Disciplinar a niños pequeños puede parecerles una batalla cuesta arriba a los padres. A pesar de su tamaño, suelen ser impresionantemente tercos.
Si bien aún no se encuentran listos para entender la seriedad de algunas consecuencias, es importante que los padres comiencen a usar estrategias de disciplina con que los niños aprendan a manejar su comportamiento. Es un buen momento para que le enseñen cómo tomar buenas decisiones a sus hijos.
Estrategias de disciplina positiva que funcionan
Para que la disciplina sea positiva, los padres deben aplicar estrategias que se adapten a las necesidades de los niños, y no sólo de las suyas. Estas tácticas resultan generalmente eficaces para los niños pequeños.
Muy probablemente, no sea útil decirle a un niño "acaricia suavemente al perro" desde el otro lado de la habitación. En su lugar, muéstrale a tu hijo lo que ello significa por medio de una demostración.
Coloca tu mano sobre la de tu hijo y entonces acaricien suavemente al perro. Dile: "Con toques suaves”, mientras lo hagas. Cada vez que tu hijo trate al perro con tosquedad, repite la lección. Con el tiempo, aprenderá a usar toques más suaves. Las demostraciones son mucho más efectivas que las meras palabras.
También debes concederle a tu hijo varias oportunidades a lo largo del día para que pueda tomar decisiones positivas. Cuando los pequeños sienten que no tienen control de una situación (o de sí mismos) pueden recurrir a rabietas.
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A veces, los pequeños simplemente no se hallan preparados para ciertas tareas, así que lo mejor es evitar forzarlos a enfrentarlas.
Si a tu hijo pequeño le cuesta trabajo comportarse apropiadamente en el supermercado, quizás debas terminar las compras antes de lo previsto. O, si no está escuchando tus instrucciones en el parque, dirígete a casa e inténtalo otro día.
Todos somos receptivos a los elogios, incluidos los niños pequeños. Por lo tanto, alaba el buen comportamiento de tu hijo y anímalo a repetirlo.
Es importante que te des cuenta de ello. Felicítalo por jugar tranquilamente, tratar de vestirse por su cuenta o recoger sus juguetes. Se sentirá motivado a continuar actuando así cuando sepa que te estás fijando en él.
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Los niños pequeños a menudo exhiben un comportamiento histriónico. Los berrinches, los lloriqueos y los gritos suelen empeorar cuando los padres les prestan demasiada atención, ya que esto constituye un refuerzo positivo que los alienta a mantener tal conducta.
A veces, la mejor respuesta consiste en ignorar de manera intencional la búsqueda de atención de los pequeños. Mira para otro lado, finge no escuchar a tu hijo lloriquear o gritar, o actúa como si estuvieras distraído con otra cosa, como con un libro. Tan pronto como cese de portarse mal, préstale atención de nuevo.
Cuando los niños se están portando mal porque tienen hambre o están cansados, ignorarlos no resolverá el problema. Los padres deberán abordar la causa raíz del berrinche. Estar atento a estas señales de hambre y cansancio te ayudará a evitar este tipo de rabietas en el futuro.
Si no puedes ignorar por completo o apartarte de tu hijo durante una rabieta, limita tu respuesta. Al actuar aburrido, por ejemplo, le transmitirás un mensaje similar al de ignorarlo.
La mayoría de los niños pequeños carecen de la paciencia y la capacidad de atención para quedarse quietos por mucho tiempo.
Sin embargo, los padres pueden utilizar un cuarto de tiempo de espera. Sólo tendrán que asegurarse de que sea un lugar completamente a prueba de niños. Coloca a tu hijo dentro de la habitación y cierra la puerta.
Mantén a tu hijo en tiempo fuera durante un minuto por cada año de edad. Eso significa que un niño de 2 años podría cumplir una pausa de 2 minutos.
No uses la habitación de tu hijo como espacio de tiempo de espera. Debe percibir su cama o su cuna como un lugar seguro para dormir, una sensación que se verá afectada al asociar el lugar con un castigo.
Dale únicamente explicaciones breves a tu pequeño. Los niños de esta edad no tienen suficiente capacidad de atención para escuchar explicaciones extensas sobre por qué no deberían hacer algo.
Los padres nunca deben usar castigos físicos o palabras duras para disciplinar a los niños. Golpear, gritar o avergonzar no sólo son respuestas ineficaces a comportamientos no deseables, sino que pueden tener efectos adversos en el bienestar físico y mental de los niños.
Si te sientes frustrado con el comportamiento de tu hijo, aprende a respirar hondo, tómate un tiempo de espera o cuenta hasta 10 antes de volver a hablar con él.
Al manejar tu estrés de una manera sana podrás convertirte en el mejor padre que puedas ser y también podrás disciplinar a tu pequeña de una manera tanto efectiva como positiva.
En el Preschool del Colegio Chimalistac nos preocupamos porque los padres participen activamente en el desarrollo y aprendizaje de sus pequeños. Agenda una cita si quieres conocer más sobre nuestro colegio bilingüe al sur de la Ciudad de México:
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