Si tienes varios hijos seguramente ya te habrás dado cuenta de que mantener la paz en el hogar puede ser difícil. Un momento se llevan bien y al siguiente se están jalonando o gritando (en el mejor de los casos).
Cuando los padres saben cuándo y cómo intervenir marcan una enorme diferencia en la forma en que los hijos se relacionan entre sí. En este artículo descubrirás lo que puedes hacer para propiciar una mejor relación entre hermanos.
¿Qué ocasiona la rivalidad entre hermanos?
La rivalidad entre hermanos generalmente tiene su origen en la competencia entre hermanos por el amor y el respeto de los padres. Así, algunos signos de rivalidad podrían incluir golpes, insultos, peleas y demás comportamientos inmaduros.
Cuando existe un nivel moderado de rivalidad entre hermanos, cada niño es capaz de expresar sus necesidades o deseos de forma saludable.
¿Qué medidas pueden aplicar los padres?
Todos los hermanos se pelean, se burlan el uno del otro y se adjudican culpas en un momento u otro. Los padres, entonces, pueden aplicar medidas para que cultiven una buena relación, en que predomine la amistad:
1. Respeta las necesidades únicas de cada hijo
Tratar a los hijos de una manera uniforme no siempre es práctico. En cambio, concéntrate en satisfacer las necesidades únicas de cada niño.
Por ejemplo, en lugar de comprarles los mismos obsequios para evitar conflictos, cómprales regalos distintos que reflejen sus intereses individuales. En vez de inscribirlos a los dos en clases de fútbol o de piano, pídeles su opinión.
2. Evita compararlos
Comparar las habilidades de los hijos puede hacer que se sientan heridos e inseguros. Evita comentar sus diferencias frente a ellos. Cuando elogies a uno de tus hijos, describe su acto o su logro en lugar de compararlo con otro hermano.
3. Establece reglas básicas
Asegúrate de que tus hijos comprendan lo que consideras aceptable y reprobable cuando interactuan entre sí (y las consecuencias de las malas conductas). Por ejemplo, desalienta que se critiquen o se corrijan el uno al otro.
4. No te involucres en batallas
Anima a tus hijos a que les den solución a sus propias diferencias. Aunque quizás debas ayudarles a los más pequeños a resolver disputas, aún puedes abstenerte de tomar partido. Cuando los disciplines, evita hacerlo frente a otras personas, pues esto puede ser motivo de vergüenza para ellos.
Siempre que sea posible, habla sobre su comportamiento a solas con cada uno de ellos. Además, evita apodarlos o culpar repetidamente a uno sólo de tus hijos por las peleas.
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5. Anticipa los problemasSi tus hijos son incapaces de resolver desacuerdos por cuenta propia o se pelean habitualmente por los mismos asuntos, ayúdalos a idear una solución.
Por ejemplo, los niños pequeños a los que les cuesta trabajo compartir pueden participar en actividades que no requieran mucha cooperación (escuchar música o jugar escondidillas). Si tus hijos se pelean por usar dispositivos, pueden convenir en un horario semanal (y atenerse a consecuencias por no seguirlo).
6. Escucha a tus hijos
Ser hermano puede resultar frustrante. Dales a tus hijos la oportunidad de compartirse mutuamente sus sentimientos negativos. Interviene reconociendo dichos sentimientos. Si tienes hermanos, compárteles historias sobre sus conflictos en la infancia. Procura mantener el sentido del humor.
Considera la posibilidad de planear reuniones familiares de manera periódica con el fin de que tus hijos tengan un espacio para hablar y resolver sus problemas. Las comidas en familia son buenos momentos para hacerlo.
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7. Fomenta el buen comportamientoSiempre que observes a tus hijos llevándose bien juntos o trabajando en equipo, felicítalos.
8. Muéstrales tu amor
Pasa tiempo a solas con cada uno de tus hijos. Realiza actividades especiales con cada niño, basadas en sus gustos e intereses. Recuérdales que estás ahí para ellos y que pueden hablar contigo sobre cualquier tema o preocupación.
Escuchar a nuestros hijos pelear puede desquiciarnos, pero no olvides que la rivalidad entre hermanos es normal. Al tratar a tus hijos como individuos, al escucharlos y al brindarles oportunidades para resolver sus problemas entre sí, habrás sentado las bases para que cultiven una relación sólida y afectuosa.
La inteligencia emocional es un aspecto elemental en el desarrollo de los niños y en la armonía familiar, aquí puedes descargar una guía con 6 consejos para ayudarles a tus hijos a desarrollarla:
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