¿Te has preguntado qué puedes hacer para ayudar a tus hijos a contrarrestar las influencias negativas y defender lo correcto?
La respuesta es cultivando un núcleo moral sólido que los guíe a defender sus creencias y actuar correctamente sin intervención nuestra.
Y la mejor noticia es que podemos enseñarles a los niños las virtudes y habilidades básicas para que desarrollen un carácter fuerte y tengan coraje moral, y podemos comenzar cuando aún son pequeños.
Aquí hay siete consejos que puedes usar para ayudarles a tus hijos a defender sus creencias, manejar la presión negativa de sus compañeros y vivir sus vidas guiados por la integridad. Nunca es demasiado tarde, o temprano, para comenzar.
1. Conoce tus valores para que tu hijo los conozca
Los padres con convicciones morales claras tienen más probabilidades de educar buenos hijos. Debido a que tus hijos saben lo que sus padres valoran y por qué lo hacen, es más probable que adopten sus creencias. Así que comienza preguntándote qué virtudes y creencias morales son las más importantes para ti.
Haz una lista, luego redúcela a tres elementos. Éstos se convertirán en tu código moral personal y te guiarán en cómo educar a tu hijo. También es la mejor manera de ayudarle a desarrollar sus propias creencias morales.
Aquí hay cinco preguntas rápidas para evaluar qué tan bien estás inculcándole virtudes a tu hijo:
a) Eres capaz de nombrar rápidamente las 3-5 virtudes que más te gustaría que tu hijo adquiriera.b) Tu hijo podría nombrar las virtudes más cruciales para ti sin preguntarte.
c) Refuerzas el comportamiento de tu hijo cada vez que muestra dichas virtudes.
d) Tu hijo puede apreciar claramente las virtudes elegidas en tu comportamiento diario.
e) Usa tales virtudes como tu código diario de conducta ética y vida familiar.
2. Actúa con el ejemplo
Una gran pregunta que debes formularte a diario es: "Si yo fuera el único ejemplo que mi hijo tuvo para aprender hábitos morales, ¿qué aprendió hoy al observarme?" La respuesta puede ser bastante reveladora.
Al observar nuestras elecciones y escuchar nuestros comentarios casuales, los niños absorben nuestros estándares morales.
Asegúrate de que los comportamientos que tus hijos estén aprendiendo sean los que deseas que imiten. ¿Cuántos de estos mensajes se aplican a ti? Acaso tú…
a) ¿Tomarías una "muestra" de un contenedor de dulces frente a tu hijo sin pagar?
b) ¿Comprarías un boleto para un "niño menor de doce años" aunque tu hijo no tuviera esa edad?c) ¿Conducirías a mayor velocidad que la marcada por el límite permitido con tu hijo como pasajero?
d) ¿Le dirías a tu hijo que mintiera sobre si te encuentras o no cuando tu jefe te llama?
e) ¿Resolverías la mayor parte del trabajo escolar de tu hijo, y le pedirías que firme con su nombre?
3. Comparte tus creencias y defiéndelas
Hablarle con frecuencia a un hijo sobre valores se llama enseñanza moral directa. Los padres que educan hijos con un carácter fuerte lo hacen. Así que busca problemas y habla sobre ellos conforme surjan: por ejemplo, en programas o situaciones cotidianas. Dile a tu hijo cómo se siente respecto al problema y por qué.
Compártele ejemplos de héroes moralmente valientes. Hay muchos libros y programas o películas maravillosos para este propósito.
Lo más importante: defiende tus propias creencias cada vez que percibas que se ponga en peligro un valor importante. Tu hijo necesita ver y apreciar lo que es un carácter fuerte para tener un ejemplo que imitar.
4. Haz preguntas para estimular el desarrollo moral
El cuestionamiento es una herramienta importante para mejorar la conciencia de los niños y reforzar actitudes morales. El tipo correcto de preguntas puede ayudarlos a expandir su capacidad para concebir otras perspectivas y preguntarse: "¿Es esto lo correcto?" Ambos son precursores críticos para adoptar cualquier postura moral.
Aquí hay algunas preguntas que los padres pueden hacer para estimular el razonamiento moral de tu hijo:
"¿Cómo te sentirías si alguien te tratara de esa manera?" "Si no cumples con tu palabra, ¿qué crees que sucedería?" "Si todos actuaran de esa manera (es decir, engañaran, robaran) ¿qué pasaría?"
5. Fomenta la empatía
Los niños que defienden a los demás son niños que tienen compasión por los demás. La empatía es lo que motiva ese sentimiento, pone un alto al comportamiento cruel e insta a los niños a tomar una postura.
Contenido relacionado: 6 maneras de inculcarle a un niño el valor del respeto
Aquí hay dos maneras poderosas de fomentar la empatía:
a) Pregunta: ¿Cómo se sentirían? Pídeles a los niños que reflexionen sobre cómo puede sentirse otra persona aludiendo a situaciones en libros, televisión y películas, así como en la vida real. Los obligará a pensar en las preocupaciones de otras personas.
b) Utiliza el juego de roles. Ayuda a los niños a imaginar sentimientos ajenos, así que pídele a tu hijo que piense cómo se sentiría otra persona si se invirtieran roles. "Cambia de bando: ¿qué diría y haría la otra persona?" Los niños pequeños pueden usar títeres o figuras de juguete para representar un problema desde ambos lados.
6. Refuerza la asertividad no la complacencia
Si deseas criar a un niño capaz de defender sus creencias, entonces refuerza la asertividad, no la complacencia.
Aliéntalo a compartir su opinión y a defender lo correcto. Al hacerlo desde temprana edad aprenderá a resistir la influencia negativa de sus compañeros.
Los padres que educan a hijos con carácter fuerte esperan que sus hijos actúen moralmente, incluso les exigen que lo hagan.
7. Enseña habilidades asertivas
La verdad es que se necesita de una fuerza moral significativa para ir en contra de la presión de grupo y defender las creencias personales. Por lo tanto, enséñale a tu hijo habilidades asertivas para que pueda adoptar la postura correcta cada vez que se enfrente a algún dilema moral.
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Aquí hay tres formas de fortalecer el carácter:
a) Enseña una postura asertiva. Enséñale a tu hijo a defender sus creencias utilizando una postura segura y asertiva: ponte de pie con los pies ligeramente separados, la cabeza en alto y mira a la persona directamente a los ojos.
b) Di no con firmeza. Recalca que debe compartir lo que cree con una voz amigable pero decidida. Y no ceder en el intento. Su trabajo no es tratar de cambiar la mente de la otra persona, sino reafirmar sus creencias.c) Di las razones por qué. Pídale a tu hijo que le dé a la persona la razón de su postura. Ayuda a fortalecer su convicción: “Deja de intimidarlo, es cruel". O "No, eso es ilegal y sería mejor que lo evitaras".
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Repetir la postura varias veces aumentará su asertividad y ayudará a tu hijo a no retroceder.
Ten en cuenta, sobre todo, que el crecimiento moral de tu hijo es un proceso continuo que abarcará el curso de su vida. El conocimiento moral, las creencias y los hábitos que le inculques ahora se convertirán en la base que usará para siempre.
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