Confiar en un hijo adolescente puede parecerse a caminar a ciegas. La confianza (respecto a otra persona) es la fe en que esa persona hará lo correcto cuando nadie la esté observando.
¿Cuáles son las mejores formas de desarrollar más confianza en la relación con un hijo adolescente? La confianza es mutua y se edifica principalmente a través de la comunicación. Una vez establecida, puede ganar fuerza lentamente, erosionarse o, en casos más extremos, disolverse en instantes.
Para reforzar esta piedra angular en su relación, las mejores formas de desarrollar más confianza son:
Déjale en claro a tu hijo cómo es que se maneja la confianza en la familia. Tanto te encuentras ganándote la confianza de tu hijo adolescente como también estás aprendiendo a confiar en él.
Pregúntale qué significa la confianza para él. Pídele ejemplos de qué acciones podrían generar confianza y de cuáles podrían romperla; sus respuestas podrían sorprenderte.
La confianza entre tú y tu hijo adolescente se desarrollará al haber suficiente claridad en la congruencia entre comportamientos y expectativas acordadas. Recuerda la frase: "Di lo que haces y haz lo que dices".
Habiendo establecido las expectativas, tanto los padres como el hijo deben cumplir con lo acordado. Si esto es así, el nivel de confianza entre ellos aumentará gradualmente. Si ambos no fallan, su vínculo se consolidará. El desarrollo de la confianza implica un hábito diario.
Al fijar y comunicar con claridad las expectativas desde el principio habrás ganado la mitad de la batalla. Pero tu hijo adolescente también necesita escuchar comentarios frecuentes en torno a su desempeño y recordatorios sobre la importancia de cumplirlos. Muestra consistencia con las reglas y evita modificarlas sobre la marcha.
Todo adolescente cuenta con un detector de hipocresía incorporado. Si tu hijo te ve actuando de un modo deshonesto, evadiendo responsabilidades o rompiendo la confianza de alguien, eso conlleva un mensaje de que no valoras la confianza. Los hijos nos observan a los padres todo el tiempo, incluso cuando parecen ajenos.
Cuando un padre no sigue un plan acordado en su mente de la mamá podría tratarse de un pequeño ajuste, pero en la mente de tu hijo habrás fallado y quién sabe cuántos ajustes más podrían interponerse entre él y lo convenido.
Habrás transgredido su confianza por falta de coherencia en tus acciones. Aunque puedas considerar dicho evento como un detalle menor, ten en cuenta que la confianza entre los padres y los adolescentes se desarrolla o se nivela a través de muchas pruebas como ésta. Es acumulativa.
Los adolescentes que comprenden las ventajas en una relación de confianza pueden sentirse más motivados a cumplir asimismo su palabra. Explícale a tu hijo los beneficios de la confianza y las consecuencias de vulnerarla mediante ejemplos concretos.
Para ganarnos la confianza de un adolescente necesitamos de tiempo y madurez emocional suya para que eventualmente "pueda entender". Es relevante que nos demos cuenta de que cometerá errores en el camino.
Muchos adolescentes suelen ser impulsivos y es posible que no aprecien la conexión entre las decisiones y las consecuencias resultantes. Sin embargo, pareciera que la confianza es algo intangible que los padres pueden conceder de la noche a la mañana.
Sin suficiente práctica para ganarse la confianza, tomar buenas decisiones y obtener retroalimentación de las mismas, los adolescentes corren más riesgo de comportarse de forma irresponsable.
Dale a tu hijo la oportunidad de preservar tu confianza en un área determinada antes de hacer ajustes. El tiempo y la experiencia son indispensables para que los adolescentes aprendan a manejar nuevas libertades. A medida que tu hijo se vuelva una persona más fiable, podrás depositar más confianza en él.
Conforme vayas soltando las riendas, prepárate para que tu hijo se equivoque, en aspectos irrelevantes y en otros más cruciales. Procura responder prontamente a sus errores y utilízalos como momentos de enseñanza.
Dado que los adolescentes se encuentran trabajando tanto en fortalecer sus funciones ejecutivas como en adquirir habilidades de autorregulación, posiblemente aún no prevean bien los efectos de sus acciones.
Tales errores también pueden actuar como incentivos naturales para que tu hijo tome mejores decisiones a futuro. No le cierres el camino de regreso a ti. Si bien reconstruir la confianza puede requerir mucho tiempo, será conveniente que le dejes abierta esta posibilidad.
Involúcralo en la reconstrucción. Idea formas concretas de reparar el daño a la relación. Si se estanca, ayúdalo con alguna sugerencia. No obstante, las lecciones más significativas se hallan en el esfuerzo de los adolescentes orientado a restaurar lo perdido.
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