Todos anhelamos momentos cercanos con nuestros hijos, momentos que hagan que nuestros corazones vibren con alegría. La conexión con ellos es tan esencial para nosotros, padres, como lo es para ellos, porque eso es lo que hace que la crianza valga tanto la pena.
Los investigadores nos recuerdan que necesitamos cinco interacciones positivas por una negativa para mantener sana cualquier relación. Y dado que pasamos tanto tiempo guiando, es decir, corrigiendo, recordando, regañando, criticando, señalando y gritando, es importante asegurarse de pasar cinco veces más tiempo fomentando una conexión basada en cariño.
Dada que la paternidad es el trabajo más difícil sobre la tierra, la única manera de establecer un vínculo fuerte con nuestros hijos es trabajando en hábitos diarios que refuercen esta conexión. Aquí hay siete hábitos que serán de gran ayuda para lograrlo. Éstos alivian la desconexión en la vida diaria y estimulan la inteligencia emocional.
Acurruca a tu hijo en la primera hora de la mañana durante unos minutos, y a última hora en la noche. Abrázalo cuando le digas adiós y cuando te reúnas con él. Péinale el cabello, acaríciale la espalda, frótale los hombros. Haz contacto visual y sonríele. Si tu hijo o hija rechaza tus avances al entrar por la puerta, ten en cuenta que los niños mayores son un poco menos afectos al contacto.
La risa y el juego de manos te mantendrán conectado con tu hijo al estimular la producción de endorfinas y oxitocina en ambos. Hacer que la risa sea un hábito diario también le dará a tu hijo la oportunidad de reírse durante ansiedades y disgustos que, de lo contrario, lo harán sentirse desconectado y más propenso a encapricharse. El juego ayuda a los niños a querer cooperar.
Tu hijo recordará por el resto de su vida que fue lo suficientemente importante como para que sus padres apagaran su teléfono y lo escucharan. Incluso apagar la música en el automóvil puede ser una invitación a conectar. La falta de contacto visual en el automóvil reduce la tensión en general, por lo que es más probable que los niños (y los adultos) se abran y compartan cosas entre sí.
A los niños les cuesta mucho pasar de una cosa a otra. Necesitan que los consintamos en esos momentos en que realmente no quieren renunciar a lo que hacen para pasar a realizar algo más relevante. Si miras a los ojos a tu hijo, usas su nombre, te conectas con él y luego te ríes un poco, le darás un puente para que pueda manejarse a través de cualquier momento, o incluso etapa, de transición.
Haz lo que sea indispensable para programar 15 minutos con cada niño, por separado, diario. Alterna haciendo lo que tu hijo quiera y, otro día, lo que tú quieras durante dicho momento. En sus días, solo muéstrale cariño mientras le prestas atención. En los tuyos, resiste el impulso de estructurar el tiempo demasiado. En cambio, intenta practicar una actividad física o juego que lo haga reír.
Tu hijo necesita expresar sus emociones o se apoderarán de su comportamiento. Además, esta es una oportunidad para que tu hijo pueda sanar de lo que lo incomoda o decepciona, lo que te acercará más a él. Así que reúne toda la compasión que tienes, no dejes que su ira te provoque y dale la bienvenida a las lágrimas y a los miedos que siempre se esconden detrás del enojo.
Simplemente debes reconocer todos sus sentimientos y ofrecerle comprensión en torno a lo que le duela. Esto le conferirá seguridad, para que pueda lidiar con dichas emociones y volver a conectarse después. Luego se sentirá relajado, cooperativo y más cerca de ti.
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El hábito de ver las cosas desde la perspectiva de tu hijo asegurará que lo trates con respeto y busques soluciones en que ambos ganen. Te ayudará a comprender las razones detrás su comportamiento que, de otro modo, podrían volverte loco. Te será útil para regular tus propias emociones, para que tu hijo no se parezca demasiado a un enemigo en las situaciones tensas en el hogar.
Cultivar vínculos afectivos fuertes con tus hijos será un enorme beneficio para ti y para ellos, ya que esto no sólo unirá a la familia, sino que les aportará a ellos (y también a ti) una inteligencia emocional ampliamente desarrollada, pues si hay un medio por el que las emociones positivas se refuerzan, éste sería la familia.
En el blog del Colegio Chimalistac podrás encontrar una gran variedad de consejos y recomendaciones que, como padre, te ayudarán a cuidar mejor de tus hijos y te brindarán soluciones efectivas para reforzar los lazos familiares y para que ellos puedan destacarse más en la escuela. Visítalo aquí:
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