Cuando los hijos crecen se exponen a diversos peligros a los que, como padres, debemos estar alerta para orientarlos de la mejor forma y evitar que caigan en conductas nocivas para su salud.
El Instituto Nacional de Salud Pública de México revela datos alarmantes sobre la ingesta de alcohol en el país y destaca el preocupante incremento en el porcentaje de menores de edad que toman bebidas de este tipo en los últimos años. Menciona también que el 29.8% de jóvenes de 10 a 19 años las han bebido en el último mes.
En el presente artículo, exploraremos el fenómeno del consumo de alcohol en adolescentes, analizaremos cuáles son sus causas más comunes y cómo prevenirlo con estrategias básicas desde el núcleo familiar.
La complejidad del problema radica en diversos factores individuales, como la edad, el sexo, las circunstancias familiares y el estatus socioeconómico.
Según el Centro de Ayuda al Alcohólico y sus Familiares (CAAF), el 63% de la población identificada como consumidora son adolescentes y jóvenes de 12 a 24 años.
Las principales causas que impulsan esta conducta junto con su porcentaje son:
Como podemos ver, si bien la influencia externa juega un papel muy importante en las razones para empezar a tomar, la motivación personal impulsada por la curiosidad y las ganas de experimentar sensaciones nuevas, muy presente en los jóvenes, es la más destacada.
Estos datos nos permiten visualizar a dónde debemos dirigir nuestros esfuerzos para atender el problema de raíz.
La pregunta crucial es: ¿debo enseñar a mis hijos a beber alcohol? Investigaciones indican que dicha estrategia aumenta la probabilidad de consumo por menores de edad, por lo que no es recomendable.
La falta de reglas claras, una comunicación insuficiente o el abuso de la bebida por parte de los padres favorecen la ingesta en los jóvenes. Incluso retrasar su inicio es imperativo, dado que dicha sustancia afecta el desarrollo cerebral en todo el proceso de crecimiento.
La crianza juega un papel fundamental. Un entorno con disciplina equilibrada, valores sólidos, afecto positivo, comunicación clara y actividades saludables reduce significativamente la probabilidad de que los chicos tomen alcohol.
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Hablar frecuentemente sobre los riesgos, aun cuando no parezcan estar interesados, es de gran ayuda.
Entre los consejos prácticos para evitar su consumo en adolescentes encontramos los siguientes:
Un hogar con normas ayuda a los jóvenes a entender los límites.
Inicia conversaciones informadas sobre los peligros y consecuencias de esta práctica.
La vigilancia contribuye a proteger a los chicos de situaciones de riesgo.
Explica que el cerebro sigue madurando hasta los 21 años y qué sustancias pueden dañarlo.
Fomenta actividades deportivas, artísticas y sociales que no involucren sustancias psicoactivas. Para ello, hay que apoyar sus pasiones y deseos de aprendizaje en actividades extraescolares.
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Recuerda, los chicos educados con apoyo, cariño y comunicación efectiva tienen menos probabilidades de ingerir sustancias nocivas para su salud. Actúa ahora para proteger el futuro de tus hijos.
En el Colegio Greenland nos preocupamos por el bienestar integral de tus hijos.
Nuestra institución, a través de la disciplina positiva, la orientación personalizada, el énfasis en la práctica deportiva y artística, un ambiente de aprendizaje rebosante de valores y el impulso en la construcción y persecución de metas, se convierte en el segundo hogar ideal para el desarrollo pleno de los que más amas.
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