Los padres que participan activamente en la vida de sus pequeños contribuyen a su salud emocional, su bienestar general y su desarrollo social. Una paternidad dedicada y responsable durante la primera infancia también fomenta la seguridad emocional, así como las habilidades matemáticas y verbales de los niños.
Antes del nacimiento
Los padres pueden participar durante el embarazo al asistir a visitas de atención médica y ayudando a sus parejas.
La investigación ha encontrado que las madres tienen 1,5 veces más probabilidades de recibir atención prenatal durante el primer trimestre si el padre se involucra en el embarazo. También existe un riesgo reducido de nacimiento prematuro o de mortalidad infantil cuando esto sucede.
Cuando un padre cultiva una relación de apoyo con la madre asimismo es más probable que los niños desarrollen confianza en sí mismos y les vaya mejor en el colegio.
Recién nacidos
Los bebés pueden vincularse con los padres y sentir apego hacia ellos del mismo modo que lo hacen con las mamás. Los papás pueden desempeñar un papel importante de apoyo en la tarea de lactancia y muchos hospitales ofrecen programas y recursos para futuros padres.
Los padres que responden al llanto de sus bebés, los acarician y los abrazan mucho y participan en su cuidado básico (por ejemplo, en alimentarlos y cambiar sus pañales) tienden influir positivamente en la autoconfianza y el comportamiento de sus hijos.
Además, es más probable que los padres y los modelos masculinos (y no tanto las madres) se vuelvan compañeros de juego de los bebés. El juego de los padres tiende a ser más activo y enérgico que el juego de las madres con los bebés. Esto puede ayudarles a los niños a explorar opciones y a ser independientes.
Primera infancia
Los niños pequeños cuyos padres los elogian cuando se portan bien o logran algo, que los abrazan y los besan con frecuencia y que los consuelan cuando están tristes o asustados, tienen más probabilidades de obtener buenos resultados en la escuela en comparación con los niños que tienen padres no tan involucrados.
Los estudios sugieren que los padres cariñosos y alentadores que responden con calma ante el mal comportamiento de sus hijos crían niños menos agresivos y niñas menos negativas hacia sus amigas.
Los estudios también muestran que cuando los padres se involucran con sus hijas desde una edad temprana, ellas corren menos riesgo de entrar precozmente a la pubertad y de embarazarse en la adolescencia.
La participación del padre en la primera infancia también conduce a un desarrollo infantil positivo, en particular en la adquisición del lenguaje. Si bien las madres tienden a usar palabras que los niños ya conocen, los padres suelen introducir palabras nuevas (aunque esto no sea regla).
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Consejos para que los padres participen más
Asiste a las citas con el médico. Esto consolará a tu hijo al hacerle ver que su padre está ahí y lo apoya en diferentes lugares y experiencias.
Si tu horario de trabajo no te permite acudir a todas, es importante que te comuniques con el médico de tu hijo y le hagas las preguntas indispensables sobre su comportamiento y su desarrollo.
Pide ayuda. Si este es tu primer hijo, considera pasar tiempo con otros papás y aprender de ellos. Solicita recursos con tu médico. Toma clases sobre cómo cambiar pañales, cómo envolver a un bebé cómodamente en una manta y demás habilidades importantes que los papás necesitan.
Diviértete con tu hijo. Encuentra una actividad preferida que tú y tu hijo puedan hacer juntos. Ambos esperarán este momento especial de unión y lo apreciarán más tarde en la vida.
En el Colegio Greenland estamos conscientes de cuán importante es la etapa de preescolar en el desarrollo de los pequeños, por eso los orientamos en el manejo de sus emociones y promovemos su capacidad de socialización, en conjunto con la tarea de los padres. Conoce más y regístrate para recibir más información:
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