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5 actos de bondad que los niños pueden practicar a diario

Diversos estudios científicos revelan que la bondad activa regiones cerebrales asociadas con el placer, el apego social y la reducción del estrés. 

Investigadores como Dacher Keltner o Martin Seligman confirman que, al realizar acciones bondadosas, nuestro cerebro libera sustancias químicas que fortalecen la empatía y las relaciones interpersonales

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Desde la ética contemporánea, la práctica diaria de gestos solidarios es un acto moral deseable, pero también una condición esencial para que formemos sociedades más cohesionadas y emocionalmente saludables. ¿Cómo llevar estos hallazgos a la vida personal de los pequeños? 

Niño bondadoso sostiene corazón

A continuación, te compartimos 5 ejemplos sencillos pero eficaces que inculcarán la bondad en el día a día de tus hijos:

 

  1. Anticiparse al otro

Cuando un niño se da cuenta de que alguien busca algo sin encontrarlo (por ejemplo, un lápiz, una respuesta o una señal de consuelo) y ayuda antes de que se lo pidan, se activa su capacidad para leer el mundo emocional ajeno

Esta facultad de comprender y reconocer los estados mentales propios y de los demás, ya sean pensamientos, emociones, deseos o intenciones es conocida como mentalización. 

Se entrena en los primeros años y moldea actitudes positivas que nos acompañan toda la vida. 

 

  1. Agradecer 

Agradecer las grandes y pequeñas cosas de la vida mejora nuestra percepción del mundo y nuestra relación con quienes nos rodean. 

Cuando tus hijos agradecen por un nuevo día, por lo que tienen y por el trabajo o servicio de los demás (como profesores, barrenderos, meseros, etc.), sienten mayor conexión con su comunidad y valoran cada aspecto que forma parte de su realidad.

 

  1. Cuidar sin protagonismo

No se hacen buenas obras por las recompensas o alabanzas. Se hacen porque son lo correcto y, en ese sentido, aprender a cuidar de los demás y del entorno sin hacer alarde de ello, es una forma de trabajar la bondad pura. 

Los gestos discretos tienen un valor ético profundo: enseñan a actuar por el bien común incluso cuando nadie está observando. A través de acciones tan simples, el niño construye un yo interior que no depende del refuerzo inmediato. 

 

  1. Ceder el paso o el turno

A muchos chicos no les gusta esperar, no porque sean egoístas, sino porque no han experimentado la valía de la paciencia y de brindar una linda atención a los demás. Cuando uno cede su lugar sin que se lo exijan, en un juego, en una fila, en una conversación, no pierde el sitio: gana en libertad. 

Este tipo de decisiones activa áreas del cerebro ligadas al control ejecutivo y la regulación emocional. Además, forja una virtud que rara vez se aprende con palabras: la humildad.

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  1. Cuidar de la naturaleza y los seres vivos

Consiste en regar las plantas, reubicar insectos que se meten a la casa sin lastimarlos, tratar con amor a todos los animales, procurar no desperdiciar el agua, apagar las luces y muchas otras acciones que demuestran que la naturaleza y los seres vivos tienen valor intrínseco.  

🌳Consejos para aprender a cuidar el medio ambiente 🌲Acto de bondad de niña hacia su mascota

Finalmente, recuerda que los niños aprenden más del ejemplo que de las palabras. Cada adulto es un modelo vital para que estos comportamientos formen parte natural de la conducta infantil. 

Los estudios neurológicos subrayan que los pequeños que son bondadosos tienen mayores probabilidades de desarrollar autoestima positiva, menos ansiedad y relaciones más sólidas y duraderas.

Así, fomentar estas sencillas prácticas diarias no implica únicamente formar individuos éticos, sino brindarles las herramientas emocionales necesarias para que vivan una vida plena y feliz. Practiquemos y celebremos la bondad como principio vital desde hoy.

 

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