Los niños son seres asombrosos, capaces de desarrollar hábitos naturales al crecer. Algunas cualidades, sin embargo, no se forman con tanta naturalidad. La responsabilidad es una de ellas, y es una que la mayoría de los padres querrían priorizar para describir a su hijo.
Criar a un niño responsable feliz de ayudar y no renuente a colaborar, puede lograrse con paciencia y algunos trucos de crianza. Aquí, 9 estrategias para inculcar este valor en tu hijo
1.- Cría un hijo que sepa resolver sus problemas.
Comienza por cooperar con él, hasta que lo aprenda. Mientras más amable seas al respecto más rápido lo hará, y recuerda no preocuparte en caso de desastre. Anímalo a recoger algo que haya caído al suelo si ocurrió un accidente, aunque te resulte más fácil hacerlo tú mismo. Siempre y cuando no lo juzgues, le agradará ayudar a limpiar y mejorar otro tipo de cosas.
2. Los niños requieren de la oportunidad para contribuir.
Todo niño contribuye de maneras distintas. Ubícalas y reconócelas. A medida que tus hijos crezcan, sus aportaciones deben aumentar adecuadamente, ya dentro o fuera del hogar. Los niños necesitan construir dos tipos de responsabilidades: cuidar de sí mismos y contribuir al bienestar de la familia.
Por supuesto, no esperes a que simplemente se vuelvan maduros de la noche a la mañana. Incrementa constantemente la responsabilidad de modos apropiados para su edad. Comienza con pequeñas tareas, y una vez que las dominen podrás encargarles otras más complicadas. Así, gradualmente desarrollarán más responsabilidad.
3. Recuerda que los niños no gustan de hacer tareas.
El objetivo no es forzar el trabajo, sino moldear a un niño que disfrute acomidiéndose y asumiendo responsabilidades. Vuélvelo divertido. Brinda la estructura, el apoyo y la ayuda práctica necesarios, lo que incluye sentarse con él y asistirlo durante las primeras veces que ejecuta una tarea, si parece indispensable. Sí, será mucho más difícil que hacerlo por cuenta propia, pero recuerda que hay alegría en estas tareas junto con la satisfacción de un desempeño esforzado. Eventualmente él las hará por sí mismo.
4. Siempre permite que ellos lo hagan.
Los niños pequeños buscan insistentemente dominar sus mundos físicos, y al apoyarlos para lograrlo, asumen la responsabilidad de ser "capaces de responder". Entonces, en lugar de resolver una situación de manera inmediata, permite que tu hijo lo lleve a cabo. Te encuentras trabajando con él para que le sea posible descubrir la satisfacción que existe en contribuir, lo que importa más que hacer una labor perfecta. Considera que también está cooperando, detalle que motiva a los niños a seguir actuando así.
5. En lugar de dar órdenes intenta pedirle a tu hijo que reflexione.
Por la mañana, en lugar de repetirle constantemente lo que debe hacer, incentívalo a anotar una lista en donde podrá continuar con un itinerario y terminarlo por sí mismo, al punto de no necesitarla. El objetivo es mantenerlo enfocado, mañana tras mañana, hasta que la internalice y comience a gestionar sus propias actividades matutinas. Esto puedes aplicarlo a cualquier tarea.
6. Proporciona rutinas y estructura.
Las rutinas son cruciales en la vida de los niños por múltiples razones, pues brindan oportunidades para manejarse a través de series de tareas que no siempre son especialmente atractivas. Primero, dominarán la rutina de acostarse, limpiarán los juguetes y se prepararán por la mañana; luego desarrollarán excelentes hábitos de estudio y hábitos de aseo; finalmente, aprenderán habilidades básicas para la vida mediante la repetición de rutinas domésticas. cómo lavar la ropa o preparar comidas sencillas.
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7. Enseña a tu hijo a ser responsable con los demás.
Cuando tu hijo hiere los sentimientos de su hermanito, no lo obligues a pedir disculpas. En cambio, escucha sus sentimientos para que sea capaz de resolver esas emociones. Luego, una vez que se sienta mejor, pregúntale qué puede hacer para restaurar las diferencias entre ellos. Quizás él estará listo para disculparse. Pero tal vez preferiría arreglar las cosas de otra manera. Esto enseña a los niños que su trato hacia los demás tiene un costo y lo hace responsables de las reparar daños, en caso de haber sido causados. Al no forzar el deber, podría disculparse sin presión de por medio, es decir, genuinamente.
8. No te apresures a rescatar a tu hijo de alguna situación difícil.
Sabemos que te encuentras disponible para guiarlo a superar sus emociones negativas y temores, y para asegurarte de que no le suceda nada desagradable, pero debes permitir que maneje problemas por sí mismo, ya sea que deba ofrecer una disculpa o solucionar algún embrollo de un modo más concreto. Esto les permitirá desarrollar autonomía y crecer con madurez.
9. Sé modelo de responsabilidad.
Mantén las promesas hacia tu hijo y no te excuses. Si no cumples al haber prometido conseguir el cuaderno que requiere para la escuela o jugar con él, ¿Por qué él debería responsabilizarse de cumplir promesas y acuerdos contigo?
La responsabilidad es un valor primordial para las personas, y desde que son pequeños podemos enseñar a nuestros hijos a desarrollarlo y respetarlo, lo que les concederá muchos beneficios conforme vayan creciendo.
En el Chimalistac uno de nuestros valores principales es la responsabilidad, por lo que lo incluimos en el día a día de nuestros alumnos, de esta manera formamos alumnos íntegros, capaces de poder crear su propio proyecto de vida con estos valores.
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