Los sociólogos han llamado “generación Alfa” a las personas que nacieron después del 2010. Estos niños son precedidos por la “generación Z”, que ha convivido desde su nacimiento con nuevas tecnologías.
Ya en la población Z se han presentado diversos retos y cambios en sus modelos educativos, empezando por los canales de información, la costumbre de la sobreestimulación por el uso de pantallas y la acrecentada dificultad de concentración en comparación con la generación anterior.
Es congruente pensar que los estudiantes Alfa dependerán en mayor medida del internet, el lenguaje digital y las aplicaciones y tendrán mayores dificultades para mostrar interés en la educación presencial guiada por docentes.
Cada cierto tiempo surgen contextos y necesidades diferentes, por lo tanto, retos diferentes. Es tarea de las personas que se involucran en el fenómeno educativo prever y atender los desafíos que conllevará cada nuevo grupo generacional.
Estos son 4 de los desafíos en la educación de la generación Alfa que ya están en discusión:
Los estudiantes jóvenes encuentran atractivo el formato de aprendizaje a distancia. No sólo por los beneficios de evitar los traslados, sino también por las ventajas que eso brinda a este grupo multitarea (o mejor dicho, que cambia de tareas constantemente). Si la información está en redes, plataformas y páginas de internet, ¿qué sentido tiene ir a la escuela?
Hoy en día se ha optado por experimentar el aprendizaje combinado o híbrido, que combina la asistencia en persona y remota para una mayor flexibilidad. El énfasis está en que el tiempo de clase se dedica a revisar y discutir las actividades que los estudiantes hicieron solos en casa. Sin embargo, puede que, al ser una generación de integración digital, la escuela también tenga que serlo cada vez más.
Como era de esperar de los niños que crecen con un aluvión constante de información digital y social, los estudiantes de la generación Alfa se aburren y distraen muy fácilmente cuando usan herramientas de enseñanza tradicionales. Esperan estímulos fuertes en todos los entornos.
Puede que los modelos de desafío-recompensa funcionen muy bien con el grupo Alfa, debido a su estrecha afinidad con los videojuegos y las reacciones (el “like” como ejemplo) a modo de recompensa en las redes sociales. Es decir, puede tener efectividad que se vaya adaptando la educación a los modelos tecnológicos a través de la psicología con la que ha operado el mundo digital.
La Generación Alfa es aún más individualista que sus predecesoras. Tanto los niños como sus padres esperan que el contenido de la clase sea altamente personalizado y ajustado al ritmo e intereses de cada alumno tanto como sea posible. Esto, por supuesto, crea el desafío de mantener la cohesión del aula y realizar actividades grupales.
La solución momentánea se deriva en la creciente tendencia del aprendizaje basado en la investigación o aprendizaje autodirigido, que aprovecha la curiosidad natural y la necesidad de conocimiento de cada estudiante.
Para obtener el mejor alojamiento de la población Alfa, las aulas y los contenidos deben cambiar y volverse inteligentes. Los paneles interactivos, por ejemplo, forman una plataforma central inteligente y versátil para las clases. Cada clase debe estar completamente en línea y con capacidad para la nube, lo que significa que es importante contar con internet de alta velocidad.
Las escuelas necesitan implementar una rápida introducción de infraestructura tecnológica donde, en su mayoría, actualmente no existe.
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Por supuesto, hay más desafíos que se presentarán a la par de los eventos futuros, así como otros que aún no son tan visibles pero que sería factible ir analizando.
Las escuelas no solo necesitan prepararse para los niños y sus necesidades únicas, sino que también tienen la responsabilidad de proporcionarles una educación que coincida con el contexto en el que crecerán. Es un entorno muy diferente del que las generaciones anteriores encontraron al graduarse.
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