¿Alguna vez tus hijos han tenido una rabieta o emoción que les impide dejar de llorar? Para ayudarlos a regularse, lo primero que hay que tener en cuenta es que, al igual que nosotros, tienen emociones intensas y no deben ser invalidadas.
El núcleo del problema radica en las pocas habilidades de gestión emocional que tenemos todos cuando somos pequeños, por lo que las estrategias que atiendan este factor darán excelentes resultados.
En el presente artículo, te presentamos una técnica de alta efectividad, llamada “tiempo fuera”, que apoyará a tus hijos para calmarse en diferentes situaciones y estimulará el desarrollo de su madurez psicológica.
¿Qué significa tomar un "tiempo fuera"?
Se trata de una estrategia que se utiliza para ayudar a los niños a calmarse cuando están emocionalmente desbordados o al mostrar un comportamiento problemático.
En lugar de ser un castigo, este recurso se enfoca en proporcionar a los pequeños un espacio seguro y tranquilo en el que puedan autorregularse y recuperar el control sobre sí mismos.
¿Cómo funciona?
Cuando tu pequeño se encuentra en medio de una rabieta o muestra un comportamiento inapropiado, debe ir a un lugar tranquilo y sin distracciones, como un rincón de la habitación o una silla designada.
Permanecerá en ese lugar durante un lapso específico para que respire, se calme y reflexione sobre su comportamiento. Por lo general, se recomienda un minuto por cada año de edad (si tu hijo o hija tiene 5 años, 5 minutos serían suficientes).
Es fundamental que las instrucciones sean claras y firmes. Debes explicar brevemente por qué se está implementando esta pausa y su duración.
Imagina que tu hijo tiene una rabieta en una plaza comercial. En lugar de un enfrentamiento público, aplica la técnica y llévalo a un lugar sin tanta gente (por ejemplo, el estacionamiento) y dale las instrucciones:
“Es hora de un tiempo fuera. Estarás aquí por 5 minutos en silencio y respirando. Después hablaremos de lo que pasó. Piensa qué hiciste mal”.
¿Qué no hacer o qué no decir?
- Evita gritar o enfadarte durante el proceso, ya que esto puede empeorar la situación.
- No utilices dicho recurso como una amenaza o castigo, sino como una oportunidad para que los niños se tranquilicen y mejoren su comunicación y conducta.
- Recuerda que sus emociones son valiosas. No se trata de negarlas o hacerlas menos, sino de que tus hijos puedan identificarlas y moderarlas para actuar correctamente.
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¿Qué sigue al finalizar el tiempo fuera?
Una vez que ha terminado, es importante hablar con ellos sobre lo que sucedió. Muestra disposición para escuchar a tus pequeños y hacer que vean que es posible y favorable expresar sus sentimientos de manera tranquila. También es crucial que reconozcan cuál fue la conducta indebida que asumieron.
Beneficios
Los beneficios para los niños son notables y abarcan diversos aspectos, incluyendo niveles fisiológicos, emocionales y cognitivos, como los que describimos a continuación:
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Calmante fisiológico
Disminuye la respuesta neurológica de lucha o huida. Esto se traduce en una reducción inmediata de la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
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Menos estrés
Al proporcionar un momento seguro y sereno, se controla la liberación de cortisol, la hormona del estrés y se obtiene una sensación de calma.
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Autorregulación
La técnica enseña a los niños a identificar y gestionar sus emociones, lo que fomenta la autorreflexión y el autocontrol.
Hacer del “tiempo fuera” un hábito en la crianza es fundamental para que los niños se conviertan en adultos resilientes y capaces de gestionar adecuadamente sus sentimientos y pensamientos. Además, dicha técnica ha demostrado obtener resultados destacados.
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Al ofrecerles este espacio para calmarse y reflexionar, les estás proporcionando una valiosa herramienta para enfrentar los desafíos que encontrarán a lo largo de su vida y para consolidar relaciones sociales más sanas.
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