efectivo cuando tratamos de frenar el comportamiento de los niños pequeños. Ofrecerles regalos especiales cuando queremos que actúen de cierta manera puede ser una manera rápida de lograr que lo cumplan.
El problema con este método es que podemos malacostumbrar a los pequeños, y ellos podrían remitirse únicamente a estos caprichos para portarse bien. Una vez que tu hijo comprenda tu estrategia, podría resistirse a cooperar hasta estar seguro de ser recompensado.
Contenido relacionado: La importancia del auto control en la infancia
También podría hacer la siguiente conexión: cualquier comportamiento que intentas fomentar debe ser bastante desagradable.
Lo que tu niño pequeño realmente necesita (más que un poco de helado a cambio de comer brócoli) es tener la sensación que el buen comportamiento conlleva su propia recompensa.
Cuando tu pequeño se come sus verduras obtiene nutrientes importantes, se responsabiliza de su salud y muestra respeto por el padre que preparó la comida, todo lo cual es mucho más valioso, a la larga, que un poco de helado de vainilla.
Suena elevado para un niño que aún no ha cumplido 3 o 4 años, ¿verdad? Lo es, pero si comienzas a ayudarle a tu hijo a comprender de motivadores intrínsecos desde ahora, lo prepararás para el éxito posterior. Prueba con lo que debes y no debes hacer:
Contenido relacionado: ¿Cómo hacer que tu hijo pequeño siga las reglas en casa?
- Sorpréndelo portándose bien. Cuando tu hijo comparta un juguete con su hermano o esté más tranquilo de paseo, asegúrate de decírselo y de elogiarlo. Sé específico: "Fuiste muy amable al compartir con tu hermano la pelota que quería".
- Ayúdalo a relacionar el comportamiento con los resultados. Muéstrale que de las buenas acciones no resultan castigos, sin lo contrario: "¡Mira como sonrió el bebé cuando le diste la pelota!" o "Veo que supiste dónde encontrar el zapato de tu muñeca, porque ayer guardaste toda su ropa en la caja".
- No lo amenaces. Las amenazas de castigo ("compártelo con tu hermano o no habrá helado") pueden funcionar en el momento, pero no le servirán a tu hijo para que aprenda a asumir la responsabilidad de sus acciones.
- Ofrécele premios y sorpresas en ocasiones. Refuerza el buen comportamiento con una dulce (u otro alimento delicioso) de vez en cuando. Las recompensas intermitentes son poderosas y positivas.
De manera similar, si tu hijo debe realizar una tarea onerosa (como quedarse quieto en un evento largo) o aprender una nueva habilidad desafiante (como usar el baño con frecuencia), entonces está bien prometerle una recompensa por hacerlo bien.
Motiva a tu hijo pequeño a que se comporte bien a largo plazo, no a que obedezca a corto plazo. Conforme vaya creciendo, puedes incorporar un sistema de recompensas siempre y cuando no lo malacostumbres a depender en exceso de los premios.
Entra al blog del Colegio Greenland para encontrar más artículos con los que puedes complementar la educación de tu pequeño y potenciar su desarrollo. no olvides suscribirte para recibir notificaciones.
También podría interesarte: