No importa qué tipo de disciplina uses con tu hijo, el objetivo final de tu estrategia de crianza debe ser enseñarle a tu hijo a ser autodisciplinado. La autodisciplina ayuda a los niños a mesurar la gratificación, a resistir tentaciones poco saludables y a tolerar la incomodidad necesaria para alcanzar metas a largo plazo. Desde elegir apagar un videojuego y trabajar en la tarea, hasta resistir una galleta extra cuando mamá no mire, la autodisciplina es la clave para que los niños se conviertan en adultos responsables.
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Es importante inculcarles a los niños las habilidades necesarias para que desarrollen autodisciplina y fuerza de voluntad, así como para que practiquen cómo tomar buenas decisiones. Aquí hay 7 cosas que puedes hacer para ayudar a su hijo a aprenderla y practicarla:
1.- Cuenta con una rutina
Fijar un horario similar todos los días hará que tu hijo se acostumbre a la rutina. Cuando sepa lo que se supone que debe hacer, es menos probable que se desvíe hacia otras actividades.
Una buena rutina matutina ayuda a los niños a saber cuándo es hora de desayunar, peinarse, cepillarse los dientes y vestirse. Una rutina saludable para después de la escuela les enseña a los niños cómo dividir su tiempo entre tareas escolares, deberes hogareños y actividades divertidas. Y una rutina constante a la hora de acostarse ayudará a los niños a calmarse y quedarse dormidos más rápido.
Mantén la simplicidad en las rutinas de tu hijo. Y con la práctica, tu hijo aprenderá a implementar rutinas sin tu ayuda.
2.- Explica el motivo detrás de las reglas
Cuando se trata de que los niños aprendan a tomar decisiones saludables, un enfoque autoritario será mejor porque estimulará a los niños a entender las razones de las reglas. Pero en lugar de decir: "Haz tu tarea ahora porque lo digo", explícale la razón subyacente. Puedes explicarle que es una buena opción hacer su tarea primero para que pueda tener tiempo libre más tarde, como recompensa por haber hecho su trabajo. Esto le ayudará a entender las razones subyacentes de las reglas. En lugar de decir: "Mi mamá dijo que tengo que hacer esto", tu hijo entenderá que toda regla cumple un propósito.
Por supuesto, no quieres dar explicaciones largas o conferencias que lo aburran. Pero una explicación rápida sobre por qué crees que ciertas opciones son importantes puede conseguir que tu hijo comprenda mejor las opciones.
3.- Sé consecuente con lo que hayas planteado
A veces, las consecuencias naturales pueden dar a conocer algunas de las mejores lecciones de la vida. Un niño que constantemente se olvide de tomar su chamarra al salir corriendo por la puerta, no aprenderá si siempre tú se la entregas. Enfrentar las consecuencias naturales de su comportamiento (como sentir frío en el recreo) lo hará recordar que deberá tomar su chamarra la próxima vez.
En otras ocasiones, los niños requieren exponerse a consecuencias lógicas. Un niño que juega demasiado tiempo con la computadora puede aprender a hacerlo con moderación cuando se le castigue por hacerlo. O un niño que tenga problemas para levantarse por la mañana podría darse cuenta de que preferiría una hora extra para acostarse temprano por la noche.
4.- Forma su comportamiento gradualmente
La autodisciplina es un proceso que lleva años perfeccionar. Usa estrategias de disciplina apropiadas para su edad para darle forma a su comportamiento paso a paso.
En lugar de esperar a que un niño de 6 años de repente lleve a cabo su rutina matutina sin ningún tipo de recordatorio, válete de una gráfica en la pared que muestre a alguien que se peine el cabello, se lave los dientes y se vista. Incluso puedes tomarle fotografías a tu hijo haciendo estas actividades y crear tu propio cuadro.
Cuando sea necesario, proporciónale recordatorios a tu hijo para que observe la tabla hasta que realice cada tarea por su cuenta. Eventualmente, requerirá de menos recordatorios y podrá deshacerse de la tabla a medida que mejore en autodisciplina. Siempre que tu hijo aprenda una nueva habilidad o adquiera más independencia, ayúdalo a cimentarlas paso a paso.
5.- Enseña habilidades para resolver problemas
Trabaja junto con él y enséñale habilidades para resolver problemas específicos relacionados con la autodisciplina.
Puede existir una solución bastante simple para un problema de comportamiento. Un niño que batalle con vestirse a tiempo para ir a la escuela podría beneficiarse de que su atuendo sea elegido la noche anterior. Establecer una alarma de cinco minutos también podría ayudarlo a cumplir con el tiempo establecido.
Los problemas más complejos pueden requerir una serie de intervenciones de prueba y error. Un adolescente que no esté haciendo su tarea podría necesitar varios cambios antes de sentirse más motivado para realizar el trabajo por cuenta propia. Intenta retirar algún privilegio. Si eso no funciona, intenta que permanezca en la escuela al concluir el día escolar para ver si puede hacerlo antes de regresar a casa.
Prueba diferentes soluciones hasta que encuentres algo que funcione mientras lo mantengas involucrado en el proceso.
6.- Conviértete en modelo de autodisciplina
Los niños aprenden mejor al observar a los adultos. Si tu hijo te ve postergando o eligiendo mirar televisión en lugar de lavar los platos, se dará cuenta de tus hábitos.
Que sea una prioridad modelar la autodisciplina. Presta atención a las áreas en las que tengas problemas con la disciplina. Quizás estés gastando demasiado dinero, estés comiendo de más o estés perdiendo la paciencia al enojarte. Trabaja en estas áreas y aclárale a tu hijo por medio de tus acciones que buscas mejorar.
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7.- Recompensa el buen comportamiento
Un sistema de recompensas puede ser dirigido a problemas específicos de comportamiento. Un niño de preescolar que lucha por quedarse en su propia cama durante la noche podría beneficiarse de una tabla de calcomanías para motivarse.
Un niño mayor al que le cuesta trabajo hacer sus tarea y hacerlas a tiempo podría responder a un sistema de fichas. Los sistemas de recompensa deben enfocarse a corto plazo. Retíralos a medida que tu hijo comience a adquirir autodisciplina.
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La autodisciplina es algo que ayudará a tu hijo a obtener mejores resultados, tanto en la escuela como en sus actividades extraescolares y personales, ya que se acostumbrará a realizar las tareas cuando deba concretarlas, lo que le concederá una mejor gestión del tiempo y, sobre todo, podrá diseñar un plan que lo acercará a sus metas.
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