No es que las rutinas sean para personas aburridas, sino que son necesarias para proporcionar estructura a nuestro ritmo de vida y principalmente en la infancia, etapa en la que se conforman las bases del desarrollo biopsicosocial.
Sin embargo, muchos niños encuentran dificultades para establecer y mantener estas rutinas por sí solos. La planificación juega un papel determinante en este proceso, pero debe partir de una orientación y un apoyo adecuados para que los pequeños puedan integrarla de manera efectiva en su día a día.
A continuación, exploraremos algunos consejos prácticos para ayudar a tus hijos a aprender a planificar una rutina de manera efectiva:
Fijar horarios regulares para momentos cotidianos como la hora de despertar, comer y dormir les ayuda a generar una sensación de previsibilidad, control y seguridad.
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Instala un pizarrón o tablero donde puedan colocar los pendientes del día o de la semana. Pueden usar post-its, marcadores o imanes para representar cada labor o evento y así facilitar la gestión y el seguimiento de sus compromisos.
También es factible colocar recordatorios visuales en lugares estratégicos, como en la puerta del refrigerador o en su escritorio, para que recuerden las actividades importantes del día.
Ilustra a tus hijos cómo jerarquizar sus tareas según su importancia y urgencia. Utiliza técnicas simples como marcar con colores diferentes las tareas más urgentes o establecer tiempos límite realistas para cada pendiente.
Dedica tiempo cada semana para revisar su rutina. Ajusten y actualicen las actividades según sea necesario y consideren nuevas responsabilidades o cambios en sus horarios.
Mantén conversaciones regulares con ellos sobre cómo se sienten con la rutina establecida y si hay aspectos que les gustaría ajustar. Escuchar sus opiniones y preocupaciones fortalece la colaboración y el entendimiento mutuo.
Además, permitirles participar en la creación de su propia rutina les da un sentido de autonomía y responsabilidad. Pregunta qué actividades les gustaría realizar y cómo les gustaría organizar su agenda.
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Aunque es importante mantener cierta estructura, es igualmente valioso permitir cierta flexibilidad en la rutina. Funciona para que aprendan a adaptarse a cambios e imprevistos sin perder la organización, lo que promueve habilidades de resiliencia y manejo del estrés.
Reconoce y celebra el cumplimiento de su horario para motivarles a seguir con los buenos hábitos. Pueden ser pequeñas recompensas o elogios constantes que refuercen la constancia y el esfuerzo.
A largo plazo, estas habilidades de planificación y organización se traducen en una mayor autonomía y eficiencia en la gestión del tiempo, que los prepara mejor para enfrentar desafíos académicos y profesionales en el futuro.
Asimismo, cultivan costumbres saludables que fomentan el bienestar físico y emocional a lo largo de sus vidas, lo cual impacta favorablemente en su desenvolvimiento académico, social y personal, así como en su capacidad para alcanzar metas y aspiraciones personales.
En Centro Educativo ECA, entendemos que la etapa de primaria es crucial para que los niños desarrollen hábitos fundamentales como el estudio y la responsabilidad.
Nuestro enfoque académico se centra en proporcionar a los estudiantes las bases necesarias para adquirir conductas positivas y aprender a aprender desde temprana edad.
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