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Cómo prevenir las principales adicciones en los jóvenes

La adolescencia se caracteriza como una etapa de la vida en que se busca la propia identidad, período en el que es habitual sentirse confundido. Las conductas que se llevaban a cabo antes, propias de la infancia, ya no generan satisfacción. Se produce una ruptura con el mundo infantil, iniciándose nuevas relaciones tanto con los padres como con el mundo exterior.

Durante la etapa de adolescencia, se producen cambios físicos, se consiguen nuevos amigos, y existe una necesidad de adaptación psicológica a un modelo de vida adulta. Esta ruptura puede provocar en los adolescentes lapsos de ansiedad y miedos naturales a los cambios que están sufriendo.

Es habitual que de entre todas las relaciones interpersonales sean las familiares las más afectadas, pues entran en conflicto mutuo: se enfrenta la voluntad del adolescente de sentirse independiente con el deseo de los padres de seguir manteniendo ciertas normas, lo que genera en la convivencia un clima de desconfianza.

¿Qué problemas psicológicos pueden surgir en el adolescente?

Durante la adolescencia pueden surgir problemas de ansiedad, depresión, uso inadecuado de las nuevas tecnologías (móvil, internet, videojuegos), abuso de sustancias como el alcohol u otras drogas, problemas con los estudios, agresividad, etc.

El consumo de drogas afecta especialmente a los adolescentes, su alta disponibilidad les exige aprender a convivir con este hecho y tomar decisiones sobre su consumo o abstinencia, en un contexto en el que habitualmente existe poca percepción de riesgo.

Paralelamente las nuevas tecnologías (TIC) han revolucionado nuestro estilo de vida, instaurándose en ocasiones como conductas adictivas, debido a la gran dependencia que pueden llegar a causar en las personas, por lo que restringen la libertad y afectan la vida familiar, escolar y social.

En tales circunstancias es habitual que el adolescente comience a perder interés por actividades que antes realizaba con agrado, se distancie de antiguos amigos, o se sienta inadaptado y entre en un proceso de incomunicación.

En cualquier caso, y a pesar de que cada persona la vive de una determinada manera, no resulta una época fácil, ni para los propios adolescentes, ni para los padres y educadores.

Para prevenirlas hay diferentes consejos a seguir, te recomendaremos 3 de los más importantes:

  1. Busca oportunidades y momentos para hablar

Lo primero que debes hacer es construir puentes con tus hijos, cultivar el hábito de conversar normalmente con ellos y no sólo sobre sus problemas e inquietudes. Mantén esta costumbre, crea un clima de confianza y el diálogo abierto oportuno para abordar temas que puedan infundir algún tipo de preocupación en ellos.

Si solamente hablas con tus hijos sobre rendimiento académico, permisos para salir y gastos, lo más probable es que el día que quieras preguntarles algo relacionado con el consumo de drogas, muestren una reacción defensiva.

Incluso aunque no tengas una comunicación muy fluida con tus hijos, evalúa en qué circunstancias conviene más tocar el tema. Tal vez a propósito de algo que hayan observado juntos al salir a comprar, o mientras estaban viendo televisión.

Si crees que tu hijo tiene un problema, no postergues más la conversación. Busca orientación con algún psicólogo o especialista en el tema. Hazle saber a tu hijo que no está solo.

  1. Evalúa a las personas que lo rodean

En ocasiones, sin darnos cuenta, el ambiente que rodea a nuestros hijos se torna tóxico, así las personas más allegadas a ellos, principalmente los amigos, pueden afectar sus objetivos y sueños en la vida; ya que la raíz misma de los problemas o el riesgo de caer en alguna adicción a veces se encuentra dentro del círculo de amigos.

Lo olvidamos, pero el alcohol encaja dentro de la misma categoría que las drogas. Sucede que es legal y que es la droga con que la mayoría de gente se inicia en el consumo de sustancias nocivas. Cuando empiezan a ir a fiestas y ven que sus compañeros y amigos no solamente toman refresco, tal vez les surjan algunas inquietudes sobre el alcohol. ¿Lo ha probado? ¿Su mejor amigo se emborrachó? ¿El papá de algún compañero tiene problemas con la bebida? Tal vez este sea un buen indicador para regresar al primer punto y platicar con tus hijos.

  1. Promueve que ocupe su tiempo libre

El aburrimiento puede ser un mal consejero para prevenir adicciones. Hay ocasiones en que el inicio en el consumo de sustancias nocivas comienza por una combinación de ociosidad y curiosidad, misma que se atribuye en parte a no tener nada que hacer.

Trata de que tus hijos lean noticias locales para encontrar eventos culturales, inscríbelos en los talleres que se ofertan en la escuela, o bien anímalos a participar en los torneos deportivos internos; a tu alrededor se encuentran un sin fin de actividades y cosas interesantes que hacer para distraer la mente en acciones productivas que le vendrían bien.

Las adicciones son un tema muy sensible, el punto más importante para evitarlas es la comunicación con tus hijos y hacerles saber que cuentan contigo para relatarte todos sus problemas y lo que tengan intenciones de hacer.

En el Chimalistac contamos con una metodología pedagógica en la cual nuestros docentes se capacitan constantemente, lo cual les permite identificar comportamientos extraños en los alumnos, de manera que previenen dificultades personales e impulsan a los alumnos a los mejores hábitos y valores. Entra y conoce más sobre nosotros y nuestro modelo educativo, que guiará a tu hijo por el mejor camino.

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