Algunas veces al año y al final del ciclo, los exámenes son motivo de preocupación para las familias de los estudiantes. Para algunos, los exámenes representan una última oportunidad para aprobar. Para otros, éstos a menudo pueden exentarse. Y para los demás, los exámenes son una realidad molesta que requerirá de estudio y mucho estrés adicionales, tanto para niños como para padres.
Muchos padres, con frecuencia, sienten la carga de aprender estrategias y trucos sobre cómo ayudar a sus hijos para que tengan éxito en los exámenes. Una búsqueda rápida en Google nos mostrará gran cantidad de información, alguna buena y otra cuestionable. En la práctica, con base en charlas con los padres de alumnos, generalmente uno debe concentrarse en tres aspectos.
1. Preparación
Cuando se trata de exámenes, la parte que implica sentido común es muy simple. Las iniciativas tradicionales, como estudiar tres o cuatro días antes, dormir lo suficiente y desayunar antes del examen, tienen sentido.
Además, un entorno hogareño libre de caos, peleas o cambios considerables es más probable que presente un ambiente positivo y propicio para el estudio. Si tu familia se está mudando, luchando o lidiando con cierto problema, lo más seguro es que ello tenga un impacto negativo en la capacidad de tu hijo para estudiar o desempeñarse efectivamente.
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2. Ansiedad previa al examen
Los adolescentes suelen caer en rachas de ansiedad cuando se sienten estresados debido a la preparación para exámenes. Un evento de de ansiedad conlleva pensamientos negativos marcados por preocupación y fracaso, que empeoran cada vez más.
Podría asemejarse a esto: “Si no apruebo la prueba, no obtendré más de 9 en la materia. Si no obtengo más de un 9, no me aceptarán en la universidad. Si no me aceptan en la universidad, entonces no conseguiré el trabajo que quiero. Si no consigo el trabajo que quiero, entonces no tendré éxito. Si no tengo éxito, entonces estaré sin hogar y adicto a las drogas”.
Evita los eventos de ansiedad extrema con ejercicios de respiración profunda, verifica los peores escenarios y busca permanecer en el momento presente. Puedes ayudarles a tus hijos a permanecer en el presente alentándolos a que no se concentren en lo que podría suceder y evitando al mismo tiempo remordimiento o sensaciones de fracaso. Anímalos a concentrarse en lo que sí pueden hacer ahora.
Como padre, pregúntate cuánta presión podrías estar ejerciendo sobre ellos para que ingresen a la universidad tal y cómo tú quieres que suceda. ¿Estás fomentando sus pensamientos negativos?
3. Consecuencias naturales
Por difícil que sea, es importante dejar que tu hijo aprenda del fracaso. Puedes permitir que ocurran consecuencias naturales, mientras las equilibras con empatía y amor. Simplemente deja que sobrevengan los resultados de sus elecciones, sin menguar su culpa. No supliques a maestros. O no finjas que no hayan sucedido, ni permitas que culpe al examen por su falta de preparación.
Puedes responder con empatía sin disminuir su responsabilidad. Di algo como: "Lamento que hayas reprobado el examen. Sé que no debe sentirse bien. Sin embargo, creo que eres suficientemente inteligente como para hacerlo mejor. ¿Qué crees que podrías haber hecho de manera diferente?”.
La primera parte de esto, “Lamento que hayas reprobado este examen. Sé que no debe sentirse bien” es la parte de la empatía. Aquí es donde lograrás conectar mejor con él. Si está enojado, exhausto o agotado, tendrá dificultades para hacerlo. Quizá debas tomarte un tiempo y reflexionar antes de sostener dicha conversación.
La segunda parte consiste en propiciar un estímulo positivo y formular una pregunta. Las preguntas a tu hijo sobre cualquier resolución suelen ser más efectivas que decirle cómo actuar. "Creo que eres suficientemente inteligente como para hacerlo mejor" es el estímulo positivo. “¿Qué crees que podrías haber hecho de manera diferente?” lo llevará a considerar el problema sin sentir obligación.
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Antes que nada, demuéstrale a tu hijo que es capaz de abordar el asunto con calma al hacerlo tú mismo. Debe saber que obtener calificaciones negativas no será el fin de su empeño académico. Además, con la voluntad y el estudio adecuados podrá eventualmente pasar los exámenes y con toda seguridad sobresalir en su futuro.
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