Todo niño requiere de límites para sentirse a salvo. La disciplina, entonces, constituye una herramienta efectiva e importante. Pero debes emplearla de tal manera que la dignidad de tu hijo quede intacta. La disciplina no es lo mismo que el castigo. Simplemente consiste en enseñarle a tu hijo qué comportamientos son deseables y cuáles no.
Con los métodos adecuados, la disciplina puede convertirse en una experiencia positiva e inclusive amorosa. Por otro lado, si se basa en el castigo es probable que promueva agresividad en tu pequeño hijo. Aquí hay algunos consejos para que eduques a tu hijo a través del amor.
No sólo le digas a tu hijo que está mal correr con comida en la boca, explícale por qué es mejor que no lo haga. Hazle saber que podría tener un accidente de ser descuidado y que tú intención es protegerlo. Abrevia tus explicaciones. Los niños llegan a ignorar los discursos largos.
No grites, ni culpes, ni seas grosera al momento de darle a entender a tu hijo que no te gusta su modo de comportarse. Usa un tono firme, pero mantente en control de tus emociones. Permanece tranquila cuando le comentes a tu hijo que te ha desagradado su actitud.
Es un poco difícil recordar esto cuando pillas a tu hijo brincando sobre el sillón para divertirse, pero en vez de regañar a tu hijo conminándolo a no portarse mal, dile lo que hubieras esperado que sí hubiera hecho. Puedes decir: “Es mejor que uses el piso para brincar, el sillón es para sentarse”.
Si tu hijo te descubre a menudo empleando groserías o dejando los trastes sucios sobre la mesa te será más difícil explicarle que no debería hacer estas cosas, no se le facilitará comprender por qué debería de actuar de otra manera. Modela tú misma el comportamiento que deseas que imite, y con toda probabilidad seguirá tu ejemplo.
Tu hijo podría hallarse molesto o rejego debido a que su tiempo de diversión ha finalizado. Podrías compartirle: “Entiendo que te sientas enojado porque tu amiguito acaba de partir, pero aún debes recoger tus juguetes”.
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Cómo educar con uso de disciplina positiva
El pegarle a tu hijo le enseñara que la violencia es una vía para resolver problemas, pero puede llevarlo a tenerte miedo y perder la confianza que te tiene. Podría detener brevemente algún comportamiento negativo, pero muchos estudios demuestran que esto puede desembocar en que los niños ejerzan violencia con otros pequeños, roben objetos o desarrollen actitudes antisociales.
Quizás tus padres te hayan pegado y tu creas que no estuvo tan mal, pero además de que investigaciones han arrojado luz sobre que esto puede promover comportamientos agresivos, también conlleva la posibilidad de causar daño físico a un pequeño. Si has estado corrigiéndolo así, dile que dejarás de hacerlo. Si te cuesta trabajo, podrías pedir apoyo psicológico para modificar tu actitud.
No amenaces a tu hijo cuando te encuentres enojada. No le expongas, por ejemplo, que si no se viste a tiempo, se quedará en casa durante toda la semana. Mejor enséñale que si no lo hace pronto, lo llevarás a la escuela en su piyama. Sé consecuente, no obstante, con lo que le indicas. De otro modo, dejará de tomarte en serio.
Hazle patente a tu hijo que lo que te desagrado es su comportamiento y no él mismo, pues lo amas.
Cuando tu hijo se comporte bien, tal y como al recoger sus juguetes o haberse arreglado a tiempo sin que se lo hayas tenido que decir, muéstrale tu agradecimiento. Los maestros le llaman a esto, “pillar a tu hijo portándose bien”.
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Si te cuesta trabajo tranquilizarte antes de disciplinar y corregir a tu pequeño, tómate el tiempo para que consigas tranquilizarte. Haz ejercicios de respiración o cuenta hasta 10. Entonces considera cómo abordar la situación. Pausar un poco al llevar a cabo esto te permitirá corregirlo logrando que se dé cuenta de sus errores y aún sea capaz de sentir todo tu amor.
La educación en el Colegio Chimalistac se enfoca en darles a nuestros alumnos una formación académica sólida, nuestra intención es que aprendan a ser personas solidarias con el mundo además de que desarrollen las competencias esenciales para la vida. Todo esto tomando en consideración la educación de los padres desde el hogar y los valores familiares. Conoce nuestra primaria:
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