La lectura es un aspecto fundamental no sólo de las clases de español, sino de casi todas las materias en el plan de estudios, pues es a través de la lectura que los alumnos tienen acceso a conocimiento más profundo sobre los temas que estudian y practican sus habilidades de pensamiento crítico.
Es en la escuela -gracias al esfuerzo de los maestros y las estrategias usadas- que los alumnos aprenden a equilibrar su comprensión lectora con la fluidez lectora, ya que ambas suelen contraponerse donde no hay una guía adecuada para que puedan conjugarlas con eficacia.Sin el apoyo de estrategias de lectura que puedan aplicarse a cualquier texto, los alumnos corren el riesgo de verse rezagados en su educación.
Para enseñarles a los estudiantes a leer de manera efectiva, los maestros deben asegurarse de no sólo proveer información sobre los textos en cuestión, sino de también instruirlos en el desarrollo de técnicas para que perfeccionen su habilidad lectora.
Estas son algunas formas en que contribuyen a que los alumnos mejoren en este aspecto tan importante del aprendizaje.
Enseñan lectura atenta
Los maestros guían la lectura al enfatizar lo que debe resaltarse. Animan a los alumnos a “conversar con el texto” por medio de apuntes relevantes; lo cual aviva su interés y facilita su comprensión. Esto puede incluir que:
- Definan palabras nuevas
- Formulen preguntas
- Identifiquen palabras y temas recurrentes
- Hagan conexiones personales con el texto
- Citen eventos
- Resalten encabezados y subtítulos
- Resuman párrafos
- Agrupen fragmentos
- Clasifiquen información
- Numeren y ordenen
- Dibujen ideas
La lista de posibilidades es interminable: el punto es que los estudiantes vayan construyendo su propio proceso al aproximarse a los textos.
Ayudan a verbalizar preguntas
Leer pasajes en voz alta y verbalizar las preguntas que pudieran ir surgiendo es muy útil para los alumnos.
Los estudiantes a menudo desconocen cómo hacer preguntas, qué tipo de preguntas hacer o con qué frecuencia hacerlas, por lo que es invaluable que los maestros modelen dicha habilidad.
Guían a los alumnos en establecer metas de lectura
Los maestros les dan a los alumnos las bases para que puedan fijarse metas de lectura de acuerdo con su avance y sus necesidades.
Después de leer un texto, fomentan su autoevaluación con preguntas como las siguientes: ¿Te sentiste seguro al leerlo? ¿Por qué sí o por qué no? ¿Qué partes del texto fueron las más complicadas? ¿Habría sido más fácil leerlo si lo hubieras hecho de otro modo?
Es importante que los estudiantes aprendan a evaluar sus metas regularmente y establezcan nuevas basándose tanto en su progreso como en su capacidad.
Ajustan la longitud de los textos
Los alumnos suelen desanimarse con los textos muy extensos que requieren de un alto nivel de concentración. Por eso, cuando es necesario, los maestros dividen los textos en segmentos más pequeños, lo que les permite digerirlos en fragmentos más comprensibles, ampliar su vocabulario y adquirir confianza en sí mismos.
Evalúan las habilidades usadas
La evaluación es un aspecto crucial del progreso en la habilidad lectora de los alumnos, más allá de que sea formal o informal, formativa o sumativa.
Y aunque las preguntas de memoria y comprensión son una forma elemental de verificarla, es tarea de los maestros idear preguntas más difíciles que involucren el cómo y el por qué.
La mayoría de los maestros incorporan estrategias como éstas en sus clases hasta cierto punto; sin embargo, aún deben tomarse el tiempo para discutir e involucrar activamente a los estudiantes con el fin de agilizar el aprendizaje y cimentarlo de modo definitivo.
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