En cada fase, los niños acostumbran hacer preguntas específicas. De hecho, sería mejor puntualizar que siempre se encuentran haciendo un montón de preguntas.
Por poner algunos ejemplos: ¿Qué es más rápido, la luz o el sonido? ¿De dónde vienen los pensamientos? ¿Qué comeremos hoy? ¿Puedo pedir prestado el coche? Sin embargo, este no es el tipo de preguntas que queremos referir.
Desde el punto de vista de su desarrollo, los niños se hallan programados para luchar a nivel inconsciente con cierta tensión en concreto (según su etapa de desarrollo). Y de cómo les ayudamos (o no) a resolver tal tensión surge la capacidad de edificar o, lo contrario, erosionar su confianza.
Existen pocas verdades universales en lo que respecta a la crianza de los hijos, pero quizás todos podemos estar de acuerdo en que buscamos que maduren y se conviertan en adultos seguros de sí mismos. Pero no de un modo que alimente su soberbia, sino de uno que les permita estar seguros de lo que son y representan.
Dicho tipo de confianza también infunde seguridad a los demás y los anima a buscar lo mismo: es constructiva.
Entonces, ¿a qué preguntas aludimos según la etapa de nuestros hijos?
De manera general, durante la fase preescolar los padres resuelven la tensión de sus hijos al satisfacer sus necesidades físicas. Cada vez que alimentamos a nuestro bebé, le preparamos un bocadillo a nuestro pequeño o curamos uno de sus raspones, edificamos su confianza.
Contenido relacionado: 8 formas de desarrollar las habilidades sociales en los niños
Resolvemos su tensión en la fase de primaria al promover sus intereses. Cuando hacemos contacto visual con nuestros hijos mientras nos comparten cómo les fue en la escuela, cuando celebramos su primer partido de fútbol o cuando les permitimos invitar a sus amigos, edificamos su confianza.
Resolvemos su tensión en la fase de secundaria al retroalimentarlos en su trayectoria personal. Cuando con alegría dejamos que nuestros hijos experimenten con su peinado y apoyamos sus preferencias estéticas, nutrimos su confianza.
Contenido relacionado: Cómo enseñarle a tu hijo adolescente a tomar mejores decisiones
Resolvemos su tensión en la fase de preparatoria al estimular su potencial. Siempre que animamos a nuestros hijos a cultivar nuevos hobbies, los alentamos a expresar sus opiniones o los ayudamos a elegir carrera, nos enfocamos en que lleguen a ser adultos seguros de sí mismos.
Quizás esto pueda sonar complicado. Quizás ya estés atendiendo varios de estos aspectos. Una de las mejores maneras en que podemos apoyar a nuestros hijos en cada etapa de su vida siempre será recordándoles que su vida está llena de propósito y que cada uno de ellos es un ser único y significativo.
Es parte de la misión del Colegio Chimalistac apoyar a los padres de familia en la formación de sus hijos a través de sus diferentes etapas y ayudar a nuestros alumnos para que lleguen a ser la mejor versión de sí mismos, por eso contamos con distintos programas y asesoría psicológica. Agenda una cita con nosotros, aquí:
También puede interesarte: