Ningún adolescente está condenado a quedarse en una condición de sobrepeso. Un estudio europeo de hace 10 años mostró que incluso los adolescentes con obesidad ligada a su genética pueden superarla al hacer ejercicio durante 60 minutos al día.
El esfuerzo de aquellos adolescentes en el estudio que hicieron ejercicio con regularidad se tradujo en una reducción de grasa corporal, un índice de masa corporal (IMC) más bajo y una cintura más pequeña.
Sin embargo, a algunos jóvenes una hora de actividad física al día puede parecerles mucho. Si tu hijo adolescente no está físicamente activo o es muy consciente de su sobrepeso (en caso de que lo tenga), esto puede ser abrumador.
Ahí es donde nosotros, los padres, entramos en juego. Es posible ayudarle a un hijo adolescente a comenzar a moverse y a realizar hasta 60 minutos de actividad física al día. La clave es empezar de poco a poco, compartir modelos a seguir y brindar apoyo a lo largo del camino.
Éstos son cinco consejos que te servirán para ayudarle a tu hijo a hacer ejercicio y mantenerse motivado para que experimente los beneficios.
1. Inicien con pasos pequeños
Muchos niños que no están acostumbrados a hacer ejercicio pueden tolerar sólo un poco de actividad física antes de querer abandonar su iniciativa. Así que comiencen con pasos pequeños, como con una caminata de 10 minutos a diario por la tarde.
Si la idea de hacer ejercicio todos los días le resulta abrumadora, empiecen por caminar un día sí y un día no. Añadan un minuto más de caminata cada día y pídele a tu hijo que cuente su progreso.
Establecer metas sencillas como ésta es importante para los adolescentes. Hacer seguimiento de la suma de los minutos puede aumentar su motivación. Podrías acordar con él en darle una recompensa por acumular más minutos.
Los pequeños éxitos también fortalecerán la confianza de tu hijo en sí mismo y lo alentarán a hacer de la actividad física una parte de su vida. Felicítalo y anímalo por cualquier paso positivo que dé para llevar una vida más saludable.
2. Limita el tiempo frente a la pantalla
Todo el tiempo que tu hijo pasa frente a la televisión o la computadora es tiempo en que no está activo.
La Academia Americana de Pediatría recomienda que los adolescentes no vean televisión o jueguen videojuegos por más de dos horas al día. Conversen para fijar las reglas de la casa respecto al tiempo frente a la pantalla.
Y cuando la familia vea televisión o juegue videojuegos, intenta lo siguiente:
O guarda mancuernas pequeñas y bandas elásticas en un contenedor junto a la televisión que uses durante los comerciales o los programas. Este enfoque que combina acondicionamiento físico con tiempo frente a la pantalla puede motivar a tu hijo a seguir realizando actividad física.
3. Promueve actividades agradables
El mejor programa de ejercicios es uno que tu hijo realmente lleve a cabo. ¿Le gustan la naturaleza y los animales? Busca organizaciones para jóvenes que planeen actividades al aire libre (claro, siempre y cuando ello sea posible debido a la situación pandémica).
Si le gustan las artes marciales, el baile o la gimnasia, busquen clases que le interesen en un centro comunitario o en la escuela. Aun actividades como el teatro pueden animar a los adolescentes a moverse un poco.
Recuerda, cualquier actividad que se base en movimiento cuenta. Éstas incluyen las tareas domésticas dentro y fuera de la casa. Programa una hora de limpieza o solicita la ayuda de tu hijo para que limpie el patio o lave el automóvil.
4. Consideren el entrenamiento con pesas
El entrenamiento de fuerza, o entrenamiento de resistencia, puede ser una buena opción para los adolescentes que aún no están acostumbrados al ejercicio aeróbico.
Un estudio de 2009 concluyó que los ejercicios de resistencia tres días a la semana pueden reducir la grasa corporal y aumentar los músculos, la fuerza y la potencia física significativamente en los niños obesos.
No es necesario inscribirse en un gimnasio para realizar entrenamientos de fuerza. En casa, tu hijo puede hacer lagartijas y abdominales, levantar pesas o ejercitarse con bandas de resistencia. Sólo asegúrate de hablar con su médico antes de que tu hijo comience un plan de entrenamiento de fuerza.
5. Fomenta su participación en deportes
Es posible que a los adolescentes a quienes les gusta ver deportes también disfruten de jugarlos. Si a tu hijo no le gusta o se siente incómodo con la idea de los deportes competitivos, aliéntalo a adoptar un deporte como ciclismo o correr. Encontrar a un entrenador adecuado puede volverse una gran oportunidad.
Ante todo, recuerda que desarrollar un estilo de vida activo y saludable no es una carrera. Será más probable que un adolescente llegue a dicho punto si lo hace paso a paso. Como padre, tu ejemplo y tu motivación tal vez sea lo que necesite para lograrlo.
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