¿Estás cansado de discutir, regañar y luchar con tus hijos para que hagan la tarea? ¿Has descubierto que sobornarlos y castigarlos no producen resultados positivos?
Aquí encontrarás “tres leyes de la tarea” junto con ocho consejos que, si se implementan en tu hogar con coherencia y un corazón abierto, reducirán significativamente las molestias de tu hijo y las tuyas durante el tiempo de estudio.
A los niños no les gusta sentarse y estudiar, al menos no después de haber tenido un largo día de escuela en que tuvieron que, lo mismo, sentarse y estudiar. Así que abandona tu deseo de que a tu hijo le encante la tarea. Concéntrate en lograr que la haga.
No puedes hacer que su hijo aprenda. Ni que mantenga una actitud diligente. Ni que mueva su lápiz.
Si bien no puedes insistirle exitosamente siempre, puedes ayudarlo. Procura invitarlo positiva y animadamente. Invítalo y alíentalo con las ideas que sigan.
El lápiz de tu hijo debe moverse. Su cerebro necesita participar. Su cuerpo debe permanecer en la silla. La boleta de calificaciones que trae a casa es suya.
Demasiados padres ven la tarea como su propio problema. Entonces fijan ultimátums, gritan, amenazan, sobornan, regañan y retienen privilegios. ¿Has notado que la mayoría de estas tácticas no funcionan?
La responsabilidad de los padres es brindarle a su hijo la oportunidad de hacer la tarea. El trabajo de los padres es proporcionar estructura, crear un sistema. El trabajo del niño es usarlo.
Elimina la palabra "tarea" de su vocabulario. Reemplázala con la palabra "estudio". Este cambio de palabra por sí sólo contribuirá en gran medida a eliminar el problema de que tu hijo diga: "No tengo tarea".
El tiempo de “estudio” se trata de estudiar, incluso aunque tu hijo no tenga tarea. Se volverá sorprendente la cantidad de tarea que tendrán los niños cuando deban estudiar independientemente de que se vean obligados a completar tarea o no.
Contenido relacionado: Cómo ayudarle a tu hijo a estudiar para un examen final
Establece una rutina de estudio. Ésta debe ser a la misma hora todos los días. Permite que tu hijo conozca cuándo se fijará el tiempo de estudio. Una vez que se establezca el tiempo, cumplan con ese horario. Los niños prosperan con estructura incluso aunque protesten.
Hagan que la rutina sea predecible y sencilla. Hay posibilidad de que incluya una advertencia de cinco minutos de que se acerca el tiempo de estudio, poniendo fin a cualquier actividad de tu hijo. Despejen la mesa de estudio, vacíen la mochila de libros y suministros, y luego tu hijo podrá comenzar.
Permite que tu hijo tome algunas decisiones sobre la tarea. Puede elegir también en qué momento preferirá estudiar, antes o después de comer, o al llegar a casa. O, bien, puede elegir sólo en ocasiones levantarse temprano para hacerlo. Dile que elija el lugar, como la mesa de la cocina o un lugar en su propia habitación.
Contenido relacionado: Cuándo y dónde deben hacer tarea los niños
Ayuda sin mantenerte a su lado todo el tiempo. Ayúdalo sólo si lo solicita. No resuelvas problemas o tareas para tu hijo.
Cuando tu hijo diga: "No puedo hacerlo", di: "Actúa como si pudieras". Dile a tu hijo que finja que él sabe perfectamente qué hacer y ve qué sucede. Luego, abandona el área y deja que tu hijo vea si es capaz de manejarlo desde allí.
Si tu hijo sigue diciéndote que no sabe cómo y decides ofrecerle ayuda, concéntrate en formularle preguntas y aportarle pistas en lugar de sólo resolverlo por él.
Si quieres que tu hijo adopte un comportamiento, debes enseñárselo. Muchos niños son desorganizados. Si deseas que tu hijo se organice, debes invertir tiempo para ayudarlo a que aprenda un sistema de organización. Tu trabajo es enseñarle el sistema. Proporciónale dirección y corrígelo cuando sea indispensable.
Si tu hijo necesita apoyo con la gestión del tiempo, enséñale habilidades para ello. Ayúdale a tu hijo a aprender lo que significa priorizar según la importancia de cada tarea, así como a experimentar el valor de concretar las cosas más importantes primero.
Reemplaza recompensas monetarias y externas con elogios verbales. Cesa la práctica de pagarle por calificaciones o recompensarlo con un viaje especial para comprar helado. Este estilo de soborno sólo dará resultados a corto plazo y no funcionará para alentar a tu hijo a adquirir un amor por el aprendizaje de por vida.
En cambio, haz comentarios positivos mientras describes el comportamiento que deseas ver reflejado.
Usa el tiempo de estudio para abordar algunas de tus propias responsabilidades. Si realizas actividades divertidas o ruidosas durante ese tiempo, tu hijo naturalmente se distraerá. El tiempo de estudio es un compromiso familiar. Si tú no te comprometes, no espere que tu hijo lo haga.
Esta noche, cuando tu hijo esté estudiando, termina tu propia tarea, o sea, la siguiente: Vuelve a leer este artículo. Decide qué partes quieres implementar. Determina cuándo comenzarás. Ponlo por escrito. Luego felicítate por haber llevado a cabo tu tarea.
En el siguiente descargable te compartimos cinco formas muy efectivas para que tu hijo mejore la calidad de su estudio y pueda obtener mejores calificaciones en sus materias. Entra al siguiente enlace y descárgalo:
También podría interesarte: