Al educar niños les transmitimos ciertos modales y prácticas, que la mayoría de las veces asimilamos antes nosotros de nuestros padres a lo largo de la infancia. Es esta transmisión de prácticas de una generación a otra lo que suele dar forma a las culturas y sociedades futuras a través del tiempo.
La educación de los hijos no se limita a enviarlos a una buena escuela y proporcionarles comida y ropa. Centrarse sólo en ello podría terminar por originar una generación de personas apáticas, con una cosmovisión distorsionada y cero compasión hacia los demás.
Como un gran número de padres no tienen suficiente tiempo para malabarear el trabajo y los hijos, necesitan hacer un esfuerzo adicional para convertirlos en personas maduras y completas. Obviamente, esto requiere de un trabajo constante, ya que no puede suceder de la noche a la mañana.
Aquí hay seis prácticas que pueden ayudarnos a inculcar en nuestros hijos un sentido de responsabilidad social y enriquecerlos emocional e intelectualmente:
1. Fomentar la autosuficiencia y la responsabilidad
Si bien los padres se esfuerzan por que sus hijos tengan el máximo confort posible, no es una buena decisión que los padres u otras personas realicen todas las tareas del hogar por ellos.
No permitir a los niños realizar algunas de estas tareas por su propia cuenta y no involucrarlos en actividades que vayan más allá del ámbito escolar puede hacer que se acostumbren a descuidar sus deberes. También podrían empezar a dar por sentados los esfuerzos de sus padres.
Es labor de los padres animar a sus hijos a llevar a cabo su propio trabajo, así como asignarles tareas adicionales de vez en cuando. A medida que los niños crecen, los padres pueden aumentar la dificultad de las tareas. Esto les enseñará a ser autosuficientes e inculcará en ellos un sentido de responsabilidad.
La mayoría de las personas tienden a subestimar la capacidad de sus hijos para comprender las noticias y, por ende, no los involucran en tales conversaciones. Al desconocer los problemas relacionados con el mundo contemporáneo, los niños pueden distanciarse de la realidad más de lo conveniente.
Cuando los padres les hablan acerca de problemas nacionales e internacionales, los niños pueden adquirir una mejor comprensión del mundo en el que viven.
Esto les abre una puerta para que se conecten con algunos de los problemas más relevantes en nuestra actualidad y puedan desarrollar la capacidad de relacionarse con personas directamente afectadas; incluso fomenta que vayan construyendo una perspectiva personal.
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3. Promover un sentimiento de gratitud
Los padres pueden infundir una actitud positiva en sus hijos al motivarlos a reconocer todas las cosas por las que deben sentirse agradecidos. Al inspirarlos a ser amables con quienes los rodean, los padres también deben involucrarlos en pequeños actos de gratitud.
Deben alentar a los niños a mostrar empatía hacia las personas que no cuentan con las facilidades que ellos tienen. Esto les despertará sentimientos nobles y los invitará a convertirse en mejores ciudadanos y miembros contribuyentes de la sociedad.
4. Involucrarlos en actividades sociales
Una vez que los niños comiencen a relacionarse con los demás, es determinante que los padres les expliquen la importancia de la solidaridad y de retribuir a la sociedad.
Los padres deben enseñarles que el valor de ayudar a los demás no tiene precio y que la ayuda puede brindarse de varias formas: mediante actos de caridad o al sembrar árboles en la comunidad, por medio de campañas de limpieza o de conservación del agua; las opciones son ilimitadas.
Conforme se vayan acostumbrando a este tipo de actividades sociales, les será más fácil tomar la iniciativa cuando sean mayores.
5. Instigar la bondad a través de anécdotas e historias reales
Los niños tienden a sentirse entusiasmados por los cuentos y tratan de relacionarse con los personajes interesantes. Los padres beneficiarán mucho a sus hijos al leerles historias sobre héroes generosos y personajes nobles como modo de impartirles buenos valores.
Cuando los niños ya no son tan pequeños, los personajes poco realistas pueden desmotivarlos eventualmente. Así que, si han crecido lo suficiente, será mejor compartirles historias reales o anécdotas. Esto avivará su esperanza y podrán apreciar el mundo con una perspectiva más positiva.
6. Modela cómo asumir responsabilidad
Los padres deben estar conscientes de que sus hijos los admiran y, por lo tanto, deben prestar atención a cuanto dicen y hacen ellos mismos. No deben olvidar que sus hijos los imitarían y, con el paso del tiempo, sus valores se arraigarían en sus mentes. Así, los padres deben ejercitar los valores que se proponen enseñar.
Pueden enseñar de altruismo al comunicarse cortésmente con los demás y ofrecerles ayuda a otras personas. Para inculcar veracidad, es imperativo que no mientan. Si prometen algo a sus hijos, deben cumplir con ello. Al ser testigos de dicha coherencia, la fe de los niños en los valores aprendidos se fortalecerá.
Cada uno de los puntos anteriores va en consonancia con el fomento de un entorno propicio, el cual requerirá de varios años de esfuerzo sostenido. Pero, a largo plazo, habrá formado a los niños y les posibilitará llegar a ser individuos socialmente responsables y partícipes valiosos de la sociedad.
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