Imagina haberte reunido en casa de un amigo para cenar y querer ponerle un poco de sal a tus alimentos. Podrías inclinarte sobre la mesa y agarrar el salero antes de que alguien más lo tome. O, bien, podrías esperar un momento y pedirle a alguien que te lo pase.
La mayoría de adultos tienen el auto control requerido para hacer pausas y actuar en conformidad con cierta situación. Prefieren esperar a que les pasen el salero porque es cortés y apropiado. Piensan antes de actuar para conseguir un mejor resultado, ya sea en entornos sociales, dentro de la comunidad o en el trabajo.
¿Pero qué hay de los niños? ¿Qué significa el auto control para ellos? Descubre qué es el auto control y por qué ayuda a los niños a prosperar en la escuela y en la vida cotidiana.
El auto control puede parecer algo sencillo, pero en realidad es una habilidad compleja. De hecho, es parte de un grupo de habilidades que les permite a los niños manejar sus pensamientos, acciones y emociones para que puedan llevar a cabo actividades. (Los expertos le llaman a esto función ejecutiva.)
Existen tres tipos de auto control:
Para los niños, tener auto control es útil en todas las áreas de su vida. Pero es especialmente importante cuando se trata de socializar. Manejar el control de sus acciones y reacciones les ayuda a los niños a encajar y hacer amigos. Y una vida social activa contribuye a mejorar su autoestima.
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El auto control se desarrolla con el tiempo. Comienza a desarrollarse desde que los niños son muy pequeños y continúa hasta que cumplen alrededor de 20 años.
Entre más maduros se vuelven, más capaces son de:
El auto control se desarrolla de diferentes maneras, dependiendo de la situación y el entorno en el que se encuentren los niños. Aquí hay algunos ejemplos de cómo se manifiesta:
Puede que no te des cuenta de que estos comportamientos requieren de habilidad, pero así es. Sin autocontrol, los niños se comportarían de manera muy diferente. Podrían:
Enseñarles auto control a los niños desde edad temprana es una excelente manera de prepararlos para el futuro.
Una forma de hacerlo es guiarlos para que reemplacen respuestas negativas por positivas. Así, para que los niños puedan aprender a autorregularse, no debe evitarse situaciones que puedan ser difíciles. En cambio, uno debe entrenar y dirigir a sus hijos durante los momentos difíciles.
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Cuando los padres guían a los niños en momentos frustrantes, les proporcionan un marco que los médicos llaman "andamiaje". Esto es, le muestran el comportamiento que desean que tengan. Una vez que comprendan y puedan aplicar los conceptos, podrán comenzar a superar los desafíos por su cuenta.
Una forma de aplicar el “andamiaje” es aprovechando situaciones de práctica. Por ejemplo, si tu hijo hace berrinche cuando va a la tienda, una ida a la tienda será ideal para que practique estar tranquilo contigo o mantener las manos quietas. Puedes usar un sistema de recompensas por cada vez que el niño se comporte.
Incluso en situaciones favorables, un niño aún puede emberrincharse o portarse mal, lo cual puede ser desalentador. Sin embargo, la consistencia es muy importante. Si es necesario, contribuye tanto como puedas para evitar tal comportamiento. Conforme vaya mejorando, podrás darle más independencia.
Aunque a algunos niños se les dificulte más desarrollar auto control que a otros, el esfuerzo de los padres siempre jugará un papel crucial en que sus hijos se vuelvan capaces de controlar sus impulsos y sus emociones. Esfuerzo que rendirá frutos útiles más tarde en la vida.
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