Hoy en día es lugar común que escuchemos a los educadores hablar sobre cómo ayudar a estudiantes y al personal a adquirir inteligencia emocional. Pero, ¿qué queremos decir exactamente? ¿Por qué y cómo deberían los docentes apoyar el desarrollo de esta facultad en los alumnos?
Se puede decir que la inteligencia emocional cubre cinco áreas principales: autoconciencia, control emocional, automotivación, empatía y habilidades de relación. Por supuesto, es crucial para una buena comunicación con los demás y, por lo tanto, constituye un umbral para mejor aprendizaje, amistades, éxito académico y empleo.
Habilidades como éstas, cultivadas en nuestros años formativos en la escuela, a menudo proporcionan la base para futuros hábitos en la vida. Te dejamos estas 5 habilidades que tus hijos desarrollarán a partir de la inteligencia emocional.
1.- Escucha activamente.
La habilidad de escuchar activamente es parte fundamental de toda comunicación bidireccional genuina, y se trata de mucho más que de tan sólo prestar atención. Implica seguir genuinamente el diálogo y responder a otras personas por medio de su propio lenguaje corporal, y luego poder demostrarles que han sido comprendidas al resumir verbalmente los mensajes clave recibidos.
En el aula, esto puede afectar la forma en que los estudiantes reciben comentarios de los maestros. Un estudio reciente encontró que el 38% de las intervenciones de retroalimentación hacen más daño que bien. Esto puede deberse en parte a que solemos cometer errores al recibir comentarios; por ejemplo, los interpretamos erróneamente como un juicio personal sobre quiénes somos, y nos inquietamos sobre cuándo terminará de hablar el interlocutor para poder responder en lugar de escuchar lo que ha dicho.
2.- Aumenta su vocabulario emocional.
La investigadora Lisa Barrett afirma que las habilidades interpersonales pueden mejorarse ayudando a los estudiantes a aumentar su vocabulario emocional. Alentar a alumnos a comprender la diferencia entre "triste", "decepcionado" y "molesto", sirve como trampolín para desarrollar estrategias adecuadas para cada una de las emociones mencionadas. En resumen, cada término emocional aprendido es una nueva herramienta para la inteligencia emocional futura.
Una forma sencilla de presentarle esto a tus hijos es jugando con el alfabeto: consideren cuántas emociones diferentes pueden idear para cada letra del alfabeto. Luego, discutan las diferencias entre cada una, qué podría provocarlas y cómo podrían responder a ellas individualmente.
3.- Desarrolla autoconciencia.
Al tener poca conciencia de nosotros mismos, corremos el riesgo de no darnos cuenta de cómo nos relacionamos con los demás y de permitir que una autoimagen demasiado inflada de nosotros distorsione nuestro comportamiento e interacciones sociales.
Durante un estudio muy conocido, los investigadores preguntaron a los alumnos cómo pensaban que habían rendido en una prueba y luego comparaban sus percepciones con los resultados reales. Descubrieron que la mayoría de los estudiantes sobreestimaban su capacidad, y esto era más probable que ocurriera con estudiantes que habían tenido un desempeño deficiente. Esto se conoce como el efecto Dunning-Kruger, y es uno de los sesgos de pensamiento más comunes en la educación.
También encontraron que entre los métodos para mejorar la autoconciencia de los estudiantes se incluye enseñarles estrategias metacognitivas. Una forma de hacer esto es alentarlos a que realicen preguntas auto-reflexivas, tales como: ¿qué podría haber hecho de manera diferente?, cosa que puede ayudar a los estudiantes a comprender mejor las habilidades interpersonales.
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4.- Muestra empatía.
La empatía es la capacidad de tomar la perspectiva de otra persona sin prejuzgarla, reconocer las emociones que estén sintiendo y poder compartir su punto de vista. La evidencia sugiere que la lectura es una excelente manera de desarrollar dicha habilidad.
Reflexionar sobre la perspectiva de la otra persona motiva que se sienta comprendida, lo que a su vez aumenta la probabilidad de colaboración y apoyo. Los niños generalmente desarrollan empatía al observar cómo los demás la muestran, y esto incluye observar a sus padres y compañeros empatizar entre ellos.
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5.- Gestiona las emociones y la autorregulación.
El Sutton Trust afirma que estimular a tus hijos a mejorar su autorregulación, que es la capacidad de manejar pensamientos y sentimientos, es una de las formas más significativas y eficaces para apoyarlos. Lo cual es especialmente cierto durante la adolescencia, ya que la brecha entre el control de impulsos y la búsqueda de sensaciones se halla en su punto cúspide.
La inteligencia emocional conlleva muchos beneficios para desarrollar habilidades que generan nuevos hábitos, y para alcanzar tanto el éxito académico como el profesional. Si te interesa conocer algunos consejos acerca de cómo desarrollar la inteligencia emocional en tus hijos, te dejamos este descargable. Entra y descárgalo.
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