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El poder de las rutinas nocturnas

¿Cómo una estructura predecible gana tiempo de calidad y reduce el frenesí del final del día para la familia? La palabra "estructura" quizás evoque menos asociaciones positivas, pues sugiere restricción, no considerada como algo bueno, lo cual no obstante es incorrecto. Resulta que todos nos beneficiamos de una cierta cantidad de estructura, una rutina diaria o un conjunto de micro-rutinas, que se correlacionan con productividad, salud y longevidad.

Por más beneficiosas que sean las rutinas para las personas exitosas, son aún más esenciales para los niños. "Una cosa que podemos afirmar es que los niños se desempeñan mejor al conocer lo que vendrá después", dice Brenda Carrasquillo, directora de Icahn Charter School 2 en Nueva York, escuela de Listón Azul.

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Una rutina casera positiva y predecible ayuda a los niños a sentirse seguros. Y realizar las mismas cosas de la misma manera casi a la misma hora todos los días facilita la adquisición de habilidades y conocimientos de poco en poco. Lo cual prueba ser tan importante como aprender el abecedario, saber abrocharse las agujetas o participar en una conversación a la hora de comer.

No parece sorprendente que los niños de hogares no estructurados a menudo tengan dificultades en la escuela. Después de todo, las escuelas son un mundo de rutina. Si sigues una rutina en tu hogar, tu función ejecutiva estará mejor desarrollada de lo que lo estaría si tu vida en el hogar fuera, por el contrario, impredecible. Al haber aprendido un conjunto de rutinas en casa, será mucho más fácil aprender uno en la escuela. Y como todas requieren control de impulsos y enfoque, la práctica misma de llevarlas a cabo fortalece nuestra capacidad de aprendizaje.

En un experimento exitoso cuyo fin era apoyar a las familias de niños en edad escolar, se examinaron las mejores prácticas para el desarrollo infantil y se implementaron en una rutina nocturna de dos horas, que se llamó "paternidad en horario de máxima audiencia”, que también es el título del libro de Heather Miller (“Prime time parenting”). Comenzaba las 6 o 6:30 pm y terminaba aproximadamente dos horas después, con el objetivo de garantizar que los niños de 5 a 13 años se acostaran a más tardar a las 9 pm.

6 pm - Saluda a tus hijos. Dedica de cinco a diez minutos a discutir tu día y el suyo, pídeles que saquen su tarea, guíalos a escribir su lista de pendientes y asegúrate de que tengan los materiales necesarios para completarla.

6:30 pm - La media hora de la cena. Disfruta de una cena nutritiva en familia. Aborda temas de conversación, como: "¿preferirías vivir en el futuro o en el pasado?", para alentar la conversación en la mesa. Da gracias, como familia, por las cosas buenas de su vida, ya que esta práctica diaria promueve que las personas y las familias sean más felices, más resistentes y psicológicamente más fuertes. Fomenta los buenos modales en la mesa, pues estos comportamientos de control de impulsos son los que posibilitan los momentos familiares agradables.

7 pm - El ajetreo de la tarea. Siéntate con tus hijos mientras completan sus tareas restantes. Supervísalos, motívalos, organízalos, y felicítalos al terminarlas. Tu trabajo no es hacer la tarea de tus hijos, ni siquiera corregirla, sino asegurarte de que la hagan a conciencia y reflejen un esfuerzo serio. Dicha parte de la rutina puede extenderse a una hora completa para los niños que tienen mucha tarea.

7:30 pm o 8 pm - Baño, libro y cama. La mayoría de los niños requieren una rutina de 30 minutos antes de irse a la cama con el fin de que se duerman con facilidad. Un baño o ducha tiene efectos soporíferos, al cambiar la temperatura de nuestro cuerpo y fomentando la somnolencia. Leer con los hijos, incluso cuando están en la primaria, nos permite compartir libros preciados con ellos y disfrutar de un ritual especial de unión cada noche. Una intervención para cerrar el día puede ayudar a un niño a sentirse seguro, amado y listo para descansar.

8:30 pm o 9 pm - La hora de acostarse. Llevar a los niños a la cama entre las 8:30 o 9 tiene dos beneficios, les permite obtener las 9 a 11 horas recomendadas de sueño que necesitan, así como permite a los padres obtener un par de horas para sí mismos cada noche. Por supuesto, parte de ese tiempo consiste en lavarse y prepararse para el día siguiente, pero tales actividades pueden ser un poco meditativas cuando se realizan mientras los niños duermen. Cuando los padres tienen tiempo para ellos solos cada noche, tanto para la organizarse como para descansar y relajarse, se encuentran en mejores condiciones para enfrentar las exigencias del trabajo y la paternidad.

En la era digital, el uso constante de dispositivos interrumpe con bastante frecuencia el flujo de la vida en el hogar y la interacción cara a cara, y las rutinas en el hogar se han vuelto más importantes que nunca, especialmente aquéllas que implican apagar estos dispositivos por completo durante un tiempo. Una rutina nocturna de dos horas sin pantallas puede ayudar a mantenernos como padres activos y proporcionar una estructura de hogar significativa y positiva que no sólo beneficia el desarrollo de un niño, sino que también aumenta el bienestar de toda la familia.

En el Chimalistac conocemos la importancia del hogar para nuestros alumnos, ya que desde ahí comienza la educación de los niños. Si te interesó esta rutina para ofrecerle un tiempo de calidad tanto a tus hijos como a ti y a tu familia, entra y conoce nuestro blog, en el cual puedes encontrar más consejos similares.

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