Cuando los niños se dan cuenta de que las palabras tienen un significado y que las historias de los libros pueden leerse no sólo de memoria, se involucran y se interesan mucho más fácilmente por la lectura. Esta revelación alienta a los niños a desarrollar un gusto especial por los libros.
Si bien cualquier lectura que compartas con tu hijo será beneficiosa, hacer uso de algunas técnicas simples puede ayudar a los niños a aprender vocabulario más rápido e incluso a fomentar habilidades como la empatía y el autocontrol. Aquí hay una guía, por edad, para conseguir que el momento de lectura sea aún más enriquecedor:
Para un bebé menor de un año
Prueba libros para niños grandes: es posible que pienses no leerles libros complicados a un recién nacido, pero los bebés menores de seis meses realmente se benefician de escuchar lecturas para niños mayores. Les ayuda a conocer el ritmo del idioma, entrena sus oídos y hace que se vuelva un poco más fácil para ellos prestar atención a oraciones largas más tarde.
Capta su atención: a los seis o doce meses, los bebés comienzan a interesarse por los libros como juguetes para manipular. Exponlos a libros de tela con elementos como solapas, páginas arrugadas o botones electrónicos para mantener su interés. Los libros que tienen imágenes simples combinadas con palabras de pronunciación sencilla lleva a los bebés a aprender el vocabulario básico.
Para un niño de un año
Acude a los clásicos: las rimas infantiles son geniales a esta edad debido a su ritmo natural. Los niños parecen aprender mejor nuevo vocabulario cuando hacemos pausas antes de detalles importantes, porque esto les permite prestar atención con más facilidad.
Espera más: señala las imágenes y nómbralas, pero ahora podrás esperar que tu hijo responda señalando, gesticulando, haciendo sonidos o imitando la palabra. Este tipo de lectura es el comienzo de lo que se llama lectura dialógica, una técnica en la que padres y niños sostienen una conversación sobre lo que aparece en una lectura y resulta útil para que los niños retengan vocabulario.
Para un niño de dos años
Lee historias sobre su mundo: los niños pequeños están listos para husmear en libros con imágenes e historias más complejas. Las mejores elecciones son aquéllas que describen cosas familiares para ellos, como ir al parque o rutinas para acostarse.
Hazlo divertido: si tienes un niño pequeño muy activo, sin intenciones de quedarse quieto durante la hora del cuento, intenta emplear un libro más interactivo: levanta la tapa o tira de las pestañas. Los electrónicos que hacen sonidos cuando se presiona algún botón son geniales para mantener involucrados a los niños.
Realiza preguntas: a los niños pequeños les encanta releer sus historias favoritas. Después de que hayan leído un libro juntos varias veces y se hayan familiarizado con una historia, intenta pedirle a tu hijo que te cuente qué sucede después. Puedes preguntarle qué sucedió en un evento importante dentro de la historia, o puedes conectar el texto con el mundo real.
Para un niño de tres años
Amplía la trama: los niños de esta edad son receptivos ya a historias reales con tramas simples, busca libros en los que el personaje tenga un problema, procure solucionarlo y finalmente desemboque en un final feliz. En este nivel, los libros tienden a tener tres o cuatro oraciones por página. También puedes presentarle a tu hijo libros de no ficción sobre temas como dinosaurios o el sistema solar.
Explica vocabulario nuevo: cuando encuentres una palabra que sea nueva para tu hijo, detente momentáneamente para describírsela.
Concéntrate en los sentimientos: de la misma manera, emplea un momento para discutir lo que sienten los personajes. Los estados internos son complicados de entender para los niños. Cuando te encuentres con palabras como pensar, querer, desear, preguntarse y esperar, pausa para hablar sobre lo que significan. Se ha demostrado que esto sirve para que comprendan los sentimientos ajenos.
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Para niños de cuatro y cinco años
Acércalos a lecturas más complicadas: los niños ahora son aptos para leer historias sobre personas con múltiples problemas, tramas secundarias y personajes que tienen deseos encontrados. Estos libros tienden a mostrar de cuatro a diez oraciones por página, y aún aparece una foto en cada hoja.
Señala el texto: indica oraciones que rimen y contengan aliteración (que es cuando las palabras comienzan con la misma letra o sonido). Y lee el texto en las ilustraciones para que los niños desarrollen la idea de que las palabras son significativas.
Para niños de seis años en adelante
Gradúalos a usar libros de capítulos: cuando busques opciones de lectura en voz alta, consigue libros de capítulos con menos imágenes, o ninguna. Es una excelente manera de habituar a los niños a tramas más complicadas y a lenguaje avanzado (como a la estructura de oraciones pasivas, que no usamos con tanta frecuencia).
Diviértelos: sobre todo, asegúrate de que la experiencia de lectura siga siendo agradable. La parte más importante consiste en infundir el entusiasmo al leer. Una vez que alguien llega a la edad en que puede leer lo que le parece personalmente interesante, es probable que siga leyendo.
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La lectura es una manera muy efectiva para que tus hijos aprendan diversas habilidades que les servirán mucho en la vida y para que puedan ampliar sus horizontes culturales y vivenciales. Si aprendes a transmitirle a tu hijo amor por los libros desde que es muy pequeño, será muy probable que desarrolle un gran gusto por la lectura al ser mayor.
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