Desde la era moderna, en general, se ha priorizado la enseñanza de habilidades racionales y académicas, mientras que se han dejado de lado aspectos esenciales como las emociones, la comunicación y el bienestar personal.
Sin embargo, una formación verdaderamente integral no debería enfocarse sólo en los logros cognitivos y técnicos, sino también en aquellas competencias que permiten a los niños desenvolverse con éxito en su entorno social.
¿Te imaginas un equipo de grandes genios y expertos que no puedan trabajar juntos porque no logran dialogar entre ellos o no saben cooperar? Esto es algo que resuelven las llamadas “habilidades blandas” o “no cognitivas”, las cuales están relacionadas con el comportamiento y la inteligencia emocional.
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A continuación, te presentamos 11 de las habilidades blandas más importantes para los niños que son clave tanto en la infancia como en el futuro desarrollo personal:
La empatía les posibilita comprender lo que sienten y experimentan los demás, lo cual es la base para mejorar la convivencia en cualquier espacio social.
Saber expresarse con claridad y escuchar es primordial para una buena interacción con las personas. En los niños, esto se traduce en relaciones más fluidas, resolución de problemas y la capacidad de expresar sus pensamientos y sentimientos con asertividad.
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Creer en sí mismos les ayuda a superar desafíos con mayor determinación y recuperarse de los fracasos. Además, impulsa su rendimiento y les ayuda a tanto a valorar sus capacidades como a generar una imagen positiva de sí mismos.
Ser resiliente significa saber enfrentar las dificultades y aprender de ellas. En la infancia, esta capacidad es una gran herramienta para manejar los retos y frustraciones, así como para construir un carácter fuerte y adaptable que permite salir avante en cualquier proyecto o situación complicada.
Es importante poder evitar los conflictos, pero estos, tarde o temprano, se presentan, por lo que asimismo es indispensable enseñar a los niños a resolverlos por vías pacíficas y justas con el fin de que creen y mantengan un ambiente positivo donde sea que se encuentren.
La creatividad no sólo está relacionada con las artes, sino también con la destreza para encontrar soluciones innovadoras a todo tipo de problemas. Adicionalmente, el pensamiento divergente y flexible suscita nuevas perspectivas y aumenta su confianza para tomar decisiones.
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Trabajar bien en equipo es una competencia que todos necesitan para participar efectivamente en cualquier entorno social o profesional.
La colaboración les enseña la importancia de escuchar diferentes posturas, compartir responsabilidades, contribuir al logro de objetivos comunes y de entender que el éxito colectivo es tan importante como el individual.
Los niños que adquieren habilidades para identificar, comprender y regular sus emociones están mejor equipados para manejar el estrés, la frustración y las situaciones difíciles.
Todo esto favorece su bienestar holístico e influye en su rendimiento académico y en la calidad de sus vínculos afectivos.
Cuando la toma de decisiones informadas y responsables se cultiva desde la infancia, se prepara a las nuevas generaciones para que puedan asumir un mayor control sobre sus vidas.
Para ello, hay que instruirlos en cómo evaluar opciones, considerar las consecuencias y elegir con autonomía bajo un sentido de responsabilidad.
Vivimos en un mundo en constante cambio, y la capacidad de adaptarse es clave para afrontar nuevos escenarios con éxito.
Gracias a tal recurso, las situaciones inesperadas ya no son motivo de preocupación, sino de ocupación, y las personas logran ajustarse a diferentes contextos sociales, académicos o profesionales para lograr una autosuperación constante.
La curiosidad es el motor del aprendizaje continuo. Si se contagia un genuino interés por explorar y cuestionar el mundo que les rodea nacerá en ellos un amor por el conocimiento que los acompañará durante toda su formación.
Una educación que valore tanto las habilidades blandas como las técnicas encauza a los niños para que se desarrollen de forma holística potenciando todas sus competencias.
Al crecer con esta base armónica son más felices, más capaces de establecer relaciones profundas y significativas, y tienen una mayor capacidad para adaptarse a las demandas del mundo y lograr cosas extraordinarias, tanto en términos de éxito externo, como también en la construcción de una vida plena y satisfactoria.
En el Colegio Greenland, promovemos una educación integral que abarca las dimensiones física, cognitiva y socioemocional de los estudiantes. De esta manera, nuestro modelo educativo es garantía de excelencia académica a la par que brinda competencias para la vida que hacen de nuestros estudiantes niños felices y plenos.
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