En la era digital en la que vivimos, las habilidades STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) se han vuelto indispensables debido a su papel en la innovación tecnológica y la creación de soluciones para muchos desafíos contemporáneos.
Estas también sirven para desarrollar avances significativos y preparar a las generaciones futuras para enfrentar los retos de un entorno global en constante evolución.
De hecho, se cree que la demanda de profesionales en tecnologías de la información en Latinoamérica crecerá 10 veces más para 2030. Pero, ¿cómo podemos cultivar estas facultades desde temprana edad?
La respuesta está en las clases de robótica, una rama de la ingeniería que involucra el diseño, construcción y programación de robots para que realicen tareas específicas. Por ello, a continuación, exploraremos sus beneficios en los niños y adolescentes.
Aprenden a descomponer problemas en pasos más simples, es decir, ejercitan facultades analíticas esenciales para situaciones complejas. Este proceso, similar al que emplean los ingenieros y programadores, estimula el razonamiento deductivo.
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Contrario a la creencia popular, la robótica no solo se trata de números y códigos. Estas clases también fomentan la creatividad.
Los alumnos diseñan, construyen y programan robots, con lo que dan vuelo a su imaginación. Este enfoque integral fortalece la capacidad de encontrar soluciones innovadoras.
Según el Reporte Indicadores STEM para México dichas carreras son las que tienen mayor potencial de empleabilidad y remuneración, ya que la participación laboral de adultos que las dominan es mayor al 80%.
Al aprender de robótica, los niños y adolescentes adquieren conocimientos de estas profesiones y la preparación adecuada para el mercado laboral del mañana.
Fomentan la colaboración, puesto que los estudiantes trabajan juntos para construir proyectos e investigar. Esta interacción social refuerza habilidades de comunicación y cooperación, las cuales son clave en cualquier entorno profesional.
Los aprendices aplican sus conocimientos para abordar adversidades en el mundo real, desde la automatización de tareas cotidianas hasta la creación de soluciones para desafíos medioambientales. Esto les brinda una perspectiva práctica y valiosa.
Generan entusiasmo por la ciencia y la tecnología. Al experimentar con la construcción y programación de robots, los chicos y jóvenes descubren el lado emocionante y práctico de estas disciplinas, lo que impulsa un interés continuo.
En las clases de robótica para niños y adolescentes, los contenidos suelen adaptarse a niveles de habilidad y comprensión adecuados para la edad, utilizando enfoques interactivos y lúdicos.
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De este modo, la mencionada formación, no sólo es una tendencia educativa apasionante para ellos, sino una necesidad que proporciona a tus hijos las competencias que les permitirán destacar en un mundo en el que cada vez dependemos más de las herramientas tecnológicas.
¿En dónde ofrecen clases de calidad de robótica en México? En el prestigioso Colegio Chimalistac, en el que, debido a su enfoque integral con altos estándares académicos, sus estudiantes obtienen conocimientos y herramientas en asignaturas STEM, así como en humanidades, ciencias, artes y deportes.
Una formación completa es la mejor inversión que puedes hacer por el futuro de tus hijos. Te invitamos a agendar una cita informativa para que conozcas todos los detalles del próximo paso al éxito de los que más quieres en su educación.
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