El camino accidentado de educar hijas adolescentes en el mundo actual implica todo un desafío, pero cualquier padre puede fomentar autoconfianza y carácter en su hija con herramientas relativamente sencillas.
Sin embargo, lograrlo no conlleva sólo una conversación, sino un empeño constante. Se trata de hablar y compartir, así como de siempre escuchar los pensamientos e ideas de las hijas para que sean conscientes de su importancia y del valor de sus opiniones.
Aquí hay diez cosas que debemos enseñarles a nuestras hijas adolescentes para que desarrollen el carácter y la resiliencia necesarias para prosperar en el mundo.
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Está bien establecer límites: aprender a decir "no"
Nuestras hijas deben saber que “no” es una palabra que debe formar parte de su vocabulario. Sin culpa, simplemente “no”. Claro, dependiendo de la situación, pueden suavizar el "no" con excusas razonables.
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Enséñale a tu hija que no únicamente es deseable darse prioridad a uno mismo y a sus necesidades, sino que también es indispensable que hagamos lo posible por preservar nuestra salud física y mental.
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Se puede expresar un punto de vista y seguir siendo amable
Es fundamental que nuestras hijas sepan que tienen derecho a expresar sus opiniones, pero también que pueden hacerlo con humildad, amabilidad y una mente abierta. No es correcto degradar o humillar a otros simplemente porque su opinión sea diferente.
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Mantenerse firme sin dejar de escuchar a los demás
Saber escuchar los pensamientos, ideas, opiniones y sugerencias de los demás es la clave para construir relaciones sólidas y duraderas. No escuchar con la intención de replicar o interponerse a sus opiniones, sino escuchar con la voluntad de comprender.
Los padres deben enseñar a sus hijas a entender las opiniones de los demás para que puedan ampliar sus mentes y despejar más espacio para la sabiduría, lo cual no significa renunciar a las creencias personales. Nos referimos a aceptar la idea de que otras personas tienen pensamientos que son tan relevantes como los propios.
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A veces conviene alejarse de personas y situaciones tóxicas
Es bueno que las jóvenes sepan que en ocasiones les convendrá alejarse de situaciones poco saludables o de personas tóxicas. No tienen que “sobrellevarlo” o tratar de mejorar las cosas. No es tarea suya arreglar a los demás o pasar horas reflexionando sobre las palabras o el comportamiento de ciertas personas.
Cada quien tiene la misión de vivir una vida plena. No están obligadas a perder el tiempo con quienes pagan su energía, su entusiasmo o su espíritu.
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El valor personal no depende de comentarios o “me gusta”
Una parte de la vida de nuestras hijas jóvenes se verá anclada al uso de la tecnología y las redes sociales, y podría ser fácil para ellas quedar atrapadas en la corriente de estándares superficiales y poco realistas ahí, en detrimento de su autoestima.
Enseñemos a nuestras hijas a considerar las redes sociales como lo que son: entretenimiento. Claro, pueden publicar fotos con amigas, pero deben recordar que mucho de lo que aparece en las redes sociales no es real y que su belleza (interior y exterior) y su valor nunca debe definirse por comentarios y por “me gusta”.
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Confiar en la intuición
Nuestras hijas necesitan saber que su intuición a menudo las protegerá en situaciones de riesgo. Será crucial que aprendan a confiar en ellas mismas y que no piensen de más cuando ello lo amerite.
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Arriesgarse aun cuando puedan fracasar
Por supuesto, deseamos proteger y disuadir a nuestras hijas de tomar riesgos innecesarios y peligrosos. Pero también tenemos que darles pequeños empujones para que conozcan qué tan lejos tienen la capacidad de llegar.
¡Intentar actividades difíciles o en las que existe la posibilidad de fallar es algo edificante! Les enseñará a superar obstáculos y a no tomarse a sí mismas tan en serio. Les enseñará que lo que sucedió hoy no implica que les sucederá mañana. ¡Ellas pueden asumir el control de su propia vida!
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Cultivar la amistad de otras jóvenes
¿Cómo podemos enseñar a nuestras hijas a tender la mano y motivar a otras chicas? Modelándolo, simple y llanamente.
Enséñale a tu hija a ser buena con sus amigas y compañeras, a apoyarlas cuando se sientan deprimidas y a alentarlas cuando les vaya bien. Deben entender que no hay lugar para la envidia, los celos o las actitudes egoístas en las amistades hermosas y auténticas.
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Buscar la autenticidad
Esto puede resultar más complicado algunos días que otros y seguramente habrá momentos en la vida de nuestras hijas en los que no sepan exactamente quiénes son y se cuestionen en quiénes se están convirtiendo.
Pero no hay nada más hermoso (e inspirador) que una chica que se acepta a sí misma y le grita al mundo: "¡Ésta soy yo!".
Cuanto antes comencemos a exhortar a nuestras jóvenes hijas a ser fieles a sí mismas (sin importar quiénes crean ser en ese momento) y a no seguir a la multitud, más seguras se volverán a medida que vayan madurando.
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Quererse a uno mismo
La autenticidad es un comienzo ideal, pero también es esencial que nuestras hijas aprendan a querer a la persona que les devuelve la mirada en el espejo. No sólo su belleza exterior, sino su belleza interior.
Con todas sus hermosas imperfecciones y los errores que puedan cometer, tienen que aprender a aceptar quiénes son. Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo, pero si nosotros ponemos el ejemplo continuaremos modelando lo que realmente significa ser una persona fuerte y capaz.
Si te interesa conocer más consejos afines a este tema, Centro Educativo ECA te comparte una guía para que orientes a tu hijo adolescente en su proceso de maduración, puedes descargarla aquí:
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