Las hijas pueden ser un misterio para algunos padres, especialmente cuando llegan a la adolescencia. A continuación, presentamos 8 puntos clave que te ayudarán a comprender mejor, motivar y educar a tu hija adolescente.
1. Las adolescentes desean conectarse con otras personas y contribuir
La conexión es la herramienta más eficaz para educar a las jóvenes. Ellas necesitan saber si son aceptadas por otras personas. Si es así, se forma una conexión y pueden comenzar a contribuir a la relación. Las jóvenes que se saben aceptadas y relevantes para los demás harán cualquier cosa para colaborar con ellos.
Ellas anhelan tener la sensación de contribuir a una misión y sienten el impulso de cultivar relaciones útiles con otras personas.
A las niñas generalmente les agradan los maestros y los adultos a quienes a la vez ellas les agradan. Hacen todo lo posible por dar atención a los demás y recibir atención de ellos. La desconexión suele tener un efecto devastador para ellas.
2. La aceptación es su prioridad número 1
A las adolescentes les preocupa mucho lo que los demás piensan sobre ellas. de algún modo, necesitan agradar. Lo que más desean es aceptación y seguridad emocional. La adolescencia refuerza su deseo de ser aceptadas por un grupo, y la mayoría de ellas no quiere ser vista como única o diferente.
A medida que van creciendo, se preocupan cada vez más por ser aceptadas y encajar dentro de parámetros aceptables. Consideran mejor la aceptación por parte de alguien que puede traicionarlas que no ser aceptadas en absoluto.
3. Tienen el desafío de encontrar su verdadero yo
"¿Quién soy yo?" es la pregunta proverbial de las adolescentes. Aprenden temprano cuáles son los costos y las recompensas de la aprobación social.
Su sentido de poder personal tiende a basarse en agradar y complacer a otras personas. Esto puede crearles confusión en tanto buscan diferenciar lo que conocen como verdad de lo que otros esperan de ellas.
Las jóvenes tienden a transformar sus identidades según lo que se espere de ellas. Encontrar una identidad auténtica suele ser un gran desafío en sus vidas.
4. A menudo ocultan su valor
En muchas ocasiones no se dan cuenta de sus logros, y requieren ayuda para aceptar y reconocer sus fortalezas. Al restarle importancia a sus puntos fuertes, las jóvenes se mantienen a salvo de las expectativas ajenas.
Son más propensas que los hombres a sentir que necesitan validar sus logros y proporcionar una justificación de sus éxitos. Los padres deben brindarles a sus hijas adolescentes múltiples oportunidades para que puedan evaluar con frecuencia sus capacidades. Y enseñarles a aceptar los cumplidos genuinamente.
5. Sienten una inmensa presión para adaptarse
Desde una edad temprana, las niñas tienden a tener más facilidad para regular su energía física, lo que las familiariza con escuchar que son buenas y agradables para los adultos.
Es más probable que las niñas se rindan a la presión de los mensajes directos e indirectos; son más sensibles a poder complacer.
Los adultos generalmente las tratan de una forma que refuerza la imagen de “niña buena”. Deben, por tanto, tener cuidado de no fomentar en ellas la evasión del fracaso. La expectativa de que “deben ser perfectas” puede inhibir su resiliencia, y las jóvenes casi siempre buscan adherirse a la imagen de "niña buena".
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Muchas adolescentes llegan a la conclusión de que no hay un alma en la tierra que piense o sienta lo mismo que ellas. El funcionamiento de su mente es complejo y temen que se malinterpreten sus pensamientos y emociones. Les inquieta bastante poder ser comprendidas, aunque sea sólo por una persona.
Convivir con otras jóvenes y mujeres ayuda a las adolescentes a sentir pertenencia. Las amistades son esenciales para su vida tal y como la conocen, y constituirán su mayor sensación de seguridad, así como su fuente más profunda de dolor.
A medida que transcurren por la adolescencia y maduran más allá de ella, su convivencia con otras mujeres fuertes y capaces debe promoverse y adaptarse a sus necesidades. Otras jóvenes y mujeres son un factor protector para ellas en una sociedad impulsada por los mensajes de los medios.
La exposición a otras mujeres y la pertenencia a diferentes grupos de amistad les permiten ser valoradas por sus contribuciones únicas.
8. Les es indispensable descubrir su pasión y propósito
Descubrir lo más importante para ellas también las ayuda a descubrir su verdadero yo y el motor de su felicidad.
Al encontrar su “chispa” en la vida comienzan a conectarse con sus valores, su identidad y también con las almas de ideas afines. Al vincularse estrechamente con su pasión y su propósito, aumenta su disposición a asumir riesgos y experimentar relaciones saludables.
Ahora que cuentas con esta información para relacionarte y entender mejor a tu hija adolescente, tendrás una razón más para fomentar su buen desarrollo a lo largo de estos años, ¡y aún de los que vengan después!
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