La primera infancia es el período de tiempo entre el nacimiento de un niño y la edad de ocho años. Sin embargo, cuando nos referimos a la educación en la primera infancia normalmente hacemos alusión a la etapa de kínder o preescolar.
Estos años son de inmensa importancia en la vida de los niños, pues es cuando aprenden a interactuar con los demás por vez primera, así como cuando empiezan a crear conexiones emocionales con otras personas. También es cuando comienzan a desarrollar intereses que a menudo permanecen con ellos por el resto de su vida.
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La importancia de los maestros calificados
Los maestros son, en cierto modo, los componentes básicos del aprendizaje en esta etapa (como en las que siguen): sientan las bases de la educación y el descubrimiento, ahora y en el futuro. Sin una buena educación temprana puede dificultárseles más a los niños progresar en su trayectoria académica.
De ahí la relevancia de que los maestros en el kínder cuenten con las calificaciones requeridas para que reciban una educación de altura y estén ampliamente capacitados para llevar a cabo los objetivos de enseñanza en este nivel.
Antes de los cinco años un gran número de niños desarrolla un conjunto completo de habilidades necesarias para la vida, y es gracias a los educadores calificados que los pequeños las adquieren más fácilmente.
En los años de preescolar los niños aprenden habilidades de socialización, comunicación, pensamiento crítico, concentración, autocontrol y automotivación, todo lo cual es fundamental para el éxito en la escuela y en la vida.
Por esto es que un kínder con maestros calificados en la labor de enseñanza fomenta de varias formas el desarrollo de dichas habilidades:
- Se siguen parámetros probados para facilitar las actividades grupales y, por lo tanto, la colaboración y la amistad entre los pequeños.
- Se inspira a los niños a explorar áreas de interés e involucrarse activamente en sus experiencias de aprendizaje.
- Se guía la comunicación entre los compañeros, y entre niños y adultos, para que pueda ser más eficaz.
- Se aplican actividades cognitivamente estimulantes que alimentan la curiosidad y el deseo de aprender de los niños.
- Se crean programas diversos y prácticos que ayudan a perfeccionar las habilidades motoras finas de los niños.
- Se promueve la autonomía de los niños por medio de ejercicios básicos de resolución de problemas y pensamiento crítico.
- Se reconocen los logros de los pequeños, lo que a su vez los motiva a esforzarse por aprender y demostrar sus capacidades.
- Se proporciona un ambiente seguro y cálido en el salón de clases, de manera que los alumnos aprenden más rápido y mejor.
- Se garantizan interacciones positivas y enriquecedoras entre los niños y los maestros con el fin de establecer un vínculo de confianza entre ambos.
Beneficios a largo plazo
Los educadores de preescolar no sólo son importantes en la vida de los niños, también son figuras clave en la vida de las familias. Un buen maestro de kínder logrará que la educación en casa también se vuelva más productiva al secundar la tarea de los padres y transmitir conocimiento que potencie la mente de un niño.
Asimismo, los padres sabrán que dejarán a sus pequeños en un entorno con educadores de confianza mientras van a trabajar.
Los maestros de kínder son algunas de las figuras de mayor importancia en la vida de los niños y tienen el poder de marcar una diferencia evidente en el futuro de cada niño que conocen.
La primera infancia es un período crítico para el aprendizaje, por lo que aportarles a los niños experiencias positivas entonces, les deparará los cimientos para su éxito a largo plazo.
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