Muchos de los padres de niños pequeños se enfrentan a la dificultad que exponemos en este artículo. Pero lograr que hagan la tarea, y disfruten de hacerla, no tiene por qué ser tan difícil. De hecho, puede llegar a ser bastante divertido.
¿Por qué muchos niños detestan la tarea?
Empecemos por los niños de preescolar. Para muchos niños, esta etapa es su primera experiencia formal en la escuela. El preescolar ha cambiado mucho durante la última década.
Alguna vez fue un lugar para socializar y jugar, pero la mayoría de preescolares ahora enfatizan la importancia de que los pequeños aprendan a leer, a contar y a escuchar a los maestros. Pasar de jugar en casa todo el día a quedarse quieto en un entorno estructurado durante horas implica una transición difícil.
Además, en muchos preescolares se les asignan tareas a los niños, lo que reduce aún más el tiempo de juego disponible. No es de extrañar que algunos de ellos no se sientan motivados para hacer la tarea.
Cómo motivar a un niño a hacer la tarea
Para motivar a los niños, primero es preciso que adaptemos nuestra mentalidad, de una de trabajo a una de aprendizaje. El objetivo de ir a la escuela no es ingresar a la universidad, conseguir un buen trabajo, obtener un ingreso estable, etc., (aunque así pueda serlo parcialmente).
Por supuesto, todo esto es maravilloso, pero hace referencia a una mentalidad de trabajo: entonces uno se esfuerza por razones distintas al disfrute del aprendizaje en sí. Ir a la escuela debe consistir en aprender, adquirir conocimientos, explorar nuevos temas y crecer como persona.
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Si puedes intervenir temprano, como en el preescolar o incluso antes del mismo, tu hijo tendrá un buen comienzo. Por lo tanto, convéncete de cambiar de una mentalidad de trabajo a una de aprendizaje.
Suena un tanto abstracto, pero aquí encontrarás 6 pasos tangibles para que tu hijo, y también tú, progresen hacia tal objetivo.
1. Deja de referirte a hacer la tarea como el “trabajo” de tu hijo
Cuando la llamas “trabajo”, estarás dando a entender que todo será trabajo y no diversión. Esto podría hacer que tu hijo se sienta desanimado al respecto, aunque no haya motivo para ello.
2. No le digas a tu hijo, “no puedes jugar hasta que termines la tarea”
Nuevamente, al considerar la tarea como una categoría distinta del juego, le comunicarás a tu hijo que hacerla no puede ser agradable.
El juego es igualmente crucial en el desarrollo de un niño. Así que trata de no manejarla como algo tan distinto del juego. Dile a tu pequeño que tiene que hacer ambas cosas (por supuesto, siempre será preferible el juego físico saludable a usar el Ipad).
Pueden convenir en el orden de abordarlas siempre que él realice ambas cosas. Te sorprendería: al darle a un niño cierta autonomía sobre su horario de tareas podrías motivarlo enormemente.
3. No emplees "no hay tarea" como recompensa
La tarea siempre es de inmensa utilidad para practicar lo que se ha aprendido en la escuela. Les ayuda a los niños comprender y recordar mejor. No es un castigo o un suplicio, de modo que uno necesite un “descanso” para sentirse mejor. No le transmitas a tu hijo la impresión de que la tarea es algo de lo que querría alejarse.
4. No lo presiones, lo sobornes o lo fuerces
No regañes y no fuerces a tu hijo a hacer la tarea, ya sea a través de recompensas o de castigos. "Pero entonces, ¿cómo hacer que los niños hagan la tarea?", podrían preguntarse los padres. No obligues a tu hijo a hacer la tarea. Punto final. Mejor deja que enfrente las consecuencias si no quiere hacerla, esto será más instructivo.
Forzarlo o sobornarlo sólo será contraproducente y reducirá su motivación intrínseca. La motivación para hacer la tarea debe provenir del propio niño.
5. Haz la tarea con tu hijo
No te limites a decirle a tu hijo que la tarea es importante, muéstraselo con el ejemplo. Acompáñalo a hacer la tarea. Le estarás dando a entender que la valoras tanto que estás dispuesto a tomarte el tiempo para hacerla con él. Además, la participación de los padres se asocia con un mejor desempeño escolar.
6. Convierte a la tarea en una actividad divertida y positiva
Convierte la tarea en un juego y una actividad de vinculación entre tu hijo y tú. Puedes comprar libros coloridos y turnarte con él para completar actividades o retarlo a terminar más rápido que tú. O responder mal intencionalmente para que pueda señalar las respuestas incorrectas.
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Celebren cuando ambos terminen u obtengan las respuestas correctas. Convivan y procuren disfrutar el momento. Quizás más tarde, a tu hijo le encante la tarea (a pesar de que resulte difícil de creer).
Aunque no puedas hacer su tarea en sí porque sea responsabilidad suya, puedes comprar libros de ejercicios similares a los que use en la escuela. Puedes, entonces, resolver problemas junto con él como ya lo haya hecho con los suyos.
No es necesario gritar, amenazar o suplicar. Hacer que nuestros hijos adquieran gusto por hacer la tarea es sólo un paso para que desarrollen un buen hábito de aprendizaje.
Terminar la tarea o destacar en calificaciones no es el propósito de la escuela. Incúlcale a tu hijo el amor por el aprendizaje desde un inicio con el fin de que se beneficie de por vida.
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