Es un tanto normal, aunque pueda resultar desconcertante, escuchar a niños de 10 años o adolescentes puntualizar algún aspecto negativo de su imagen corporal. Pero puede ser perturbador escuchar a un niño pequeño o en la etapa de preescolar hacer comentarios similares.
Varias investigaciones han demostrado que los niños pueden comenzar a preocuparse por su peso corporal y su apariencia física desde la edad de 3 a 5 años y que muchos niños pequeños expresan incomodidad por sus cuerpos.
Un informe de 2015 de Common Sense Media descubrió que la conciencia acerca de la imagen corporal comienza a desarrollarse a una edad muy temprana y que las impresiones (de los pequeños) relacionadas con la misma son estereotipadas, poco realistas e incluyen prejuicios.
Los niños adquieren estas impresiones de una variedad de fuentes: padres, familiares y compañeros, y, por supuesto, medios de comunicación. Sin embargo, los padres desempeñan un rol fundamental al fomentar un buen sentido de imagen corporal en los niños. Aquí ofrecemos algunos consejos a tener en cuenta:
1. Cuida tus palabras. Evita usar frases como: "Me veo gorda con esta blusa" o "No puedo comer esto porque engordaré". Tu hijo escucha y aprende de ti en todo momento, aun cuando no quieres que lo haga.
El informe mencionado también señala que los hijos (de 5 a 8 años) de madres que expresan insatisfacción en torno a sus cuerpos tienen más probabilidades de sentirse incómodos con el suyo. Así, procura sentirte segura con tu cuerpo y confiar en ti misma. Considera el ejemplo que eres.
2. Trata de no concentrarte en la apariencia. No hables sobre la apariencia de las personas y de sus cuerpos. Céntrate en aspectos más importantes, como cuán amables o caritativas son, o en si tienen buenos modales o se esfuerzan en cuanto hacen.
3. Pon énfasis en el ejercicio y la alimentación saludable. Pasa tiempo en familia realizando actividades como jugar al aire libre, andar en bicicleta o ir al parque (toma las precauciones debidas en esta contingencia).
Al ir de compras, permite que tus hijos te ayuden a escoger frutas y verduras. Enséñales de hábitos alimenticios saludables.
4. Ten en cuenta sus juguetes. Échale un vistazo a las figuras de acción de su hijo. ¿Tienen músculos abultados que no concuerdan con expectativas realistas? ¿Las muñecas de tu hija tienen proporciones que no parecen humanamente posibles?
Intenta cambiar estos juguetes o, cuando menos, equilibrarlos con otras representaciones más realistas del cuerpo humano. Mejor aún, abastécete de juegos de mesa, rompecabezas y libros que estimulen la mente de tu hijo.
5. Habla sobre estereotipos corporales en anuncios y medios. Cuando tú y tu hijo vean comerciales, programas de televisión o películas en que salgan mujeres con disfraces diminutos o en que alimentos poco saludables luzcan tentadores, recalca lo que está mal con estas imágenes.
6. Limita el tiempo frente a la pantalla. Algunos estudios han hecho patente que reducir el tiempo frente a la pantalla puede disminuir el riesgo de obesidad en niños e incluso contribuir a mejorar sus calificaciones.
Enséñale a tu hijo a comprender mejor lo que ciertos anuncios de alimentos (o enfocados en imagen corporal) buscan vender o transmitir y habla sobre por qué tales alimentos son malos para su salud o la imagen se apega poco a la realidad.
Sin importar el tipo de cuerpo que tenga, tu hijo debe aprender a amarse tal y como es y a desarrollar confianza en sí mismo. No obstante, apóyalo para que tenga una vida saludable y haga ejercicio. Esto es, de una manera proactiva y nunca en detrimento de su autoestima.
La educación de nuestros pequeños alumnos, en el Colegio Greenland, es integral, de manera que no sólo promovemos el desarrollo de su inteligencia, sino que también fomentamos que aprendan a manejar sus emociones adecuadamente y habilidades de socialización. Conoce más:
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