En la actualidad, es fundamental que recordemos la importancia de que nuestros hijos se conecten con el mundo real, lejos de las pantallas y la pasividad. Una de las mejores maneras de lograrlo es a través de actividades lúdicas en ambientes abiertos.
No solo les proporcionan diversión y entretenimiento, sino que también contribuyen significativamente a su crecimiento. Desde una perspectiva pedagógica, el juego en exteriores fomenta habilidades cognitivas, sociales y físicas esenciales.
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Por ello, aquí te presentamos 10 juegos al aire libre ideales para niños:
Marca cuatro esquinas en un área específica y asigna a un participante como "el capturador", que debe posicionarse en medio del cuadro.
Los demás se paran en las esquinas establecidas y se tienen que mover de una esquina a otra antes de que el capturador termine de contar hasta 10. Si son atrapados por el capturador antes de llegar a otra esquina, intercambian roles.
Despierta la curiosidad y el sentido de la aventura en tus pequeños. Organiza una caza del tesoro en el jardín o el parque local. Deja pistas o mapas que deben seguir para encontrar tesoros escondidos.
Diseña un emocionante circuito de obstáculos con conos, sillas y cuerdas. Los chicos deberán superar cada desafío mientras perfeccionan habilidades motoras, coordinación y resistencia física.
Consiste en apilar vasitos o conos y luego tirarlos con una pelota o, para incrementar la dificultad, colocar figuritas de juguete y asignar valores diferentes a cada muñequito para tratar de derribar los de mayor puntaje.
Un juego simple y divertido en el que un participante es el que persigue a los demás y al alcanzarlos con los dedos debe decir la palabra “encantado”.
Los que son tocados deben quedarse congelados. Otros jugadores pueden liberar a los que están quietos tocándolos y gritando la palabra “desencantado”. El juego termina cuando encantan a todos los niños.
Un niño se venda los ojos y, con la ayuda de los demás, trata de atrapar a sus amigos o algún objeto designado. Esto fomenta la comunicación verbal y no verbal, así como la confianza en los demás.
Consiste en alinear a los chicos en un punto de salida y designar una meta. Se realizan preguntas divertidas o adivinanzas y los niños deben alzar la mano para responder.
Si aciertan pueden dar uno o dos pasos dependiendo de la dificultad de la pregunta. ¡Quien llegue primero a la meta gana!
Un participante se da la vuelta y los demás, que se colocan a varios metros detrás, tienen que avanzar mientras quien les da espalda recita sin mirar la siguiente frase: “un, dos, tres al escondite inglés sin mover las manos ni pies”.
Al terminar la oración se gira y todos deben quedarse inmóviles. Si alguien es visto moviéndose, debe volver al punto de partida. Gana quien alcance al jugador que se encuentra de espaldas.
Liberen su lado creativo y dibujen las figuras que encuentren en las nubes. Después túrnense para juntos crear una historia con las formas que dibujaron.
Una dinámica tranquila y artística para disfrutar mientras nutren su imaginación.
Un líder (ya sea un adulto o uno de los niños) asume el papel de "Simón" y da órdenes a los demás jugadores. La clave es que estas solo se sigan si son precedidas por la frase "Simón dice". Por ejemplo, "Simón dice que toques tu nariz" o "Simón dice que saltes".
Los jugadores deben prestar mucha atención y solo obedecer las órdenes que comienzan con "Simón dice". De lo contrario, quien siga la indicación quedará fuera.
Dichos juegos no solo proporcionan un momento entretenido para los pequeños, sino que también son herramientas valiosas para su desarrollo integral.
Desde la mejora de habilidades físicas hasta el fomento de la cooperación y la toma de decisiones, estas actividades son una inversión en el crecimiento y el bienestar de tus hijos.
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Así que, ¡salgan y diviértanse! Tus pequeños te lo agradecerán mientras gozan de un desenvolvimiento sano y feliz.
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