En la adolescencia, los padres ven a sus hijos transformarse en muchos sentidos. De repente, aquel niño o niña que adoraban cuidar comienza a mostrar un carácter más complejo y, en ocasiones, un temperamento volátil y desafiante.
Esta fase puede ser desconcertante, y es común que los padres sientan que no saben cómo acercarse o manejar los nuevos cambios. Sin embargo, dicha etapa de crecimiento es una oportunidad única para fortalecer el vínculo familiar y apoyar el desarrollo integral del adolescente.
Aquí presentamos 7 consejos para que los padres puedan acompañar a los adolescentes en su proceso de crecimiento y apoyar su bienestar emocional, social e intelectual.
En la adolescencia, la maduración de la corteza prefrontal, responsable de la toma de decisiones y el autocontrol, sigue en proceso, mientras que el sistema límbico, que regula las emociones, se encuentra muy activo. Este desequilibrio puede llevar a la impulsividad y los cambios de humor.
Ten en cuenta esta realidad neurobiológica y, en lugar de caer en la frustración, muestra paciencia. Las conversaciones deben ser constructivas, evitar castigos severos y promover una comunicación empática y abierta.
Los jóvenes necesitan independencia, pero también límites. Las investigaciones sugieren que los límites claros les ayudan a forjar el autocontrol y a entender las consecuencias de sus acciones.
Sin embargo, es importante que estos no sean rígidos o autoritarios, sino que se planteen como acuerdos negociables y se ofrezcan razones de ellos.
Incluir a los hijos en las decisiones sobre normas y responsabilidades promueve la autonomía y el sentido de pertenencia, lo que facilita su aceptación y cumplimiento.
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A esta edad, están en un periodo de autodescubrimiento en el que buscan construir su identidad. Para ello, necesitan explorar nuevos intereses, opiniones y grupos sociales.
En lugar de imponerles expectativas o frenar su expresión, fomenta un entorno que respete y valore la individualidad de tus hijos. Con esta apertura reforzarás su autoestima y contribuirás a que formen una identidad sólida y auténtica.
Los conflictos con los adolescentes son inevitables, pero pueden convertirse en oportunidades de aprendizaje. En vez de evitar o temer estos enfrentamientos, puedes enfocarte en enseñarles habilidades de comunicación asertiva y técnicas de resolución de problemas.
Si tanto tú como ellos expresan sus emociones sin agredirse y valorando mutuamente sus perspectivas construirán una relación saludable y comunicativa.
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Los jóvenes atraviesan una montaña rusa de emociones. Por ello, es crucial que alientes diferentes formas de autocuidado, como el ejercicio físico, la alimentación saludable y el descanso adecuado.
Además, comparte estrategias para que regulen sus emociones, como la meditación, la escritura de un diario o la práctica de algún pasatiempo creativo.
El pensamiento crítico es esencial, ya que los chicos se enfrentan a decisiones más complejas y a influencias externas cada vez más fuertes.
Estimula esta habilidad mediante el diálogo, el cuestionamiento y la reflexión. Luego, anímalos a que tomen decisiones propias (con supervisión) para que empiecen a asumir la responsabilidad de sus acciones, lo cual fortalecerá su capacidad para evaluar riesgos y aprender de sus errores.
Te sugerimos encontrar momentos para que compartan actividades sin distracciones y ejercites la escucha activa al demostrar interés genuino en sus inquietudes y logros.
Cuando los adolescentes sienten que son atendidos y valorados, su autoestima y confianza crecen, y están más dispuestos a recurrir a sus padres en momentos de necesidad.
Acompañar a un adolescente en su crecimiento requiere tanto amor como conocimiento. En este proceso es importante enseñar con el ejemplo y demostrar con palabras y acciones tu interés por su bienestar y plenitud.
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