De acuerdo con el boletín médico informativo del Instituto Nacional de Rehabilitación Luis Guillermo Ibarra Ibarra, los trastornos de ansiedad son la patología psiquiátrica de mayor prevalencia en niños y adolescentes.
Son diversas las causas que hacen los pequeños lleguen a sentir ansiedad; ya sean el miedo a la oscuridad, acudir al colegio por primera vez, algún accidente que haya dejado algún trauma en su psique, etc. Los síntomas más comunes son somáticos, como el dolor de estómago, de cabeza o la presencia de náuseas.
La respiración es una estrategia valiosa y eficaz que les ayuda a manejar el estrés, la ansiedad y la tensión. Implementar estas prácticas no solo favorece su bienestar emocional, sino que también mejora su concentración y rendimiento en diversas actividades. 
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A continuación, se presentan 3 técnicas de respiración y relajación especialmente diseñadas para niños.
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Respiración de la abeja (Bhramari Pranayama)
Es una técnica que utiliza el zumbido durante la exhalación para promover la calma y la concentración. Esta práctica es divertida para los pequeños y es altamente efectiva.
Instrucciones:
- Encuentra un lugar tranquilo donde tu niño o niña pueda sentarse cómodamente con la espalda recta.
- Pídele que cierre los ojos y coloque las puntas de los dedos en los oídos para bloquear los sonidos externos.
- Indica que inhale profundamente por la nariz.
- Al exhalar, que haga un sonido de zumbido como una abeja (“mmmmmm”), sintiendo la vibración en la cabeza y el pecho.
- Debe repetir el ciclo varias veces, enfocándose en la sensación de vibración y la calma que produce.
Con la presente técnica se reduce el estrés y la ansiedad a la vez que aumenta la capacidad de concentración y la claridad mental.
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Distensión progresiva de músculos
Es un ejercicio que alterna entre tensar y relajar diferentes grupos musculares para que los chicos empiecen a identificar en qué momentos se sienten estresados o aliviados.
Procedimiento:
- Indica a tu hijo o hija que se acomode en una posición cómoda, ya sea sentado o acostado.
- Comienza con las manos. Pídele que apriete su mano derecha en un puño durante cinco segundos, sintiendo la tensión. Luego, que relaje la mano y note la diferencia.
- Repite con la mano izquierda y continúa con los brazos, hombros, cuello, cara, abdomen, piernas y pies (debe tensar cada una de estas partes y relajarlas después).
- Se finaliza con una respiración profunda para disfrutar de la sensación de relajación en todo el cuerpo.
El ejercicio disminuye la tensión muscular y estimula la conciencia corporal.
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Imaginación guiada
Utiliza la visualización para llevar a los pequeños a un estado de serenidad profunda. Al imaginar lugares tranquilos y felices, pueden escapar momentáneamente de una situación desagradable y encontrar un refugio mental.
Indicaciones:
- Tu hijo debe sentarse o acostarse en un espacio cómodo y sin distracciones.
- Sugiere que cierre los ojos y visualice un lugar donde se sienta seguro y feliz, como una playa, un bosque o un jardín.
- Guíale a través de la visualización, describiendo detalles sensoriales como el sonido de las olas, el canto de los pájaros o el aroma de las flores.
- Tu pequeño o pequeña debe respirar profundamente mientras explora este lugar imaginario, inhalando “calma” y exhalando “cualquier preocupación”.
- Deja que permanezca en esta visualización por varios minutos antes de regresar lentamente al presente.
La dinámica fomenta la creatividad y proporciona un método eficaz para reducir el estado de alerta e inseguridad.
Integrar estas técnicas en la rutina diaria de tus hijos les equipará con recursos para identificar la ansiedad y el estrés, prevenirla o incluso solventarla en casos de necesidad.
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Por último, queremos recordarte que si se presentan mayores dificultades para gestionar sus emociones y la tensión continúa, lo ideal es acudir con personas expertas en temas de salud mental en infantes. El bienestar de tus seres más amados es lo más importante.
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