Es evidente que en el mundo actual es fácil que nos perdamos de todo cuanto sucede alrededor nuestro. El mindfulness, que significa atención plena en español, consiste en que hagamos plena conciencia de lo que sucede en el momento presente.
Varios estudios han confirmado que las habilidades de mindfulness estimulan el cerebro de los niños y contribuyen a mejorar su comportamiento. Aumentan su capacidad para fijar la atención. También refuerzan su salud mental y su resistencia al estrés.
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Existen muchas maneras de enseñárselas a los niños. Estos ejercicios pueden ser adaptados para niños de acuerdo con su edad (también para adolescentes). Aquí hay 7 técnicas sencillas pero efectivas en que puedes enseñarle a tu hijo habilidades de mindfulness:
1. Simulen caminar sobre hielo delgado
Ayúdale a tu hijo a volverse más consciente de su cuerpo y de sus movimientos. Indícale que finja caminar sobre hielo delgado y que se mueva con cuidado y lentamente a través de la recámara. Puedes imitar a un locutor de radio, decirle: "Levanta muy despacio la pierna derecha y después bájala con cuidado".
Hay muchos otros juegos que puedes inventar para animarlo a moverse de un modo similar. Por ejemplo, arroja un globo al aire, dile que es un huevo frágil y que lo mantenga en el aire sin romperlo.
2. Huelan aromas agradables
El aroma es una excelente manera de hacer que los niños adquieran más consciencia del “aquí y ahora”. Una forma fácil de activar su sentido del olfato es darles un objeto aromático, como una flor o una cáscara de naranja.
Invítalo a cerrar los ojos y a disfrutar del olor. Dedíquenle unos minutos a concentrarse en el aroma. Luego, hazle preguntas simples como: "¿Qué piensas de este olor?". Cuando los niños son más conscientes de su sentido del olfato, también pueden aprender a tomarse tiempo para fijarse en los olores agradables.
3. Cuenten respiraciones
Enséñale a tu hijo a enfocar la atención en su respiración con objeto de que aprenda a calmar su mente. Dile que cierre sus ojos y empiece a contar sus respiraciones.
Debe pensar en "uno" cuando inhale y "dos" cuando exhale. Siempre que su mente se ponga a divagar, ayúdalo a comenzar de nuevo. No tiene que cambiar el modo en que respira. En cambio, debe hacerse más consciente de su respiración y de percibir mejor su cuerpo y sus pulmones.
4. “Enfríen la pizza”
“Enfriar la pizza” es otro ejercicio de respiración que le servirá a tu hijo para que preste más atención a sus sensaciones corporales. Indícale que respire por la nariz como si estuviera oliendo un pedazo caliente de pizza. Luego, que sople por la boca, como si lo estuviera enfriando.
Practíquenlo con frecuencia cuando tu hijo esté tranquilo. Cuando se encuentre enojado o sienta ansiedad, recuérdale que: "enfríe la pizza".
5. Dibujen un objeto cotidiano
Dale un objeto común a tu hijo, podría ser una hoja o una piedra. Pídele que lo sostenga en sus manos y que se dedique a mirarlo por un momento. Aunque a menudo vea objetos similares, al mirarlo más de cerca podrá adquirir una nueva perspectiva sobre él.
Luego, dile que dibuje el objeto. Anímalo a que no se apresure demasiado e incluya algunos detalles. Asegúrate de que no piense que está en un concurso de arte. El punto es que preste más atención y se concentre en una cosa a la vez.
6. Practiquen relajación muscular progresiva
La relajación muscular progresiva consiste en que aprendamos a fijar nuestra atención en los músculos de distintas partes del cuerpo. El objetivo es que aprendamos a relajar los músculos que pudieran haberse tensado sin que nos hayamos dado cuenta.
Pídele a tu hijo que se acueste. Después, indícale que apriete (o tense) y luego relaje grupos específicos de músculos, uno a la vez, comenzando con los pies y luego con las pantorrillas. Continúa hasta llegar a la cabeza.
Puedes usar diferentes instrucciones, dependiendo de su edad. También existen tutoriales en línea o programas de audio para que se le facilite seguir los pasos.
7. Escuchen una campana o un sonido semejante
Para este ejercicio, utiliza un sonido de campana (en tu celular) o una campana real, si tienes una. Si no, busca una aplicación virtual o un video que suene como una campana real. Elige uno en el que el sonido reverbere por al menos 10 segundos.
Indícale a tu hijo que escuche la campana. Después, pídele que cierre los ojos y distinga si puede oírla mejor cuando están cerrados.
También puedes decirle que se siente en silencio y cuente cuántas veces suena el timbre. Toca el timbre en el transcurso de varios minutos. Deja pasar cantidades variables de silencio cada vez que lo hagas. Con práctica, tu hijo aprenderá a sentirse más cómodo en silencio. Y mejorarán su atención y su concentración.
Es importante recalcar que el mindfulness debe ser una práctica continua. Tómate un tiempo a diaria para practicar estas habilidades con tu hijo. Cuando se convierta en una prioridad, comprenderá la importancia de poder relajarse y hallarse en sintonía con el presente.
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