Todos los niños suelen idear excusas en torno a su comportamiento en un momento u otro. "¡No es mi culpa!" es una reacción común de los niños cuando infringen las reglas. Pero para algunos niños, las excusas crónicas pueden volverse un problema relevante.
Si tu hijo dice cosas como: “Tuve que pegarle porque me pateó primero” o “No es mi culpa haber olvidado la tarea. Tuve que salir de casa a toda prisa”, es importante que lo abordes de manera proactiva.
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De lo contrario, tu hijo se convertirá en un adulto que se niegue a asumir responsabilidad personal por sus acciones.
Consejos para enseñar a los niños a dejar de excusarse y empezar a asumir responsabilidades
Intenta usar estos consejos para enseñarles a tus hijos a dejar de poner excusas por su comportamiento.
Mantén la calma
Evita discutir con tu hijo cuando insista en que algo no es culpa suya. De lo contrario, correrás el riesgo de empezar una lucha de poder. En cambio, responde con calma. Deja en claro que la excusa por su comportamiento no significa que está exento de responsabilidad.
Señala la excusa y recuérdale cuál es su responsabilidad personal. Di: "Tú estás a cargo de tu propio comportamiento" o "Depende de ti encontrar formas de resolver ese problema".
Fomenta la responsabilidad personal
Muéstrale a tu hijo la diferencia entre una explicación y una excusa. Por ejemplo, decirle a su maestro que estuvo ausente porque estaba legítimamente enfermo es una explicación. Mientras tanto, decirle a la maestra que perdió la tarea es una excusa.
En una explicación se acepta responsabilidad personal mientras que en una excusa se tiende a culpar a otras personas o agentes. En una explicación se busca que otros comprendan la situación, mientras que en una excusa generalmente se busca justificar un error.
A veces, los niños (al igual que muchos adultos) tienen dificultades para reconocer la diferencia. Pero vale la pena dedicar el tiempo y el esfuerzo necesarios para ayudarle a tu hijo a reconocer la diferencia entre culpar a los demás y asumir responsabilidad personal.
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Representa varios escenarios y pídele que identifique cuándo está dando una excusa en vez de ofreciendo una explicación. Con práctica, madurará y reconocerá la diferencia.
Anímalo a evidenciar explicaciones y excusas cuando esté viendo una película o leyendo un libro. A medida que su comprensión aumente, identificará mejor las situaciones en las que las personas intenten evitar responsabilidad.
Enséñale habilidades para resolver problemas
Cuando tu hijo trate de culpar a otras personas por sus errores y sus problemas, haz que se concentre en la elección sobre cómo responde. Por ejemplo, si dice: "Obtuve una mala calificación en el proyecto porque el maestro no me explicó cómo hacerlo", pregúntale: "¿Qué podría haber hecho al respecto?"
Habla sobre cómo podría haber pedido una aclaración o buscado ayuda, en lugar de culpar al maestro por su mala calificación.
Es importante que tu hijo reconozca que tiene opciones en cuanto a cómo responder. Si su hermano lo patea, no tiene por qué pegarle. En cambio, puede pedir ayuda, decirle que se detenga o abandonar la situación.
Aclara que sin importar lo que suceda a su alrededor, él es en última instancia responsable de sus propias decisiones.
Enfatiza el aprendizaje de los errores
Enséñale a tu hijo que los errores son una oportunidad de aprendizaje. Cuando los niños consideran los errores como una forma de aprender, será menos probable que intenten ocultarlos o culpar a otras personas. Muéstrale que cometer errores no es malo, pero es importante aprender de ellos para que no se repitan.
Acuérdate de elogiarlo por decir la verdad o asumir la responsabilidad sobre su comportamiento. Cuando diga cosas como: "No le habría pegado si no me hubiera enojado", hazle saber sutilmente que nadie lo obligó a actuar así y que él es quien elige cómo se comporta.
Cuando esté tranquilo, aborda lo que podría hacer de un modo diferente la próxima vez.
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