La adquisición de hábitos de lectura desde una temprana edad constituye uno de los pilares esenciales para el crecimiento integral de los infantes. Numerosos estudios respaldan la noción de que la lectura es una herramienta clave para el crecimiento cognitivo y emocional de los más jóvenes.
Según la Asociación Americana de Lectura, la lectura temprana en la infancia tiene un impacto significativo en el éxito académico a lo largo de la vida. Pero, ¿por qué es tan crucial que los niños lean desde una edad temprana?
Hay dos aspectos fundamentales en los que este hábito ayuda con la evolución cerebral de los pequeños:
Cuando los pequeños se sumergen en la lectura, se activan las áreas del cerebro relacionadas con el procesamiento del lenguaje.
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Además, la lectura estimula la corteza prefrontal, que está asociada con la toma de decisiones y el pensamiento crítico. Este proceso, a su vez, amplifica la plasticidad neuronal, lo que facilita una mayor adaptación y capacidad de aprendizaje.
Al leer se liberan neurotransmisores como la dopamina, ligada a la sensación de placer y recompensa, y la oxitocina, responsable de la empatía y la formación de vínculos sociales.
Dichos procesos neurofisiológicos culminan en un enlace emocional con los personajes y las historias. Esto permite a los niños explorar un espectro emocional más amplio y fortalecer su inteligencia emocional.
A continuación, te presentamos los principales beneficios a corto y largo plazo de impulsar la lectura en edades tempranas:
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Para promover la lectura en los pequeños, es esencial generar un entorno favorable que contagie el gusto por dicha costumbre. Aquí hay algunas estrategias efectivas:
Conviértete en un referente de lectura. Los niños tienden a imitar el comportamiento de los adultos, por lo que, si leen, es más probable que ellos también lo hagan.
Crea un espacio dedicado a la lectura en casa con libros adecuados para su edad y de su gusto.
Lean juntos como actividad familiar. Eso cultiva un amor compartido por la lectura.
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Ofrece una variedad de géneros y temas para que ellos encuentren sus pasiones literarias.
Después de la lectura, dialoga sobre la historia y plantea preguntas para estimular su comprensión y su reflexión.
Refuerza el hábito de lectura con recompensas y elogios.
Nada supera el poder transformador de la lectura en la vida de un niño. La lectura no solo nutre sus mentes, sino que también impulsa la empatía, la creatividad y las habilidades comunicativas. Procura la lectura en casa y observa cómo florecen.
Los beneficios de este hábito son innumerables y maximizarlo es una de las mejores inversiones que los padres pueden hacer en el futuro de sus hijos.
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