La adolescencia es una etapa fascinante y compleja que se caracteriza por importantes cambios físicos, emocionales y sociales. Es un período en el que los adolescentes buscan mayor independencia y encontrar su identidad, mientras que los adultos los guían con el desafío de marcar límites adecuados y comprensivos.
Para mantener una relación armoniosa y efectiva al orientar a los jóvenes es fundamental construir:
- Normas claras y consensuadas
- Comunicación abierta
- Respeto mutuo en el ámbito familiar
- Equilibrio entre libertad y responsabilidad
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Las reglas de la casa
Algunos adolescentes parecen ser enemigos naturales de las reglas, pero, en realidad, los jóvenes las aceptan y siguen cuando son razonablemente flexibles y cuando entienden qué las fundamentan.
Por eso, aquí te explicamos 10 reglas razonables para establecer relaciones saludables con adolescentes en casa y guiar su formación:
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Uso equilibrado de celulares y dispositivos electrónicos
Marcar horarios y espacios fijos para el uso de celulares, computadoras, videojuegos y demás dispositivos para prevenir la dependencia tecnológica y mejorar el tiempo de calidad entre padres e hijos.
Se recomienda desconectarse al menos una hora antes de dormir para mejorar la calidad del descanso y disminuir la ansiedad relacionada con las redes sociales.
También es importante no usarlos durante conversaciones familiares, a la hora de la comida o al hacer la tarea con miras a respetar a los demás y facilitar la concentración.
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Responsabilidades académicas
Fomentar una rutina de estudio, pero teniendo presente que es conveniente no imponer expectativas demasiado exigentes. Es indispensable conversar sobre metas alcanzables y apoyarlas con recursos adecuados, como un lugar de estudio organizado y personalizado.
Los espacios de descanso y recreativos son igual de valiosos, pero es mejor que se disfruten después de terminar los deberes con el colegio.
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Privacidad y espacio personal
Reconocer y respetar el espacio personal y la privacidad contribuye a desarrollar confianza y seguridad en los adolescentes. No obstante, mantener canales abiertos de comunicación resulta imprescindible también.
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Apertura y honestidad
Se debe promover un ambiente de diálogo donde los chicos puedan expresarse con libertad, sabiendo que serán escuchados con respeto y atención.
Hay que evitar frases autoritarias como "porque yo lo digo". Por el contrario, hay que explicar los motivos que llevan a tomar tal o cual decisión.
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Colaborar en el aseo
Si todos gozan del hogar, es deber de todos cuidarlo y mantenerlo limpio. Esto enseña a los jóvenes habilidades prácticas esenciales para la vida adulta y a ser responsables.
Aconsejamos tener tareas fijas adecuadas para cada integrante de la familia y que cada quien limpie lo que ensucie o ponga en su lugar las cosas que ocupe.
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Comunicación respetuosa
Es necesario que, para comunicarse adecuadamente, no se hagan comentarios sarcásticos, irónicos, groseros o pasivo-agresivos.
A su vez, hay que dar espacio para que los demás hablen y escucharse atentamente sin interrumpir. Eviten los gritos y recurran al diálogo y la negociación ante los conflictos.
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Puntualidad
Definir horarios razonables para las salidas sociales enseña límites necesarios y seguridad personal.
Se puede ser flexible sobre estos horarios gradualmente, dependiendo de la madurez y responsabilidad demostradas, pero es obligatorio llegar a la hora que se acuerde de manera puntual y, en dado caso de contratiempos, avisar.
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Alimentación equilibrada y saludable
Establecer hábitos alimenticios adecuados favorece la salud física y previene trastornos alimenticios comunes en la adolescencia. Resulta crucial promover una relación sana con la comida a través de la educación nutricional.
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Anotar y comprar lo que haga falta
En muchos hogares hay listas donde se anota lo que haga falta conseguir del supermercado. Es algo sencillo que todos pueden hacer al acabarse algún producto o cuando está por acabarse. Si les es posible, los jóvenes pueden comprar lo que haga falta en casa.
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Compromiso con la verdad
Crear un ambiente donde la honestidad sea valorada y recompensada fortalece la confianza familiar. Ante errores o malas decisiones, abordar el tema desde el diálogo empático y no desde el castigo.
Otros breves consejos para la sana convivencia en casa son:
- Paciencia y tolerancia: Los adolescentes están experimentando múltiples cambios, ser pacientes con sus errores fortalece la relación entre los padres y los hijos.
- Coherencia entre adultos: Todos los adultos en el hogar deben estar alineados con las reglas para evitar confusión o manipulación por parte de los hijos.
- Ejemplo personal: El comportamiento de los padres es fundamental, ya que los menores aprenden observando y replicando actitudes.
¿Cuándo buscar ayuda profesional?
Si tu hijo o hija muestra señales de ansiedad persistente, problemas graves de conducta, rebeldía excesiva o signos de aislamiento, es recomendable buscar ayuda profesional.
Un psicólogo especializado en adolescencia podrá ofrecer estrategias para restaurar el equilibrio emocional y mejorar la dinámica familiar.
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