Es normal que los jóvenes comiencen a pensar por sí mismos y cuestionen aspectos de sus vidas y de las relaciones familiares. Estos cambios pueden conllevar momentos de frustración dirigidos a los padres, pero en la mayoría de las circunstancias, es probable que estos sentimientos sean transitorios.
Los padres se beneficiarán de recibir apoyo para comprender el papel de la rebeldía en el desarrollo de los jóvenes. La configuración de límites aún debe ser puntual para los comportamientos inaceptables. Muchos jóvenes que se comportan de modo desafiante lo hacen en un intento de que alguien establezca límites.
Es normal que los adolescentes tiendan a dar más importancia a amigos y a cómo ser más influyentes que a los padres. Si bien los pares se vuelven significativos, dicha relación es diferente a la familiar, pues los pares brindan intimidad basada en la igualdad y los padres una relación donde el poder es desigual aún.
Los adolescentes se dirigen hacia la independencia física, emocional y cognitiva, sin dejar de crecer.
Los jóvenes aún requieren estabilidad en un entorno hogareño y una base emocional segura desde la cual puedan explorar y experimentar el mundo. Esto también les proporciona un lugar al que regresar para obtener consuelo, apoyo y amor incondicional en tiempos difíciles.
Un joven se beneficia de las expectativas de respeto, consideración y reciprocidad en las relaciones familiares. Todavía deben 'probar' pensamientos, emociones y comportamientos dentro del entorno familiar. Aún habrá momentos en que errarán, y les resultará indispensable la comprensión y el apoyo para recuperarse.
La relación de los padres y su rol de protección siguen siendo determinantes, aunque la relación deberá ser flexible con el fin de adaptarse a las necesidades cambiantes del adolescente. En este momento, será crucial un cambio gradual de un enfoque más autoritativo a un enfoque más colaborativo.
Contenido relacionado: Cómo lograr una comunicación efectiva con tu hijo adolescente
Los padres tienen que enfrentar la realidad (a veces difícil) de que su hijo ya no es un niño, se está volviendo independiente y ya no está enteramente bajo su control. Pueden sentirse angustiados al percibir que no los escuchará o hace lo contrario de lo que le sugieren.
Es posible que su hijo llegue a ignorar las cosas que le enseñaron y consideraron muy relevantes, como las formas de proteger su salud o sus objetivos futuros (como lo hayan previsto los padres).
Los padres deben aprender a 'dejar ir', no de la relación, sino de sus expectativas exactas para su hijo y, en cierto modo, de su nivel de autoridad, para que puedan permitir que desarrolle sus propios sueños y tenga mayor responsabilidad.
La orientación y los límites siguen siendo importantes, sin embargo, la calidad de la relación, y la colaboración en lugar de la "obediencia", se volverá cada vez más importante si una relación llegará a ser óptima y se mantendrá así.
Las discusiones conjuntas sobre reglas y opciones, el compromiso y la flexibilidad para soluciones en que ambas partes ganen son fundamentales. La calidez y la comprensión son imprescindibles, en lugar de comentarios críticos o de decirle a un joven qué hacer.
Contenido relacionado: 5 maneras para que tu hijo adolescente confíe en ti
Las consecuencias deben ser apropiadas para la edad y no punitivas. El monitoreo de un adolescente seguirá siendo crucial en la medida de lo posible, especialmente entre más joven sea el joven. La supervisión de los padres y su voluntad de recibir apoyo son factores determinantes en la vida de los jóvenes.
Puede ser útil para los cuidadores considerar la edad a la que piensan que su joven se convertirá en un adulto, y pensar cómo les gustaría que fuera su relación con su hijo en tal momento. Esto puede llevarlos a pensar y fomentar los cambios necesarios en la relación desde ahora y para entonces.
Una familia proporciona valiosos modelos a seguir respecto a una variedad de habilidades, que incluyen comunicación efectiva, manejo de relaciones y comportamientos socialmente aceptables. Las formas de negociar conflictos y desacuerdos en la familia son importantes para tratar problemas en otros ámbitos.
Establecer límites apropiados también les brinda a los jóvenes pautas claras sobre lo que es aceptable y lo que no; habilidades que pueden generalizarse a un contexto más amplio. Los jóvenes se benefician de aprender a tener desacuerdos constructivos mientras preservan una relación positiva.
Así, se benefician al experimentar un modelo efectivo para relacionarse con los demás y negociar en la vida y en el mundo.
No importa que los padres no sean perfectos, pues lo más trascendente será que fomenten una buena relación con su hijo, que perdure y sea positiva a través de los años. Asimismo, la mejor manera de educarlo será a través de la comprensión. Aunque sea una etapa complicada, da por hecho que lo agradecerá más tarde.
En la preparatoria del Colegio Chimalistac, le damos primera importancia a apoyar a las familias en conseguir que nuestros alumnos y alumnas desarrollen su toma de decisiones, aprendan a resolver problemas y edifiquen su carácter para que puedan enfrentar los diversos retos en la vida. Conoce más de nuestra preparatoria:
También podría interesarte: