El respeto es un valor que como padres deseamos inculcar en nuestra familia, ya que es una de las bases fundamentales de convivencia en toda sociedad para las relaciones interpersonales (principalmente con las figuras de autoridad) que promueven una vida civil sana.
A veces resulta un reto para los tutores enseñar a sus hijos a respetarlos a ellos y a los demás. En este sentido, existen diversas estrategias que son útiles para lograr dicho objetivo.
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En el siguiente artículo, te presentamos 8 consejos para enseñar a los hijos el respeto a los padres de manera efectiva:
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Establecer límites claros y consistentes
Una vía fácil de entender el respeto se da a partir de establecer reglas claras y coherentes para que así sepan lo que se espera de ellos en cuanto a su comportamiento con nosotros. Por ello, tienes que señalar, de la forma más específica que puedas, con constancia y congruencia, hasta dónde le permitirás ciertas actitudes que consideres inapropiadas. -
Enseñar con el ejemplo
Los niños aprenden más del ejemplo que de las palabras, por lo que es crucial que representemos un buen modelo de comportamiento respetuoso, principalmente en este caso a los abuelos o autoridades, pero también a todas las personas. -
Fomentar la honestidad
Practicar una comunicación abierta y honesta es clave para que entiendan la importancia de este valor. Si en algún momento tu hijo siendo honesto obrara mal, ten cuidado de que no entienda que decir la verdad trae consecuencias negativas. Es decir, déjale claro que, si se le reprende, es por su comportamiento irrespetuoso, nunca por la honestidad, que debe ser, por el contrario, premiada. -
Escuchar sus perspectivas
Escucharlos activamente y entender sus puntos de vista les hará sentir valorados, lo que fomentará su respeto y admiración hacia los padres como verdaderas figuras de autoridad, por su guía y acompañamiento.
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Enseñarles a expresarse adecuadamente
La comunicación asertiva se trata de decir lo que pensamos con empatía, cuidando de no agredir o menospreciar las creencias de los demás o a las personas mismas. De este modo, pueden hablar abiertamente y escuchar atentamente, con reciprocidad y amabilidad.
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No utilizar ningún tipo de violencia
La violencia física, verbal o psicológica nunca debe ser utilizada como método de disciplina o de enseñanza, ya que esto sólo fomentará el miedo y desprecio por los modelos parentales y las jerarquías con justas razones.
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Reforzar el comportamiento esperado
Elogiar y compensar el comportamiento adecuado de los hijos permite que estos sepan cómo actuar en futuras ocasiones. Ten por seguro que esto les dará mayor confianza en sí mismos.
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Enseñarles valores y principios
Hay preguntas que detonan la reflexión en los niños y adolescentes sobre su conducta, como “¿qué pasaría si todos fuéramos groseros con todas las personas?” o “¿cómo te sentirías tú si no fueras respetado por tu propia familia?”.
La enseñanza en valores se fundamenta en la importancia que damos a ciertas actitudes por sus beneficios y el desprecio por aquellos comportamientos que como comunidad juzgamos como perjudiciales. Entender esto es la clave para una virtuosa práctica en valores como respeto, tolerancia y amor por los padres y por todos los seres humanos como semejantes.
El respeto mutuo entre padres e hijos es la raíz de una relación saludable. Gracias a ello, los educandos tienen menos probabilidades de desobedecer, menos problemas de comportamiento y son más propensos a seguir las reglas, lo que conlleva habilidades esenciales exitosas que se extienden a todas sus relaciones.
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Al aplicar estos consejos, puedes ayudarles a tus hijos a desarrollar actitudes que les permitirán ser queridos y exitosos en su vida personal y profesional.
El Centro Educativo ECA implementa un ambiente de convivencia tanto respetuoso como armónico, a la par de una rica formación que fomenta la tolerancia y honestidad a través de actividades y proyectos que estimulan la reflexión sobre los valores y su aplicación práctica en la vida cotidiana.
Todo ello con la finalidad de forjar ciudadanos comprometidos y responsables con la sociedad, empezando por el respeto a la personalidad y modo de aprender de cada alumno.
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